Donald Trump exigirá un recuento de votos en el Estado de Wisconsin, donde su rival Joe Biden ganó por un pequeño margen, anunció este miércoles su jefe de campaña.
"Ha habido informes de irregularidades en varios condados de Wisconsin que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados", dijo el jefe de campaña, Bill Stepien, en un comunicado citado por EFE.
"El presidente está dentro del margen para pedir un recuento y lo haremos inmediatamente", dijo Stepien, antes de que ninguna proyección de medios hubiera declarado aún un ganador en ese estado del medio oeste.
Los recuentos de votos se pueden pedir en EEUU en el caso de que el margen de un candidato esté dentro de un punto porcentual.
Pendiente todavía de computar parte del sufragio de las grandes ciudades, los datos del voto por correo que llegan desde Michigan también apuntan a una posible victoria demócrata; faltan por computarse, por ejemplo, parte de los votos de Detroit, favorables probablemente a Biden.
De confirmarse las victorias del candidato demócrata en Arizona y Nevada, todavía pendientes y con márgenes cada vez más estrechos, el exvicepresidente de Barack Obama alcanzaría los codiciados 270 votos del colegio electoral sin necesidad de ganar en Pensilvania.
En este último Estado, Trump va ligeramente por delante por un margen también muy apretado y el recuento del voto por correo, que los republicanos amenazan con impugnar, puede prolongarse al menos hasta el viernes.
Quedan sin embargo más de un millón de votos por contar en áreas tradicionalmente demócratas, por lo que todavía la elección podría volverse a favor de Biden.
Sin embargo, Trump dijo el martes en la noche que recurriría al Tribunal Supremo para impedir que se compute parte del voto por correo, que está siendo decisivo en una elección histórica, que habría alcanzado un 66,9% de participación, según cálculos del US Election Project.
Tales cifras serían las más altas en 120 años, solo superadas por las de 1900, cuando votó el 73,7% del electorado.
El voto popular contabilizado hasta el momento otorga a Biden una ventaja muy similar a la que Hillary Clinton sacó a su rival republicano en el 2016, susceptible de cambiar no obstante en función de lo que ocurra en media docena de estados.