La falta de libertades, represión y cerco a los derechos humanos se ha profundizado en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, en el marco de la crisis generada por la pandemia de Covid-19, según coincidieron activistas de esos tres países en un foro virtual organizado por la iniciativa "Demo Amlat" de Transparencia Electoral.
En el foro "Protestas y activismo en el contexto del Covid-19 en América Latina", Marta Gaba, coordinadora regional de la red por la democracia, sostuvo que antes del coronavirus ya existía en la región un clima de protestas y conflictividad.
"Cuando se nos dice que debemos volver a la normalidad, nos preguntamos de qué normalidad se trata", sostuvo Gaba, quien manifestó su solidaridad con los activistas pro derechos humanos y democracia de los países que rodearon las mayores preocupaciones en el foro.
Leandro Querido, director de la iniciativa, denunció asimismo los excesos que ocurren en Cuba, Nicaragua y Venezuela, mientras la agenda informativa global está enfocada en el coronavirus.
"Antes del coronavirus ya los cubanos veníamos en una suerte de anormalidad", sostuvo Yaxys Cires, del Observatorio Cubano por los Derechos Humanos. "Previo al Covid-19 ya Cuba estaba en medio de una profunda crisis económica, que se aceleró con el deterioro económico del país mecenas, Venezuela", aseveró.
Azahalea Solís, quien forma parte en Nicaragua del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica, dijo por su parte que en el país centroamericano se va rumbo a los dos años de las prohibiciones y represión de las manifestaciones de protesta contra el régimen de Daniel Ortega. "Incluso se están reprimiendo las reuniones o los plantones en lugares privados como los centros comerciales", puntualizó.
Por su parte, el periodista venezolano Andrés Cañizález expuso acerca de la situación generalizada de colapso que vive su país, tanto económica como social, producto de las políticas de controles y expropiaciones que practicaron tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro. "El coronavirus llegó a un país en ruinas, un país con un sistema de salud realmente colapsado, sin una política sanitaria coherente para hacer frente a la crisis generada por la pandemia", precisó.
"En Nicaragua, lo decimos sin ambages, entramos a la pandemia en dictadura", comentó Solís al detallar la política de detenciones arbitrarias que han ocurrido en ese país, que incluyeron a su sobrino Kevin Solís. "Los ciudadanos en Nicaragua terminan siendo presos políticos por protestar", recalcó.
Por su parte, Cires si bien retrató un clima generalizado de represión y persecución al activismo pro democracia y libertades en la Isla, presentó dos casos de protestas espontaneas que a su juicio difícilmente se habrían permitido en épocas pasadas.
"No hubo un cambio sustancial en la naturaleza represiva del régimen ahora encabezado por Díaz-Canel, pero no podemos dejar de señalar que se han registrado hechos hasta ahora no permitidos", mencionó Cires, quien mostró durante el foro vídeos de las manifestaciones registradas en Holguín (junio) y Santa Clara (marzo), ambas en el contexto del confinamiento por el coronavirus.
En Venezuela, entretanto, Cañizález citó las cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. Durante el mes de mayo se registraron un promedio de 36 protestas diarias por ausencia de servicios básicos (electricidad, agua, gas) y eso ocurrió a pesar de que estaba vigente una "cuarentena social" que tenía por finalidad restringir la movilidad de los ciudadanos, como una medida preventiva ante el Covid-19.
"La respuesta al malestar social es la represión. La gente protesta porque no hay agua y el Gobierno les manda a la militarizada Guardia Nacional a reprimir", precisó.
Los activistas coincidieron en recalcar la necesidad de registrar y documentar las situaciones cotidianas de falta de libertades, acosos, represión, que se producen tanto contra las sociedades como contra los activistas de las organizaciones civiles y de derechos humanos.
Ante condiciones adversas, en las que no se ve con claridad una salida en el corto plazo, como las que se viven en Nicaragua, Venezuela y Cuba, los participantes del foro recalcaron que mantienen vigencia las labores que realizan de forma independiente.
Leandro Querido llamó a que los activistas y defensores de derechos humanos de otros países latinoamericanos no pierdan de vista el desarrollo de los acontecimientos en los países de la región, dado el riesgo de que aumenten los controles sobre la ciudadanía por parte de los gobiernos no democráticos.