Alrededor del 40% de la población de Corea del Norte tiene una necesidad urgente de ayuda alimentaria después de que el país sufriera su peor cosecha en una década, incluso cuando el régimen desafió las sanciones internacionales para mantener su programa de armas nucleares, dijeron autoridades de las Naciones Unidas el viernes.
De acuerdo con The New York Times, la mala cosecha dejó a Corea del Norte con una escasez de granos de 1.360.000 toneladas, lo que obligó a su Gobierno a reducir las raciones estatales diarias a menos de 11 onzas por persona en enero, en comparación con los 380 gramos del año anterior.
El Programa Mundial de Alimentos y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) realizaron una evaluación conjunta de la situación, tras la cual advirtieron que las raciones pueden disminuir aún más entre julio y septiembre, cuando suelen ser más bajas.
"La situación podría empeorar aún más durante la temporada de escasez de mayo a septiembre, si no se toman medidas humanitarias adecuadas y urgentes", dijeron las agencias de ayuda.
El sistema de racionamiento del estado de Corea del Norte se derrumbó durante la hambruna de fines de la década de 1990, que causó la muerte de hasta tres millones de personas, según algunos cálculos. Millones de norcoreanos han aprendido a valerse por sí mismos, asegurando alimentos a través de mercados no oficiales. Pero millones aún dependen del sistema de racionamiento, incluidos los soldados y los trabajadores de las fábricas estatales.
Se cree que quienes permanecen en el sistema de racionamiento del Estado, incluidas las elites, sufren más sanciones internacionales que aquellos que dependen de las actividades del mercado.
Desde 2016, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha impuesto una serie de sanciones que prohíben la exportación de carbón y otros productos clave de Corea del Norte, además de reducir drásticamente sus importaciones de petróleo.
Las sanciones han privado al régimen de importantes fuentes de ingresos y también han socavado su capacidad de importar alimentos para aliviar la escasez crónica de alimentos.
En febrero, el líder norcoreano, Kim Jong-un, se reunió por segunda vez con el presidente Trump, esperando obtener alivio de las sanciones a cambio de un desmantelamiento parcial de las instalaciones de armas nucleares de su país. Sin embargo, la reunión se derrumbó después de que Trump se negara a levantar las sanciones hasta que Corea del Norte abandonara todo su programa nuclear.
Desde entonces, Corea del Norte ha prometido no ceder ante la presión internacional, incluso si su gente tiene que sobrevivir con "agua y aire solamente", según dijeron medios estatales.
Kim se reunió con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, la semana pasada, en busca de ayuda para determinar las sanciones internacionales. El mandatario Xi Jinping, de China, acordó visitar Corea del Norte para reunirse el líder del régimen, aunque no se ha anunciado ninguna fecha.
A los problemas de Corea del Norte se han sumado las malas cosechas. Los períodos de sequía prolongados, las temperaturas anormalmente altas y las inundaciones, junto con los suministros limitados de combustible, fertilizantes y piezas de repuesto, perjudicaron gravemente los cultivos y producciones el pasado otoño, dijeron los organismos de las Naciones Unidas.
Las cosechas de principios de temporada de este año, que se recogerán en junio, también han sufrido escasas precipitaciones y otras condiciones climáticas desfavorables.
Sobre todo, dijeron las agencias, se estima que 10.100.000 personas —el 40% de la población—, padecen inseguridad alimentaria y necesitan asistencia urgente.
"Muchas familias sobreviven con una dieta monótona de arroz y kimchi la mayor parte del año, comiendo muy poca proteína", advirtió Nicolas Bidault, un funcionario del Programa Mundial de Alimentos.
"Esto es preocupante porque muchas comunidades ya son extremadamente vulnerables, y cualquier recorte adicional a las raciones ya mínimas de alimentos podría empujarlas a una profunda crisis de hambre".
Las agencias de ayuda han pedido anualmente millones de dólares en donaciones para ayudar a los norcoreanos, especialmente a los niños y madres lactantes que sufren de desnutrición crónica. Sin embargo, la ayuda internacional se ha reducido en los últimos años a medida que Corea del Norte se empeñó en financiar su programa de armas nucleares con recursos que Washington dijo que deberían haber sido utilizados para alimentar a su gente.
Los organismos de las Naciones Unidas realizaron la evaluación en Corea del Norte en abril. Para ello visitaron granjas cooperativas, hogares rurales y urbanos, viveros y centros de distribución de raciones.