El Gobierno y la oposición de Venezuela vuelven a medir sus fuerzas en las calles este miércoles, en un ambiente caldeado tras la fugaz sublevación de 27 militares que desconocieron al presidente Nicolás Maduro.
"Tenemos una cita histórica con nuestro país, con el futuro de nuestros hijos. Militar venezolano, mañana tenemos una cita histórica con el pueblo", clamó Juan Guaidó, el jefe del Parlamento de mayoría opositora, al convocar a la marcha, reportó AFP.
Estados Unidos dio su apoyo a las movilizaciones opositoras. "Seguiremos con ustedes hasta que se restaure la democracia y recuperen su derecho a la libertad", expresó el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en un vídeo en Twitter.
En respuesta, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, acusó a Pence de haber ordenado a los sublevados entregar armas a activistas de Voluntad Popular, partido de Guaidó y del encarcelado líder Leopoldo López, para provocar "heridos y muertes en la manifestación".
Mientras que Maduro señaló al vicepresidente estadounidense de promover un golpe de Estado y ordenó a la Cancillería iniciar "una revisión total de las relaciones" con Estados Unidos.
"La violencia se la dejamos a otros, mañana es reencontrarnos como pueblo, hablarle al mundo de los pasos que vamos a tomar para que cese la usurpación, lograr un gobierno de transición y una elección libre", explicó Guaidó, al referirse al objetivo de las manifestaciones opositoras.
Al llamar también a los oficialistas a marchar, Maduro pidió la "máxima movilización popular para defender la patria". "¡Mujeres a la calle!, ¡hombres a la calle!, ¡poder popular a la calle!, al combate, (...) a defender la paz", dijo.
Aseguró que su Gobierno tomó "todas las medidas de seguridad" para este 23 de enero cuando se conmemora en Venezuela la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y para cuando la oposición ha convocado a masivas manifestaciones contra Maduro en Caracas y en los 23 estados del país.
El líder chavista acusó al partido Voluntad Popular (VP), fundado y liderado por el opositor preso Leopoldo López, de haber atacado en las últimas horas con bombas molotov algunos monumentos e inmuebles, en medio de la treintena de protestas antigubernamentales que se desataron en barriadas caraqueñas.
Tras el levantamiento militar del lunes, unas 30 pequeñas protestas ocurrieron en barrios de Caracas y alrededores, con bloqueos de calles, saqueos a negocios, cacerolazos y choques con las autoridades.
Los focos de protesta estallaron luego de que, entre intensos llamados de la oposición a la Fuerza Armada para que rompiera con Maduro, el lunes 27 militares robaron armas de un cuartel y se atrincheraron en un destacamento en Cotiza (norte de Caracas), donde fueron detenidos.
El senador estadounidense Marco Rubio lanzó una advertencia al Servicio de Inteligencia venezolano (SEBIN), llamándolos a reconsiderar cualquier plan previsto para el miércoles: "Están a punto de cruzar una línea y desatar una respuesta para la cual, créanme, no están preparados. Todavía están a tiempo de evitar esto".
Será el primer gran pulso callejero tras las protestas que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio de 2017, en medio de la peor crisis en la historia moderna del país petrolero, con escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019.
La debacle provocó el éxodo de 2,3 millones de personas desde 2015, según la ONU, el mayor movimiento migratorio en décadas en América Latina que ha dado lugar a brotes de xenofobia en países como Brasil, Colombia y Ecuador.