En días pasados el gobernante Miguel Díaz-Canel sostuvo un encuentro con estudiantes de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), con el objetivo de analizar la marcha de los acuerdos de los congresos de ambas organizaciones.
En la reunión se trataron varios temas de suma importancia para el universo juvenil, como el embarazo en la adolescencia, el consumo de drogas, las condiciones materiales en que viven los estudiantes, así como los que lo hacen en situaciones de vulnerabilidad. Bueno, pero también se habló de un asunto que cada día cobra mayor significación: el empleo estudiantil.
En este sentido trascendió que "se trata de una realidad de estos tiempos, cuando no pocos jóvenes universitarios toman la decisión de incursionar en el mundo laboral mientras avanzan en sus estudios, movidos por el interés de ayudarse a sí mismos y a sus familias".
Por lo general, los jóvenes se presentaban en las paladares, cafeterías y otros negocios particulares para enrolarse en cualquier tipo de labor, muchas veces en las que no requerían de ninguna preparación, como dependientes, serenos, fregadores de platos y otras. Cualquier cosa con tal de ganar algún dinero para enfrentar la enorme carestía de la vida que sufre el cubano de a pie.
Ese era el modo más utilizado hasta ahora por los estudiantes para emplearse. Es decir, por iniciativa propia, y sin que intervinieran las autoridades del país, las que a la postre han tenido que aceptar esta iniciativa estudiantil para subsistir en medio de la crisis.
Sin embargo, acabamos de enterarnos de que se han utilizado otras maneras de fomentar el empleo entre los estudiantes universitarios, en esta ocasión con mayor protagonismo de las instituciones gubernamentales. El diario oficial Granma da a conocer que "ya en la Universidad de La Habana se han producido Ferias de Empleo Universitario, y eso es algo que vale la pena amplificar al país".
Las Ferias de Empleo forman parte de un novedoso mecanismo empleado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social con vistas a ocupar las muchas plazas vacantes que hay en el país, con aquellas personas que se hallan desvinculadas de la vida laboral. En medio de un desbordamiento mediático, los desempleados acuden a las oficinas habilitadas por ese Ministerio, se les informan las plazas disponibles y, de aceptar alguna, ya salen con la boleta de empleo para comenzar su vida laboral.
Resulta evidente que la llegada de las Ferias de Empleo a las universidades conlleva un cambio cualitativo en la manera en que los estudiantes acceden al empleo. De la iniciativa estudiantil de antaño se pasa a la gestión directa de las instituciones gubernamentales por hacer que los universitarios se incorporen al trabajo.
Es bien sabido por todos la difícil situación laboral que afronta el país, en especial las empresas y entidades estatales. La emigración y el éxodo de obreros y especialistas hacia empleos de mayor remuneración, muchos de ellos en el sector no estatal (MIPYMES, trabajo por cuenta propia y cooperativas no agropecuarias) han puesto en aprietos al sistema empresarial.
Si las autoridades han decidido extender la labor proselitista de las Ferias de Empleo a las universidades es una señal de que no han logrado captar la cantidad de trabajadores que necesitan en las Ferias que han tenido lugar a lo largo y ancho del país.
Aunque, en el caso de los estudiantes universitarios, imaginamos que los empleos que se oferten posean la particularidad de que les permitan continuar con la actividad docente. Porque desvestir a un santo para vestir a otro sería un nuevo disparate en el historial del castrismo.
¡Pero si en Cuba no quedan universidades!
Lo único que quedan son centros de lavado de cerebros.
Los alumnos que quieren estudiar en la universidad para salir a trabajar al extranjero tiene 2 problemas:
1.- los títulos cubanos cada vez están menos reconocidos internacionalmente
2.- las autoridades cubanas no facilitan la documentación necesaria para convalidar los estudios en el extranjero
Así que el único futuro puede que sea emigrar a Rusia o China para estudiar en sus propias universidades para integrarse en su "propio aparato funcionarial".