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Opinión

El rescate ruso de Cuba se evapora

A más de un año de que Miguel Díaz-Canel anunciara que Cuba adoptaría el modelo ruso en su economía, todo ha quedado en el anuncio.

Miami
El canciller ruso Lavrov y Raúl Castro dialogan en La Habana.
El canciller ruso Lavrov y Raúl Castro dialogan en La Habana. AFP

Mientras Cuba se apaga, las esperanzas sembradas por el PCC de un rescate financiero ruso a raíz del anuncio de que Cuba adoptaría el modelo ruso, se han desinflado a la velocidad en que un merengue sobrevive en la puerta de un colegio. 

Después de más de un año de que Miguel Díaz-Canel anunciara que Cuba adoptaría el modelo ruso para su economía, todo ha quedado en el anuncio. En la práctica, nada serio y tangible se ha concretado hasta ahora. Las expectativas creadas por el régimen de que Rusia venía al rescate financiero no han sido más que una gran decepción para el propio régimen cubano. A quienes pensaron que la ayuda rusa iba a llegar de forma inmediata y que significaría un salvador alivio financiero, no les ha quedado más remedio que guardar sus expectativas en el closet y poner los pies en la tierra para entender que el sistema no es salvable ni por los rusos.

Al paso de los meses esas expectativas se fueron apagando a medida que se producían viajes de funcionarios rusos y cubanos en ambas direcciones, los cuales han terminado con más acuerdos militares que comerciales. El globo comenzó a inflarse cuando Miguel Díaz-Canel hizo una gira pedigüeña en diciembre de 2022 por varios países aliados (Rusia, China, Argelia y Turquía) rogando ayuda financiera.

La gira tenía el propósito de resolver siete problemas medulares clave que presentaba la crisis cubana:

  1. La reconstrucción de la matriz energética.
  2. Terminar con la escasez de alimentos.
  3. Terminar con la escasez de medicamentos.
  4. Recuperar la industria turística.
  5. Recuperar las industrias del país, incluida la industria azucarera, para incrementar las exportaciones.
  6. Recuperar los ingresos por concepto de exportación de servicios médicos.
  7. Detener el creciente descontento de la población.

La gira fue un fracaso. Ninguno de los socios aflojó la billetera para extender nuevas líneas de crédito. Lo único que consiguió Díaz-Canel fue el perdón de intereses de la deuda y la posposición del pago al principal por dos años. Por lo que las condiciones y los factores que generaron la crisis multisistémica que vive el país se mantendrían activas con la perspectiva de que empeorarían en el futuro sino se hacen profundas reformas económicas. De hecho, eso es lo que ha ocurrido desde entonces.

El acercamiento a Rusia

En el periplo, uno de los destinos visitados fue Rusia. Díaz-Canel fue de perro faldero a lamerle las botas a Putin y darle su apoyo en su genocida invasión a Ucrania. Su intención era que, a cambio, el régimen recibiera una ayuda financiera que los ayudara a tomar un respiro.

Los rusos comenzaron la puesta en escena de la ayuda solicitada enviando al empresario Boris Titov, comisionado presidencial para la Protección de los Derechos de los Empresarios de Rusia para iniciar los contactos y establecer el acercamiento con las autoridades cubanas. Desde el comienzo Titov comprendió que invertir en Cuba sería una misión imposible. La precariedad primitiva y arcaica del retorcido sistema legal cubano iba a ser una barrera que había que derrumbar si en verdad iban f a invertir en la Isla. De lo contrario, sería un ejercicio prácticamente inútil.

Lo primero que dejó entrever el experto ruso a las autoridades cubanas fue que tendrían que hacer una profunda reforma de mercado o sería imposible hacer inversiones. Para el experto ruso estaba claro que el marco legal cubano era extremadamente rígido, que el país estaba en ruinas y gran parte del comercio interno era dominado por el mercado negro. En ese escenario, su apuesta era entrar al mercado cubano de forma directa, sin la mediación de empresas estatales cubanas, con la prerrogativa de poder fijar precios de forma independiente para poder competir por la principal fuente de divisas que entra a manos de la población cubana: las remesas que envían los exiliados.

Con este diseño de entrada al mercado cubano, Titov se convertía en el manejador de la "cubastroika", al ser designado presidente del Consejo Empresarial Rusia-Cuba. En su estrategia de enganche, Titov vendió mediáticamente que el think tank Instituto de la Economía de Crecimiento Stolypin asesoraría una transición de la estatalizada economía cubana hacia el libre mercado, algo que solo tenía sentido si la inversión rusa a realizar en la Isla fuese estatal, estando entonces el Kremlin preocupado porque la Isla fuese capaz de honrar sus deudas.

Hasta el momento, solo se han acercado empresarios del sector privado (los oligarcas) a husmear las "oportunidades rusas en la Isla". En la práctica, del sector estatal ruso no ha salido un centavo. Hay que recordar que Putin le perdonó a Cuba 29.000 millones de dólares en 2015, a raíz del deshielo con EEUU, quedando como deuda unos 3.000 millones que Putin dio la orden de que se usaran como capital ruso para invertir en la Isla. Desde entonces esa deuda no se ha saldado. ¿De verdad Miguel Díaz-Canel pensó que solo con el apoyo incondicional a Rusia por su invasión genocida a Ucrania significaría borrón y cuenta nueva para volver a recibir cientos de millones de dólares? Su genuflexa inocencia hoy le está pasando factura sien piedad: no hay inversiones en Cuba, hay más inflación, más apagones, menos comida, menos petróleo, más pobreza y más descontento ciudadano.

En mayo de 2023, el propio Titov especificaba que además de la concesión gratuita de tierras nacionales por 30 años —más tiempo que a los propios cubanos— y garantías arancelarias y de repatriación de capitales, los potenciales inversores rusos necesitarían preferencias fiscales, políticas de personal independiente a la legislación cubana y acceso preferencial a contratos con el Estado. Así las cosas, el castrismo contra la pared, al parecer estaban dispuestos a dar lo que los rusos pidiesen. Sin embargo, a poco más de un año de que se anunciara la cubastroika, han sido más los proyectos y deseos que las realizaciones palpables.

¿En qué ha quedó la "reforma de mercado" que apadrinaría el Instituto para la Economía del Crecimiento Stolypin?

Hasta ahora no ha trascendido nada importante de ello. Sin embargo, por el poco movimiento que se ha visto es comprensible que la parte rusa está siendo muy cautelosa en lo que se refiere a tomar decisiones de hacer inversiones millonarias en Cuba. Ellos saben perfectamente que el régimen cubano no es un socio confiable en términos económicos. Por otro lado, se han percatado de la precariedad del modelo cubano y de la mentalidad primitiva a la hora de hacer negocios por parte de la nomenclatura cubana.

En ese sentido, no encaja el viejo y obsoleto modelo económico cubano con el modelo ruso. Esta disparidad no permite un avance más rápido en las negociaciones. Es por ello que todo queda en especulación y en promesas que no parece que vayan a cumplirse. En realidad, el verdadero acercamiento ha sido en el plano geopolítico militar, en el juego de la nueva Guerra Fría, desatado a partir de la invasión rusa a Ucrania, y comprobado en la práctica con el espaldarazo que ha dado el régimen cubano a Rusia enviando mercenarios cubanos a la guerra y poniendo a disposición el territorio cubano para recibir visitas de bombarderos y submarinos rusos portadores de armas nucleares.  

Los empresarios rusos no confían en el sistema legal cubano. En varios de los preacuerdos rubricados en varios memorándums de entendimientos firmados con las contrapartes cubanas, las empresas rusas contratan a terceras partes para que los ayuden a redactar los contratos y a entender las leyes cubanas, pues no confían en la parte cubana.

Lo cierto es que desde que Titov hizo su primera visita a la Isla, en términos prácticos pocas cosas han ocurrido en el ámbito económico y comercial. Se ha creado una empresa en El Mariel para el almacenamiento y distribución de mercancías, pero hasta ahora nada se mueve en ese almacén. Se han conectado los bancos rusos con los cubanos para permitir el uso de las tarjetas rusas en la Isla.  Se ha firmado un MOU con vistas a explorar las posibilidades de invertir en la producción y elaboración de azúcar. Pero de ahí no ha pasado. Lo más trascendente ha sido el incremento de los números de vuelos desde Rusia a Cuba, lo cual ha significado un aumento del turismo ruso en 3% en comparación con el año anterior. Han ocurrido acercamientos para explorar inversiones en el sector energético, pero nada concreto hasta el momento. Ya ni siquiera petróleo ruso llega a Cuba.

Al parecer, el complicado sistema legal cubano ha resultado ser uno de los principales obstáculos para la aprobación de las facilidades que solicitó la contraparte rusa para poder comenzar a canalizar los proyectos de inversión. La falta de pericia y la poca iniciativa de la parte cubana de romper con los viejos esquemas legales y comerciales que todavía amordazan a la economía cubana constituye una barrera que le está serruchando el piso a los empresarios rusos. Este es el candado que lastra el avance de la penetración comercial rusa en el mercado cubano. Ni siquiera ha habido un enganche serio con GAESA. Al parecer los oligarcas del holding militar cubano no están dispuestos a compartir la piñata con los empresarios rusos.

Por otra parte, tampoco hay mucho que ofrecer. El mercado cubano está seco de divisas, y las pocas que llegan a través de las remesas y el poco turismo que arriba al país el régimen cubano no está dispuesto a compartirlas. No existe un mercado estable, ni creciente, que garantice el retorno del capital que se requiere invertir en el país, ni siquiera en el largo plazo. En este escenario los rusos tampoco están haciendo muchos esfuerzos por invertir en Cuba, un país extremadamente endeudado, que le debe a todo el mundo (incluso a ellos: 3.600 millones que quedaron como deuda cuando le perdonaron 29.000 millones de dólares en 2015). Con ese fantasma gravitando en el ambiente comercial, más los juicios que se llevan a cabo en Londres por dos acreedores contra Cuba por falta de pago, no cesa la desconfianza de la parte rusa a la hora de desembolsar las sumas millonarias que requiere la ruinosa economía cubana.

Conclusión

A más de un año del anuncio a bombo y platillo de la cubastroika, no hay señales tangibles de ayuda rusa a la alicaída economía cubana. El régimen continúa atrapado entre la espada y la pared. Mas que una estrategia mediática del PCC para sembrar optimismo y falsas esperanzas, la cubastroika revela la gran incapacidad y mediocridad que tiene la nomenclatura cubana, que le impide tomar decisiones para salir del atolladero en el que están metidos. No es solo con los rusos, al régimen cubano le cuesta mucho cambiar las leyes para engranarse en el comercio que hoy practica el mundo enteros. Y esta no es la primera vez que el régimen cubano tira por la borda la oportunidad de atraer inversiones. La etapa del deshielo, bajo la presidencia de Obama, fue la gran oportunidad perdida para cambiar el giro de la rueda, y no lo hicieron.

Tampoco van a hacerlo con los rusos. La nomenclatura cubana no se adapta a vivir en la mentalidad del mundo comercial que rige hoy las relaciones comerciales internacionales, ellos están enquistados en una edad primitiva. Cambiar las leyes que rigen el mercado cubano como están exigiendo los rusos traería muchos reclamos por parte de los países occidentales que todos estos años han invertido en la Isla y se han endeudado con la esperanza de que el régimen cubano haga en algún momento los cambios que la economía necesita para transformarse.

Los rusos han tratado, pero no han podido materializar nada importante desde el punto de vista económico. El embajador de Moscú en La Habana ha moderado las expectativas generadas con la cubastroika. En este sentido, ha dicho que "cualquier proyecto tiene perspectivas cuando es interesante para ambas partes". A esto habría que sumar el cubo de agua fría vertido por el canciller Lavrov en su reciente visita a la Isla, cuando en una conferencia de prensa respondiendo a una pregunta sobre los resultados de la cubastroika expresó: "Hace tiempo se formalizaron las bases legales para aumentar las relaciones (…) Hemos confirmado la intención de realizar otra reunión de la Comisión de Cooperación Interparlamentaria Ruso-Cubana en los próximos meses". La realidad muestra, sin embargo, que nada concreto ha sucedido.

El drama de la cubastroika confirma que las economías parásitas son engendradas por gobiernos parásitos, donde no hay espacio ni para amigos ni para enemigos. El tiempo va pasando, la crisis en Cuba sigue escalando y apretando el cuello de los cubanos, y los rusos comienzan a aburrirse del marasmo del régimen cubano y ponen miras para invertir en otros mercados donde el capital no tenga trabas para rendir frutos y reproducirse. 

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6 comentarios

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Continua : Y como dice en su comentario el Caballero musical Amadeus, el cuento del retorno de una Rusia post-sovietica, no pasa de ser una cortina de humo rosado ni siquiera rojo sangre como la Bandera Leninista, para que Canel seguia repartiendo gofio para la sed, mientras pueda, claro está.

Los tiempos soviéticos han pasado, y las económicas mundiales apuestan y juegan a algo que los super economistas de solar como Gil y otros que en Cuba se dedican a inventar, desconocen: lo cual no es otra cosa que " Mercado", y que este determina los ingresos y sus relaciones del país con el mundo. Estos ingresos se originan a partir de producciones y servicios que tienen un mercado interno y otro internacional y que en la medida de como estos se desarrollen, se fortalezcan y crezcan, van a determinar el tamaño de los aparatos industriales de producción y el alcance de los servicios, así como el tamaño del burocratismo necesario, para administrarlos, algo que a pesar de que estamos ya transitando casi el primer cuarto del siglo XXI, los pacientes geriátricos, dizque mandamases Castrofascistas no entienden, No saben, ni quieren enterarse. Sucede que el trozo de la pieza a ejecutar, es con un requinto de guitarra y no con solo de violín .

Profile picture for user Amadeus

Lo que hubo detrás de la supuesta rusificación de la economía cubana es un cortina de humo para a cambio del apoyo internacional a la invasión rusa y unos cuantas piltrafas cubanas para hacer picadillo en el frente ucraniano, es obviar la deuda y de vez en cuando un barquito con alguna cosa. Los rusos mo están para echarse a Esteban Lazo de alumno emérito en la Lomonosov.

Todos salen corriendo cuando ven el nivel de canibalismo de los Castro.

Profile picture for user Ana J. Faya

Buen recuento. La "cubastroika" hasta hoy es un incondicional apoyo de Cuba a la injerencia rusa en Ucrania a cambio del no pago de su deuda. Esto implica cubanos en las trincheras rusas y cualquier otro asunto de seguridad. Nada de carne rusa ni leche condensada, de vez en cuando algún que otro bombillo para el alumbrado de La Habana (cuando el apagón lo permita).

Si los militares verdeolivos hijoeputean a un oligarca ruso perderían su vida y las de su familias acomodadas.Por el otro lado ,Rusia dejó la estancada economía socialista tan pronto la URSS cesó de existir.Los verdeolivos en su afán de controlarlo todo siguen con el sistema comunista de los 80 . Vietnam va muy bien ,su sistema político al igual que China es socialista,pero su economía es de libre mercado.Ls isla está en camino a volverse un Haití...