La industria turística cubana continúa atascada en la etapa post pandemia y este año no cumplirá con la meta planificada de alcanzar 3,5 millones de turistas. Varias líneas áreas han reducido el número de vuelos a la Isla debido a una disminución notable de la demanda, otras se han retirado del mercado porque la operación está dando grandes pérdidas financieras.
Por otra parte, la crisis interna se ha agravado considerablemente debido a la escasez de alimentos, medicamentos y la espiral inflacionaria en la que ha caído la economía del país y que ha puesto a vivir a más del 70% de la población en la pobreza, generando un creciente aumento del crimen en las calles cubanas. Esto ha generado que varios de los principales países emisores de turistas a Cuba hayan generado alertas de viaje a sus ciudadanos sobre la falta de alimentos y medicamentos, así como la inseguridad ciudadana, el aumento de la criminalidad y lo asaltos en las calles de la Isla.
Al cierre de agosto el país recibió 1.666.504 turistas, un 46,68% menor que en igual período de 2019. El único mercado que ha crecido con respecto a 2019 ha sido Rusia, con 14,46% de aumento. Los turistas rusos totalizaron 106.531 viajeros, lo cual los ubica como el cuarto segmento de viajeros a Cuba. Canadá continúa siendo el principal mercado emisor de turistas a la Isla al computar 675.995 viajeros en los primeros ocho meses del año. Sin embargo, esta cifra resultó ser 18,37% menor que la alcanzada en igual periodo de 2019, lo cual significa 152.124 viajeros menos.
Los cubanos residentes en el exterior continúan siendo el segundo segmento de viajeros al país, a pesar de estar 43,27% por debajo de la cifra alcanzada en igual periodo de 2019, año previo a la pandemia. En total viajaron a la Isla 241.055 cubanos, unos 183.881 viajeros menos que la cantidad alcanzada en 2019, cuando se registró el ingreso de 424.936 cubanos residentes en el exterior.
Hay que recordar que los viajeros cubanos son los que más dinero dejan en el país durante su estancia de vacaciones en el país. El tercer segmento son los viajeros norteamericanos, los cuales totalizaron 111.062 turistas, 73,79% menor que en 2019, lo cual representa 312.608 turistas menos.
Figura 1. Arribo de turistas a Cuba, enero-agosto. Comparación entre 2019 y 2023.
Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Los mercados emisores continúan en declive
Por otra parte, los tradicionales principales mercados europeos emisores de turistas a Cuba (Alemania, España, Italia, Francia e Inglaterra) continúan en declive. La crisis multisistémica que atraviesa el país, el mal servicio en los hoteles, la mala calidad de los alimentos, y la guerra de Rusia contra Ucrania son los principales factores que han incidido en la disminución que ha tenido el arribo de turistas europeos a la Isla. En los primeros ocho meses del año estos cinco países acumularon un total de 221.022 turistas a Cuba, una cantidad 60,5% menor que la alcanzada en 2019 cuando acumularon 559.439 viajeros, una diferencia de 338.417 turistas.
Los números desglosados por países (Ver Figura 1) muestran claramente esta debacle. España ha caído un 38,02%. Alemania ha decaído un 63,42%. Francia por su parte decayó un 68,98%. Italia no se quedó atrás, sus números también son negativos, su declive alcanzó un 61,92%. Por último, Inglaterra tuvo un declive de 66,67%.
Para colmo de males, los cubanos residentes en el exterior, que es segmento de mercado que más aporta ingresos por turista al mercado turístico cubano ha caído un 43,27%. (Ver Figura 2).
Figura 2. Arribo de cubanos residentes en el exterior, enero-agosto. Comparación entre 2019 y 2023.
Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Solo el declive del arribo de los cubanos residentes en el exterior representa una pérdida estimada en 640 millones de dólares. Cabe destacar que el 89,68% de los viajeros cubanos residentes en el exterior provienen de EEUU, mientras que el 10,31% restante lo hacens desde otros países.
En cuanto a los turistas norteamericanos, las estadísticas muestran un declive de73,79%.
Disminución de vuelos y alertas de viaje, premios a la mala gestión del país
Este declive que ha tenido la industria turística cubana en sus principales mercados emisores ha generado una fuerte caída de la demanda, por lo que viarias líneas aéreas han tenido que disminuir la cantidad de vuelos al país y otras han tomado la decisión de salirse del mercado. En este sentido, cabe destacar que la compañía Jet Blue tomó la decisión de suspender los vuelos a Cuba a partir del 17 de septiembre del 2023. La caída del segmento de cubanoamericanos en un 42,80% y la de los norteamericanos en 72,06% ha traído cuantiosas pérdidas a la aerolínea estadounidense, por lo que la operación se hizo incosteable.
A esto hay que sumar que con anterioridad las líneas áreas españolas Iberojet e Iberia hicieron drásticos ajustes en sus itinerarios de vuelos a la Isla. La primera anuncio que cancelaba las operaciones de la ruta Madrid-Santiago de Cuba a partir del mes de octubre debido a razones operacionales, justo cuando comienza la temporada alta del mercado turístico cubano. La baja ocupación de los vuelos, sumados a los problemas que presentan las infraestructuras hoteleras y la ausencia de actividades para el visitante han sido los principales factores que han determinado esta decisión.
Por su parte, Iberia anunció que reducía los vuelos a la Habana a tres frecuencias semanales a diferencia con sus operaciones en otros destinos de América Latina, las cuales han crecido a 13 vuelos semanales en Lima, cinco con Caracas y un crecimiento récord en Colombia, Chile, Puerto Rico, República Dominicana y Ecuador.
Estos ajustes de las líneas aéreas son el reflejo de la debacle de la industria turística cubana, que ha mantenido desocupadas siete de cada diez habitaciones en 2023. Mientras tanto, los principales competidores del Caribe como República Dominicana, Cancún y Rivera Maya en México, así como Puerto Rico, Bahamas y Jamaica, continúan batiendo récords de arribo de turistas.
Otro aspecto que afectará aún más a la industria turística cubana son las alertas de viajes emitidas por las autoridades canadienses, españolas y norteamericanas, debido a la crisis cubana que se refleja en la escasez de alimentos, medicamentos, así como el aumento notable de la inseguridad ciudadana producto del incremento del crimen y los asaltos en la vía pública.
En este sentido, las autoridades canadienses emitieron recientemente una alerta de viaje a Cuba por la escasez de artículos de primera necesidad, incluidos alimentos, medicinas y combustible4. Por su parte, las autoridades españolas han advertido a sus ciudadanos sobre el aumento de los robos en Cuba. La Cancillería española actualizó sus recomendaciones de viaje a Cuba para todos los ciudadanos españoles, y advirtió del incremento de robos en la Isla en zonas de playa y también a autos con matrícula de turismo.
En su alerta de viaje, el Ministerio de Relaciones Exteriores de España ha expresado: "con la recuperación del turismo se han reportado robos que en ocasiones pueden llegar a cometerse mediante el uso de la violencia. Son frecuentes los hurtos de bolsos y otros enseres personales en las playas (tanto en las Playas del Este, próximas a La Habana, como en otras playas cercanas a localidades turísticas como Trinidad o Cienfuegos)". Y agregó esa alerta: "asimismo, pueden producirse robos en gasolineras, mayoritariamente en casos de vehículos alquilados con placa 'T' (turística) y camino de los cayos (alrededores de Santa Clara)".
Las autoridades norteamericanas también han emitido alertas de viajes a quienes tienen planificado viajar a la Isla. La embajada norteamericana en la Habana en su nota ha dicho que en la Isla ocurren delitos violentos, incluidos robos a mano armada, homicidios y agresiones sexuales.
Aumento de la inseguridad ciudadana otro golpe a la industria turística
Otros de los factores que está afectando a la industria turística del país es el aumento de la inseguridad ciudadana. Recientemente el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) ha publicado un análisis de la quiebra de la seguridad pública en Cuba. El informe monitorea datos del primer semestre de este año y analiza la creciente inseguridad pública y la escalada de crímenes violentos en el país. El OCAC señaló que la seguridad pública solo constituye uno de los aspectos de la seguridad ciudadana, ya que esta incluye varios indicadores como seguridad alimentaria, sanitaria y energética, entre otros.
Según el informe, la inseguridad pública se manifiesta a través de un aumento significativo de crímenes y delitos. El OCAC identificó 98 reportes comprobados en el primer trimestre: 16 en enero, 48 en febrero y 34 en marzo. De ellos, 42 fueron robos, 33 asesinatos, 17 asaltos y seis otro tipo de delitos. El informe señala que durante el segundo trimestre de 2023 se registraron 189 reportes de crímenes, incluyendo robos, asesinatos, asaltos y agresiones. Las provincias más afectadas en el segundo trimestre son La Habana, Villa Clara y Guantánamo.
Figura 3. Cuba. Reporte de crímenes y delitos, segundo trimestre del 2023.
Fuente: Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC)
El OCAC considera muy relevante la comparación del comportamiento trimestral donde se puede apreciar que prácticamente entre un trimestre al otro se duplicaron los delitos, de 98 a 189 (para un 92% de crecimiento). De estos, los robos crecieron en un 83% (77 versus 42) y los asesinatos en un 43%. (49 versus 33) Otro dato para tener en cuenta es que el mayor incremento ocurrió en el mes de junio, lo que pudiera indicar que se avecina una escalada de hechos delictivos en los próximos meses.
Sin duda alguna esta situación del aumento del índice de criminalidad y la inseguridad ciudadana pone un bombillo rojo sobre la industria turística cubana. Cualquier turista que quiera planificar un viaje a la Isla tendrá en cuenta su seguridad individual antes de tomar una decisión.
Conclusiones
La industria turística cubana se enfrenta a la peor crisis de su historia. La mediocridad manifiesta de las autoridades cubanas en el manejo de la crisis multisistémica que presenta el país ha puesto en crisis a una de sus tres principales fuentes de ingresos. Los resultados alcanzados en el arribo de turistas al país en los primeros ocho meses del año así lo reflejan: solo 1.666.504 turistas, una cifra extremadamente baja si la comparamos con los 3.125.714 viajeros que arribaron al país en 2019 en igual periodo de tiempo.
Este declive de 46,68% con respecto a 2019, año previo a la pandemia, muestra claramente el nivel de estancamiento de la industria turística del país. Su fracaso en la etapa de recuperación post pandemia contrasta con el éxito sostenido que han tenido el resto de sus competidores en el Caribe, que continúan batiendo récords de arribos de turistas a sus respectivos mercados.
Esta situación ha generado la disminución de vuelos al país por parte de varias líneas aéreas de Europa, así como el cierre de operaciones por parte de otras de EEUU. Por otra parte, en la medida que la crisis de escasez de alimentos, medicamentos y combustible se acentúa en el país, otro factor negativo se incorpora como un nuevo lastre que golpeará muy fuerte y enlentecerá aun mas la recuperación de la industria en los próximos meses: el aumento de la inseguridad ciudadana.
Así las cosas, el país no podrá cumplir con la meta trazada de lograr el arribo de 3,5 millones de turistas. Con mucha suerte podrán llegar a los 2,4 millones, una cifra similar a la alcanzada en 2009, hace 14 años.
También es posible especular sobre una contracción aún más drástica en el turismo que visita la isla. Porque la región del Caribe puede apostar por mantener e incrementar el flujo del turismo ajustando los precios. Cuba no puede disminuir las tarifas a los turistas porque muchos de los insumos para el turismo son importados, y la inflación interna se junta con los precios globales para restar a la capacidad de maniobrar con respecto a los mantenimientos necesarios. La contracción del turismo en la isla ahora está acompañada por el estancamiento, pero a un paso de un ciclo negativo en espiral.
Como ave fénix renace de sus cenizas la revolución moribunda.
Cada colapso económico, fruto de la desastrosa administración económica del régimen, es seguido por la aparición de un mesías que llega a subsidiar el desastre y recordarnos la eternidad del proceso.
URSS, Venezuela y Rusia, además de la siempre presente ONU, se han alternado en el papel de salvavidas de un proyecto económicamente inviable que sólo produce lo suficiente como para generar hambre colectiva y mantener a una élite política corrupta.
El pesimismo engordado en 6 décadas nos dice que esto también pasará. Volverán los turistas, bajará la inflación, volverán los disidentes políticos a las cárceles o al exilio y la continuidad de la pobreza seguirá su curso imparable.
La democracia y la libertad son dos puntos brillantes y lejanos en el horizonte que el cubano, caminando o nadando, busca desesperadamente pero que no se atreve a construir por sí mismo.