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Opinión

MIPYMES en Cuba: Nos cambian el collar, pero seguimos siendo perros

Muchos ven en la aprobación de las MIPYMES un parteaguas y se ilusionan con el flamante permiso a la iniciativa privada, pero en realidad ¿qué se ha permitido exactamente?

La Habana
Una pintada en una calle de La Habana.
Una pintada en una calle de La Habana. Diario de Cuba

En Cuba hay cambios, y sí, la aprobación de las MIPYMES es probablemente el más trascendente, pero ¿eso significa que está cambiando la naturaleza del régimen, o que el castrismo se está adaptando a nuevas circunstancias para poder mantener el poder?

Muchos ven en la aprobación de las MIPYMES un parteaguas y se ilusionan con el flamante permiso a la iniciativa empresarial privada, tomándolo como evidencia de una transformación profunda en Cuba, pero en realidad ¿qué se ha permitido exactamente? ¿Tienen ahora libertad empresarial los cubanos —lo que sí sería un cambio radical—, o esa "libertad" llega solo a algunos privilegiados —lo que significaría más de lo mismo—?

Si durante el último año hubiese habido verdadera libertad empresarial, los altísimos precios en Cuba, que están escalando aún debido a la escasez, estarían, por el contrario, bajando y acompasándose con los precios internacionales; pero eso no es lo que vemos en las ofertas de productos muy básicos, vendidos al por mayor por algunas MIPYMES con patente de corso para importar:

  • Kilogramo de leche en polvo en Cuba 9,3 dólares / precio internacional aproximado 3,3 dólares
  • Kilogramo de pollo en Cuba 2,43 dólares / precio internacional aproximado 1,26 dólares
  • Kilogramos de harina de trigo en Cuba 1,6 dólares / precio internacional aproximado 0,35 dólares
  • Tonelada azúcar blanca refinada en Cuba 1.300 dólares / precio internacional aproximado 562 dólares

Insistimos, son precios de venta al por mayor —principalmente en contenedores—, que no incluyen gastos de entrega. Los precios a la población son mucho mayores. Solo la falta de competencia y de libertad para hacer negocios permite unos márgenes de beneficio tan obscenos. Entonces, ¿las MIPYMES son evidencia de libertad empresarial o de permiso y oportunidad para que algunos se forren?

Otra cosa que están copando rápidamente estas pequeñas y medianas empresas "privadas" son los locales comerciales clave de la gastronomía nacional, es decir, cafeterías y restaurantes muy céntricos y en funcionamiento desde antes de 1959, que la Revolución arrebató a sus legítimos dueños para, después de mal utilizarlos durante 60 años, reprivatizarlos ahora… ¿devolviéndolos a sus dueños originales como se haría si estuviesen cambiando realmente las cosas en Cuba? Pues no. ¿Al menos los sacaron a concurso público con transparencia? ¿Alguien se enteró de que el Gobierno licitara el Castillo de Jagua, 12 y Zapata, Toyo, Esquina de Tejas y otras minas de oro, sobre todo si se combinan sus localizaciones estratégicas con los precios antes vistos? Otra vez un rotundo no.

Estos locales se están entregado a dedo, porque en la Cuba totalitaria se usa el mismo mecanismo para darle a alguien la administración de un restaurante que para designarlo "presidente" del país. A fin de cuentas, y como las cosas no están cambiando, ese no es más que otro cargo de administrador, solo que de un negocio mayor.

Una licitación pública abierta a todos los cubanos, sin importar lugar de residencia, habría indicado un verdadero cambio en el sistema, pues la propiedad o la administración de esos negocios recaería en aquellos que ofrecieran mejores condiciones para los consumidores y/o un mejor pago para las arcas estatales. La imparcialidad del Gobierno habría fomentado un uso económicamente óptimo de los recursos del país, pero no se hizo así.

Lo que pasó es que recientemente apareció en el televisor el primer secretario del Partido en La Habana reinaugurando estos locales —ahora privados total o parcialmente—, y así los cubanos vimos cómo la supuesta propiedad de todo el pueblo ha pasado, por obra y gracia de la Revolución, a propiedad privada de alguien… ¿por sus méritos empresariales? Respóndase usted mismo.

En tan solo un año, con la aparición de más de 6.000 MIPYMES, se ha triplicado el número de empresas en Cuba. Sin embargo, ello no ha supuesto cambio real porque, aunque hay más "competidores", sigue sin haber competencia, libertad o justicia. El arbitro es a la vez dueño de la liga, dueño de la mayoría de los equipos, dueño de los dueños de los otros equipos, dueño de las reglas del juego, y dueño de quien va a detenerte, juzgarte y hasta "defenderte" si algún día decide el árbitro que ya no quiere jugar más, pues llegó la hora de nacionalizar todo "por el bien del país".

MIPYMES, "liberalizaciones", "descentralizaciones" y demás reformas no son prueba de cambio; al contrario, el modo arbitrario con que se están implementando estas transformaciones de la economía cubana, mientras simultáneamente se dota al Estado de nuevas facultades represivas legales, lo que exhibe es que la esencia totalitaria del sistema sigue inmaculada. Nos están cambiando el collar, pero seguimos siendo perros.

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3 comentarios

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Este artículo debería ser muy difundido

¡Excelente trabajo periodístico! Mis calurosas felicitaciones a la licenciada y colega Cruz.

Las MIPMES se parece al niño que es dueño de la pelota, bate y guante cuando este se cansa o lo sacan del juego, se lleva todo su equipo y deja a todos los demás niños rascándose las cabezas. Si esos negocios empiezan a ganar dinero a dos manos, el niño malcriado se lo quita.