De acuerdo con la Resolución 81 de 2022, emitida por el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) y publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba No. 38, los jefes de cadenas de tiendas y "otras entidades comercializadoras" estarán autorizados a establecer los precios de algunos productos comercializados en pesos cubanos.
Con esta medida, limitada desde su propia concepción, las autoridades cubanas inician lo que ellos mismos han calificado como "descentralización de los precios minoristas en pesos cubanos", aunque solo para un grupo determinado de productos.
No obstante, la regulación mantiene la centralización de precios de productos considerados "de primera necesidad y de alto impacto en la población", como son los aceites comestibles, el pollo (muslo y contramuslo), los picadillos de ave, res y los rones Havana Club.
También quedan exentos de la nueva normativa los artículos de higiene y aseo de producción nacional de línea económica, como jabones de tocador y baño, detergentes, pasta y gel dental, desodorantes y frazadas de piso.
Para establecer los nuevos precios, los directivos cubanos deben tomar en cuenta "principios generales vigentes, con una evaluación integral de los costos y gastos con criterio de racionalidad y eficiencia, así como de la correlación con los referentes del mercado", informó Cubadebate.
La resolución emitida por el MFP faculta al presidente del Grupo de Administración Empresarial para establecer regulaciones de precios minoristas a productos de venta por las Cadenas de Tiendas de su atención, cuando se requiera.
Muchos cubanos cuestionaron en el foro del portal Cubadebate que esta medida servirá para privilegiar la rentabilidad de las empresas mediante la subida de precios a la población.
Al respecto, el MFP contestó que tras la implementación de la medida se realizará una "supervisión y control que permita identificar las desviaciones, violaciones y rectificar oportunamente".
El ministerio cubano añadió que "la estabilidad en los precios" deben alcanzarla "con el incremento de las producciones nacionales, sobre la base de una mayor eficiencia y reducción de gastos de la cadena de comercialización".
Sobre la nueva resolución, el economista cubano Pedro Monreal dijo que "parece haberse iniciado el 'Ordenamiento 2.0' con una apuesta arriesgada, sin explicación de su racionalidad económica", por lo que alertó que "la flexibilidad microeconómica de precios pudiera provocar inestabilidad macroeconómica".
"La decisión de flexibilizar precios a nivel micro parece basarse en el supuesto de que predominaría un efecto positivo de la rentabilidad en la inversión, en vez de prevalecer un efecto negativo en la demanda agregada debido a la reducción del ingreso real", añadió Monreal en su cuenta de Twitter.