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Azúcar

La ideología como remedio y el fallecimiento de la industria azucarera en Cuba

La historia clínica de la producción de azúcar en los últimos años revela que la enfermedad emergió con el monopolio estatal de la propiedad.

La Habana
Corte mecanizado de caña.
Corte mecanizado de caña. ACN

La industria del azúcar, símbolo de la historia y la cultura de Cuba, ha entrado en terapia intensiva. Su salvación depende de un medicamento de última generación: la ideología.

El pasado mes de diciembre el III Pleno del Comité Central del Partido Comunista (PCC), fiel a la continuidad, aprobó la propuesta de salvación. Para ese fin se creó el grupo temporal de trabajo integrado por 18 científicos y expertos y un sistema de aseguramiento político que cuenta entre sus herramientas con "la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, el Plan Nacional de desarrollo Económico y Social hasta el 2030, los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2021-2026, y la estrategia Económica y Social" (Granma, 18 de diciembre de 2021).

La historia clínica de un paciente es el primer paso para diagnosticar su enfermedad. Resulta que en la Colonia, en 1892, ya Cuba producía un millón de toneladas de azúcar. Luego en la República se arribó a 2,5 millones en 1913; rebasó los tres millones en 1916; los cuatro millones en 1919; fabricó 5,3 millones en 1925; sobrepasó los seis millones en 1948 y rompió su récord en 1952 cuando elaboró algo más de 7,2 millones. Después de 1959, con un esfuerzo colosal que dejó al país extenuado, se produjeron 8,5 millones en 1970, para descender gradualmente hasta 3,8 millones de toneladas de azúcar en 1999.

Para revertir el retroceso, soslayando a José Martí, quien en 1894 escribió al general Máximo Gómez: "un pueblo no se funda, general, como se manda un campamento", en 2001 se designó, precisamente, a un general de división al frente del Ministerio del Azúcar (MINAZ)y se anunciaron dos proyectos: 1- la Reestructuración de la Industria Azucarera, dirigida a lograr un rendimiento industrial del 11%, y 2- la Tarea Álvaro Reynoso, para alcanzar en la agricultura 54 toneladas de caña por hectárea. El pronóstico con ambas tareas, se consideró tan exitoso que se aseguró una recuperación tan rápida, que en ese mismo año se alcanzarían los cinco millones de toneladas de azúcar producidos en 1925.

Para que el éxito fuera mayor se cerraron 100 de los 156 ingenios existentes y se pasaron a otros cultivos más del 60% de las tierras cañeras; pero el enfermo no reaccionó al tratamiento y entre 2001 y 2010 la producción continuó su descenso hasta 1,1 millón de toneladas de azúcar.

Ante el empeoramiento de la enfermedad, el MINAZ y el general de división fueron sustituidos por el Grupo Empresarial de la Agroindustria Azucarera (AZCUBA) y se proyectó un crecimiento anual del 15% hasta el año 2016.

La zafra de 2011 quedó por debajo de 1,3 millones de toneladas; la del 2012 incumplió el plan de 1,45 millones de toneladas; la de 2013 de 1,7 no pudo rebasar 1,6 millones. A pesar de que esas manifestaciones indicaban que la enfermedad seguía avanzando, se anunció que la zafra de 2014 sería "la mejor cosecha de la década". Y que según Machado Ventura —galeno de profesión—, planteó: "esta zafra tiene que ser mejor que la anterior, porque el país lo necesita...". Sin embargo, el 28 de febrero hubo que reprogramar el plan y en marzo, el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, tuvo que pedir a los azucareros de Cienfuegos: un esfuerzo extra, pues "se registran complicaciones técnicas en el extremo oriental del país" (Granma, 18 de marzo de 2019). Así, año tras año, se llegó al mayor descalabro de esa industria en la historia de Cuba: en 2021, de 1.200.000 toneladas planificadas no se pudo rebasar la cifra de 816.000; una cantidad casi similar a las 807.000 producidas en 1891.

En resumen, el cambios de dirigentes, la Reestructuración de la Industria Azucarera, la Tarea Álvaro Reynoso, el cierre de unas 100 fábricas de azúcar, la redistribución para otros cultivos de un alto por ciento de las tierras destinadas a las plantaciones de caña, la sustitución del MINAZ por AZCUBA y un variado paquete de medidas económicas y estructurales, y otros medicamentos no han logrado alcanzar la cantidad de caña por hectárea ni el rendimiento industrial planificados.

Una lectura atenta a la historia clínica revela que la enfermedad emergió con el monopolio estatal de la propiedad, los salarios insuficientes la pérdida de interés de los productores, y se agravó con la eliminación del colonato: una institución que surgió, resultado de la competencia entre ingenios, en la segunda mitad del siglo XIX, en la que los más pequeños al arruinarse se convirtieron en colonos que entregaban sus cañas al ingenio vecino por una parte del dulce. De ahí en adelante la materia prima para la producción de azúcar quedó garantizada para producir, incluso, hasta más de siete millones de toneladas, como ocurrió en 1952 sin llamamientos ideológicos, recorridos por los ingenios ni "sistema de aseguramiento político".

Entonces no es difícil arribar a la certeza que la enfermedad, devenida crónica, la causó la estructura de la propiedad y el sistema de planificación de la economía implantados. Por tanto, aunque el enfermo se encuentra en fase terminal, el único tratamiento que pudiera salvarle la vida es un cambio radical en el tratamiento: la restitución de los mecanismos e instituciones erradicados por la Revolución.

No se trata pues, de una caída provocada por factores externos o coyunturales, ni tampoco por las causas esgrimidas año tras año: roturas, interrupciones industriales, dificultades en el suministro de la caña, molidas inestables, envejecimiento de la materia prima, ausencia de frío, humedad del suelo por la lluvia, retraso en la llegada de piezas de repuesto y neumáticos, falta de combustible o Covid-19.

Aunque el presidente Miguel Díaz-Canel, planteó "no hacer lo mismo que hasta ahora se ha hecho" (Granma, 18 de diciembre de 2021), lo determinado por el VIII Congreso del PCC, en abril de 2021, fue que la empresa estatal y el sistema de planificación socialista seguirían siendo la forma principal para la dirección de la economía nacional.

Al cierre de 2021, según publicó el diario Granma el 24 de diciembre de ese año, se sembró menos del 70% de la caña de azúcar prevista, para una producción que parece competirá con la alcanzada en 1865: 547.364 toneladas. Por tanto, lo que resta es la noticia del fallecimiento.

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3 comentarios

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Cuando quiero que algo no tenga solución, creo una comisión (Napoleón Bonaparte)

Profile picture for user Mr. Grinch

Excelente artículo. Dimas como siempre poniendo el dedo en la llaga.
A propósito del desguace de la gran mayoría de los ingenios azucareros en el país, otra de las tantas decisiones erradas del sabelotodo de Castro, porque decía que el azúcar ya no era rentable, pues más bien hizo el rídiculo, dado que al año siguiente de acabar con ellos el precio internacional del azúcar subió como nunca en los últimos 50 años.

Profile picture for user Ana J. Faya

"... el presidente Miguel Díaz-Canel, planteó 'no hacer lo mismo que hasta ahora se ha hecho'", pero bautizó su mandato como Continuidad.
La historia de la industria azucarera cubana bajo los Castro da vergüenza.