Economía cubana, pandemia y los falsos culpables del castrismo

En su informe anual ante la Asamblea Nacional, el primer ministro, Manuel Marrero, dice que la economía cubana creció un 2% durante 2021, tras una caída del 10,9% el año precedente. Démosle sentido al dato comparándolo con la evolución de la zona geográfica donde radica Cuba.

Si durante 2020 América Latina y el Caribe sufrieron una contracción del 6,8%, para el 2021 la CEPAL les pronosticó una recuperación del 5,2% que luego revisó al alza, llevándola al 5,9%. Mientras, el FMI elevó su predicción original en 1,8 puntos porcentuales, llegando a 6,4% de crecimiento estimado para la región. En definitiva, el continente recuperó en 2021 casi todo lo perdido en 2020, con un comportamiento económico progresivamente positivo durante el año.

Por el contrario, Cuba apenas recobró el 18% de lo perdido durante el primer año de pandemia —en 2020 perdió un 10,9% y en 2021 creció un 2%—, con una evolución peor de la esperada, por debajo del 2,2% que la CEPAL previó y del 6 o 7% que el entusiasta ministro cubano de Economía, Alejandro Gil, auguraba como crecimiento del PIB.

El premier Marrero detalló las razones de este desastre: "el bloqueo", la pandemia, la subversión político-ideológica, el desorden de las cadenas de valor internacionales y la caída del turismo. Nada que ver con el modelo neocastrista.

Analicemos a estos "culpables".

Culpar al embargo estadounidense es insostenible. Si el problema es el bloqueo y no la ineficiencia de la economía cubana, ¿cómo están llenas las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) y no las que son en pesos? ¿Cómo los hoteles trabajan a todo lujo y los hospitales a toda miseria? ¿Cómo entran barcos repletos de autos modernos 0km, pero no la leche en polvo? ¿Cómo los carros de la Policía son modernos, pero las ambulancias antiguallas? ¿Cómo el pollo Made in USA es la proteína principal del cubano y el cerdo está en peligro de extinción? ¿Cómo llega más dinero desde Miami que desde Caracas, Moscú o Pekín? ¿Será que tras 62 años de Revolución Cuba es más dependiente de Estados Unidos que nunca?

Culpar a la pandemia tampoco tiene sentido. Todos los países fueron afectados, la cuestión relevante es por qué Cuba se afectó más y por qué no se ha recuperado, como sí lo han hecho otros que tuvieron una peor situación sanitaria; por ejemplo, México y Perú en 2021 recuperaron respectivamente el 75% y el 100% de lo perdido el año inicial de la pandemia, mientras Cuba, como dijimos antes, recuperó solo el 18%.

Culpar a la subversión política es otro disparate. En todas partes —excepto en Cuba— hay protestas sociales que causan profundos quebrantos económicos. Chile y Colombia sufrieron verdaderas insurrecciones; sin embargo, en 2021 ambos crecen más de lo que perdieron en el 2020. En el caso del "neoliberal" Chile, con un espectacular 190% de aumento de PIB.

Culpar a la caída del turismo tampoco explica nada. Un competidor directo del turismo cubano —por similar oferta de sol y playa— es República Dominicana. A mitad de este año, la economía quisqueyana estaba creciendo un 12,1% con respecto al 2020 y un 3,5% con respecto al mismo periodo del año 2019, cuando no había pandemia. En ese mismo momento, la economía cubana llevaba un 13% de decrecimiento acumulado desde 2019.

Culpar a los problemas en la logística internacional tampoco aclara la particularmente mala evolución económica cubana. Los fletes han subido para todos, las cadenas de valor se han roto para todos, los cuellos de botellas se han apretado para todos, los contenedores están escasos para todos. Sin embargo, todos se han recuperado bastante bien; Cuba, no.

Definitivamente, la cuestión no está en las causas externas, sino en cómo el Gobierno neocastrista las enfrenta:

 ¿La eterna riña con los Estados Unidos es lo más conveniente para el pueblo o lo más conveniente para el castrismo?

¿Paralizar el país tanto tiempo fue una decisión humanista, o una impuesta porque el sistema sanitario nacional no podía manejar una infestación a gran escala?

¿Asociar subversión política y crisis económica no es otro modo de justificar represión e intolerancia al pensamiento libre?

¿Concentrar desproporcionadamente la inversión del país en el turismo está relacionado con la dependencia de la economía cubana con ese sector? ¿Son los cubanos o es el Gobierno quien quiere más hoteles?

Que, según los rankings de integración en cadenas de valor, Cuba esté en el lugar 143 de 160, penúltimo de América Latina, ¿tendrá algo que ver con como repercuten en la Isla los efectos del desajuste logístico mundial?

¿Cuántos falsos culpables se necesitarán antes de reconocer, parafraseando a Olavo de Carvalho, que el castrismo, lejos de ser un ideal que se pervirtió, es una perversidad que se idealizó?

Quien crea que este desastre económico se compensa con vacunación generalizada, recuerde que los datos, aparentemente abstractos de la economía, son sufrimiento real, íntimas desgracias personales y familiares.

Desconocemos —solo para mantenernos en el ámbito de la salud— cuánto padecieron los cubanos necesitados de medicamentos inexistentes porque el castrismo priorizó "combatir el coronavirus" —enfermedad de moda— sobre cualquier otro mal, incluyendo el cáncer y afecciones crónicas de mayor mortalidad.

Los gobiernos responsables no eligieron —como la propaganda cubana tanto afirma— entre economía y salud, sino entre mayor o menor sufrimiento. Los que erraron serán juzgados por sus pueblos. El Gobierno castrista tampoco decidió entre economía y salud; eligió entre lo que le convenía más o lo que le convenía menos, entre él y nosotros. ¿Quién lo juzgará?