Al analizar los últimos acontecimientos económicos en Cuba —específicamente la prohibición de depositar dólares norteamericanos en efectivo en cuentas bancarias y la aprobación de pequeñas y medianas empresas que puedan operar en un número muy limitado de actividades—, vale la pena echar una mirada a los diarios cubanos que circulaban durante los primeros años de la revolución y a sus titulares, tan parecidos a los de ahora.
La prensa cubana de aquella época atesora una información histórica que da fe, paso a paso, de los rápidos y graduales movimientos ejecutados por Fidel Castro para robarse todo un país. Lo que actualmente hacen sus sucesores no es nada diferente.
En los primeros 24 meses tras la llegada de Castro a La Habana, los titulares de la gran prensa comenzaban a anunciar el martirio que caería sobre los cubanos y que ha durado más de seis décadas.
En los primeros días de enero de 1959, Fidel Castro declaraba: "Locos los que crean que vamos a nacionalizar las Industrias".
Un par de meses más tarde, el 18 de abril de 1959, según reseñaba el Diario de la Marina, Fidel Castro declaraba que el comunismo no tenía ninguna posibilidad de éxito. Con esa frase, escondía lo que vendría un año después: la nacionalización forzosa de la banca y las principales empresas del país.
El golpe fue demoledor, bajo el amparo de las leyes 890 y 891, el 13 de octubre de 1960 se ejecutaba la expropiación de la propiedad privada cubana, lo que incluía a las mayores empresas del país y a toda la banca.
De esta forma, Fidel Castro comenzaba el desmantelamiento de una estructura empresarial construida exitosamente en la Isla durante varias décadas, de la mano de los propios cubanos y de la inversión extranjera. Ambas leyes desataron la ira de miles de ciudadanos que se sintieron traicionados y defraudados por Castro. La nacionalización fue brutal, a punta de pistola. Muchos trataron de rebelarse y terminaron fusilados, otros fueron condenados a penas de 20 y 30 años de cárcel, y el resto emigró al exilio como pudo, sin un peso en el bolsillo. Varios de los que no pudieron irse se suicidaron al perderlo todo, impotentes ante la barbarie. Ninguno de los expropiados fue compensado, incluidas las empresas extranjeras. El robo se hizo con la misma impunidad con que la cúpula militar mafiosa que hoy detenta el poder se apropia de las remesas que envían los exiliados y arrebata los dólares guardados bajo el colchón a una población marginada y privada de sus elementales derechos ciudadanos.
En agosto de 1961, el Gobierno revolucionario continuó su trabajo de depredador voraz y dictó las leyes 963/61 y 964/61. El objetivo era controlar el dinero circulante y desfalcar de una vez por todas a los cubanos. El nuevo decreto fue una operación de cambio de billetes. A partir de ese momento la moneda nacional perdía su valor fuera de las fronteras y todos los cubanos se convertían en pobres, con excepción de la nueva elite mafiosa, instalada en el poder a toda prisa.
Para ejecutar el canje de moneda, la ley 964/61 establecía lo siguiente:
Las personas naturales que acudieran a cuentas abiertas para realizar el canje portando más de 200 pesos, hasta la suma de 1.000 pesos, los obtendrían de inmediato. El resto, hasta los 10.000 pesos, quedaría depositado en una cuenta especial, de la cual su titular solo podría extraer 100 pesos mensuales. El exceso del depósito inicial de 10.000 pesos quedaba sin valor canjeable; o sea, se perdía esta cantidad.
A las personas jurídicas privadas, una vez demostrada documentalmente su condición de industrial o de comerciante, se les canjeó de inmediato hasta la suma de 5.000 pesos. El resto, hasta los 10.000 pesos, quedaría depositado en una cuenta especial de ahorro, de la cual su titular solo podría extraer 100 mensuales. El exceso del depósito inicial de los 10.000 pesos quedaba sin valor canjeable. Es decir, no era lícito ni permitido el cambio de más de 10.000 pesos por persona alguna.
En ese momento circulaban en el país 1.187 millones de pesos, de los que 724 millones se presentaron a canje. La diferencia fue de 463 millones. Al finalizar el canje, la circulación monetaria disminuyó en 709 millones de pesos. El dinero desvalorizado que arribó a La Habana en unos 30 camiones fue incinerado.
En apenas dos años, el dictador se hizo de los sectores estratégicos de la economía del país. Dejó sin dinero a las empresas y a las personas, y se apropió de toda la banca. De esta forma, desapareció la columna vertebral de la empresa privada nacional.
Posteriormente, Castro barrería con los pequeños negocios. El 13 de marzo de 1968 su Gobierno lanzó la llamada Ofensiva Revolucionaria y se apoderó de los últimos 57.280 pequeños negocios que quedaban en el país. La "moralidad burguesa" había que desaparecerla. Para ese entonces, en el país solo quedó una clase social: la de la pobreza igualitaria.
En su paso arrollador, al dictador no le bastó con demoler la clase media, apropiarse de las empresas y reprimir a todo aquel que se opusiera a sus medidas. También nacionalizó la radio, la televisión y todos los diarios y revistas del país, disolvió los partidos políticos y persiguió a todos los opositores, hasta lograr la prevalencia hasta nuestros días del Partido Comunista de Cuba (PCC).
62 años después continúa el mismo modus operandi
Recordar lo sucedido es un buen ejercicio para comprender lo que acontece en Cuba 62 años después. En realidad, no ha cambiado absolutamente nada: los ciudadanos siguen marginados por el Gobierno, sin poder generar riquezas ni expresarse libremente.
Es inobjetable que el régimen, al pasar de los años, ha involucionado como sistema. Sin embargo, en su metamorfosis para sobrevivir y mantenerse en el poder, sofistica los mecanismos de vejación y sometimiento de los ciudadanos. Hoy se adapta a las nuevas circunstancias y tecnologías. Ya no fusila a los opositores, sino que los apresa en sus casas. Ya no confisca empresas, ahora da licencias para trabajar por cuenta propia de forma restringida. También cambia la moneda a conveniencia, te obliga a abrir cuentas en dólares aun cuando los salarios son en pesos. Te obliga a depositar en las cuentas en dólares cualquier divisa que no sea dólar para cobrarte un canje de moneda y disminuir tu poder adquisitivo. Las tiendas minoristas propiedad de los militares y los servicios de telefonía celular son en dólares, no en pesos. Los ciudadanos están obligados a comprar en dichas tiendas para cubrir sus necesidades elementales de alimentación, aseo personal e higiene. En fin, el régimen ha diseñado un país para ser mantenido desde afuera por quienes escapan en busca de un futuro mejor, por quienes se atreven a emprender una nueva vida.
Y así, aun cuando logras huir del martirio, no dejas de ser rehén de la dictadura, pues sigues siendo víctima de la separación familiar. Parte de las riquezas que eres capaz de generar en un país con libertad va a parar a manos de tus secuestradores. Pues la ayuda financiera que envías mensualmente a tus seres queridos nunca llega a sus manos, sino que queda varada en una cuenta bancaria en un tercer país para ser usada posteriormente, ya sea para lavar capital y convertirla en activo, construyendo nuevos hoteles en tierras nacionalizadas y robadas en 1959, o para multiplicarla cuando compran el pollo que posteriormente venden en las tiendas en dólares de las que son dueños, a un precio siete veces superior a su costo de adquisición.
Conclusiones
La masacre financiera implementada hace uno días por el régimen cubano de obligar a los ciudadanos a depositar en cuenta los dólares que tienen bajo el colchón en un plazo de diez días, no difiere en nada de la ocurrida a comienzos de la revolución, cuando todo se nacionalizó sin compensación alguna, las autoridades se apoderaron del país y cambiaron la moneda.
La crisis económica que hoy atraviesa el sistema, y que se expresa en una economía en bancarrota, de empresas ineficientes, con una deuda externa galopante, sin liquidez de divisas en los bancos, con las exportaciones en total declive, sin turismo y la pandemia desbocada, ha hecho desempolvar al régimen el viejo manual para apretar al pueblo y robarle nuevamente sus pocos ahorros.
En medio de este escenario, el régimen anuncia que aprueba la apertura de pequeñas y medianas empresas en un ámbito muy restringido. En su delirante movimiento, ¿pensarán las autoridades que habrá algún desquiciado que se lance a invertir en un mercado donde el Estado se comporta como un matarife para arrebatarte los dólares? ¿Habrá algún iluminado que se atreva a invertir en un país en el que cada dólar que se deposite en una cuenta se evapora a la velocidad de la luz y se convierte en un peso que no sirve en ninguna parte del mundo?
Hasta a un abuelo mío que era un gran "empresario explotador", le quitaron
el sillón de limpiabotas que tenía en el emboque de Regla, no le dejaron ni los
trapos de dar brillo
Una suerte contar con el enorme talento del señor Morales para comprender la ruina, el abismo en que ha lanzado a Cuba el fascismo cotidiano de los Castro antes, oprobiosa faena ahora continuada por el misterioso grupo militar que desgobierna la isla con puño de hierro desde las sombras, ya que los figurones visibles del mundo oficial carecen de auténtico poder, más allá de la magra cuota cedida por estos coroneles y generales.
Abandonadas ya todas las sutiles maniobras y argumentos populistas pseudosocialistas queda el crudo esqueleto de esta moribunda criatura que se llamó socialismo cubano, en cuyo nombre se verificaron muchos de los desmanes que aquí nos reseña el articulista. Secuelas que en un futuro será muy duro superar e incluso probablemente resulten irreversibles como ya la realidad se está encargando de hacerlo visible.
Gracias una vez más al estimado señor Morales por su contribución a Cuba.
Good job, Morales!
ESTRAORDINARIAMENTE BUENO ESTE ANALISIS. Felicidades al autor
Cuando trato de explicarle a mis colegas no cubanos, el caracoquismo les digo que es como si Lucky Luciano o Al Capone se hubiesen apoderado de una nación con ejercito, policía, bancos, embajadas, prensa y todo se lo hubiesen apropiado.
Cárcel
Odio
Miseria
Usurpación de derechos
Narcotráfico
Intromisión en la vida privada
Saqueo
Muerte
Opresión
Emigrados no le hagan caso a esta arenga novelistica y sigan enviando dolares a Cuba, su deber es mantener a las familias cubanas aunque en ello les vaya la vida, se dice que el gobierno recibio mas de 3 mil millones el año pasado en remesas y se espera que este año se supere esa cifra y si contamos con que en los proximos 10 años se hayan marchado del pais otro millon de cubanos mas, entonces podremos superar los 6 mil millones dentro de 10 años, gracias a todos por su colaboracion con el gobierno, estamos muy agradecidos patria o muerte venceremos.
Efectivamente, como Ud. dice con gran ironía, las remesas son el oxígeno del régimen. Se debe iniciar una campaña de no enviar nada de dinero a Cuba. Hay mucha necesidad en Cuba y es duro saber lo mal que lo pasa un familiar, pero en muchos casos, estas remesas hacen que los que las reciben se creen que viven un poco mejor que los demás, y ésto produce conformismo, un conformismo que es vital, tanto o más que las remesas, para el castrismo. Si se impidieran de alguna manera las remesas, es seguro que empezaría el desmoronamiento del régimen, le sería imposible reprimir el descontento popular que se crearía cuando muchos de los que reciben el dinero de fuera tengan que mal-vivir como los demás. Nada hay peor para un régimen, de cualquier tipo, que una gran masa de ciudadanos que ven como su nivel de vida se ve rebajado mucho. Ahora mismo en Cuba hay mucha gente, las estadisticas dicen que un 34% que ni siquiera buscan un trabajo en gran parte porque vive de las remesas. vagos felices.
Sinceramente me complace leer este articulo de Emilio Morales . Magnifico articulo. Me encanta cuando expresa E M ..., MASACRE FINANCIERA , si es esto lo que ha hecho la tirania castrocomunista .A la nueva ingenieria social que fue creada por la tirania castrista a partir de 1959 , no se le puede senalar ni un solo hecho positivo. Rene Libertario.
Este proceso es en gran parte, desconocido por una inmensa mayoría de cubanos. Esas confiscaciones masivas fueron realmente traumáticas para miles de familias cubanas: hubo suicidios, desesperación, desamparo y destrucción de tradiciones y un vacío gigantesco de ver trabajo y esfuerzos de generaciones enteras arrebatados a punta de pistola.
Se debería hacer publicidad también de estas cosas. Tanto como los plantados y fusilados tuvieron su película, los desposeídos por la revolución merecen su espacio también.
Cuba está bajo las garras de la cleptocracia más perfecta que se ha creado en el mundo. El desgobierno cubano ha creado una ciencia del arte de robar.
Un articulo para ser compartido en su totalidad. DDC sigue bloqueado en Cuba, pero... hágase un bien y además de recargarle el teléfono a su familiar en Cuba, copie y pegue esta crónica y envíela a su familiar o amigo en Cuba. Son este el tipo de lenguaje que apruebo en mi circulo de amigos; sin mediar grosería alguna, y de modo objetivo, el autor expone la esencia sinvergüenza del régimen cubano. Muchas gracias, señor Emilio Morales.
Excelente crónica histórica de los abusos de la Revolución, inspirados en el voluntarismo y mesianismo de Fidel, que destruyó no sólo la economía, sino la posibilidad de prosperidad futura.
Gracias al Sr. Morales por este texto, tan instructivo como los anteriores.