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Economía

Una deuda externa en default y sin solución a la vista, otro de los legados que deja Raúl Castro

Los préstamos comerciales de Cuba 'cuando se negocian lo hacen a solo diez centavos por dólar', afirman expertos.

Madrid
Una cubana en una calle de La Habana.
Una cubana en una calle de La Habana. EFE

Seis años después del inicio del acercamiento entre La Habana y Washington, Cuba está cada vez más lejos de poder acceder a préstamos globales mientras sus pagos de la deuda externa siguen congelados.

De acuerdo con un análisis del servicio noticioso de la empresa de asesoría financiera Bloomberg, actualmente el mercado para los antiguos préstamos comerciales de la Isla "está casi muerto y cuando se negocian lo hacen a solo diez centavos por dólar, un 70% menos que cuando el optimismo alcanzó su punto máximo en 2016".

Pese a que Raúl Castro prometió liquidar la deuda que el país había incumplido décadas antes, un primer paso para volver a ingresar al mundo de las finanzas globales y asegurar la financiación necesaria para reactivar una economía moribunda, hoy los esfuerzos de La Habana para hacer las paces con los acreedores se han descarrilado y la Isla está más aislada que nunca.

La sombría percepción se arraigó a medida que el apoyo extranjero se agotó en los últimos años, cuando se desplomó la economía de su antiguo patrocinador, Venezuela. Asimismo, la relación con EEUU se enfrió bajo la presidencia de Donald Trump, y Joe Biden ha señalado que una reconciliación no es una prioridad para su Administración.

Una fuerte caída en el turismo provocada por el Covid-19 dejó a la Isla sin divisas, exacerbando las dificultades causadas por una disminución en las exportaciones, que han caído en un tercio desde 2014.

Con apenas suficiente efectivo para pagar las importaciones de alimentos, Cuba no puede cumplir con los acuerdos de pago de la deuda que habían sido aclamados como una señal de su regreso a la escena internacional solo unos años antes.

"La combinación de Cuba reduciendo el ritmo de las reformas, el impacto de la situación de Venezuela y las sanciones de EEUU se refleja en una crisis de balanza de pagos. Eso los obligó a dejar de pagar la deuda externa", dijo Pavel Vidal, exanalista del Banco Central cubano que ahora enseña en la Pontificia Universidad Javeriana en Cali, Colombia.

Esa situación es decepcionante para los inversionistas que se sintieron alentados cuando Castro asumió el poder en 2011 y avanzó en la liquidación de antiguas deudas del Gobierno y empresas estatales, algunas de las cuales datan de la década de 1970.

En 2015, La Habana llegó a un acuerdo con 14 miembros del Club de París en 2015 en virtud del cual se condonaron 8.500 millones de dólares, dejando en 2.600 millones sus deudas. Asimismo, a la Isla se le dieron 18 años para pagar lo debido. Rusia, su benefactor de la era de la Guerra Fría, ya le había perdonado el 90% de su deuda.

Como consecuencia, hubo un repunte en el comercio de los antiguos préstamos comerciales, con precios de hasta 36 centavos por dólar en 2016, a medida que los inversionistas veían la oportunidad de ganancia con el regreso de la Isla al escenario mundial. El mundo financiero recibió otra señal alentadora a fines de 2017 cuando Raúl Castro dio señales de "la voluntad de Cuba de cumplir sus compromisos" con los acreedores.

Por entonces, un grupo de firmas de inversión conocido como el Club de Londres, que mantiene deuda privada en default por 1.400 millones de dólares, se acercó a La Habana para ofrecerle un acuerdo al Gobierno. Pero ello nunca tuvo éxito. Finalmente, unos inversionistas interpusieron una demanda en un tribunal de Londres, donde el caso está en curso.

Cuba debía 17.800 millones de dólares en deuda externa hasta 2017, según cifras oficiales de La Habana, aunque esa cantidad debe haberse incrementado desde entonces.

De este modo, no hay dudas de que la perspectiva de que Cuba venda un bono en el extranjero está muy distante. Las exportaciones cayeron en 2020 a su nivel más bajo en 15 años, dejando al país con poca moneda fuerte para pagar las importaciones de artículos de primera necesidad. La economía se contrajo un 11% el año pasado, una de las peores caídas de toda Latinoamérica.

Aunque en su discurso ante el VIII Congreso del Partido Comunista Raúl Castro negó la posibilidad de cualquier apertura económica, algunos analistas consideran que la gravedad de la situación actual podría proporcionar la motivación para solucionar el problema de la deuda en default y atraer capital extranjero.

Asimismo, existiría la posibilidad de que Cuba pueda obtener beneficios económicos al desarrollar una vacuna contra el Covid-19, pues si los fármacos tienen éxito la Isla podría reabrir al turismo y potencialmente exportar las vacunas.

"La situación en este momento podría ser el punto de inflexión que conducirá a más reformas", dijo Vidal, exanalista del banco central cubano. "Tienen que poner sus finanzas en orden para poder atraer la inversión internacional, porque eso es lo que se necesita".

Por ahora, sin embargo, el panorama para los inversionistas sigue siendo sombrío. Cuba incumplió sus pagos acordados a los miembros del Club de París en 2019. En 2020, a medida que la caída económica de la Isla empeoró durante la pandemia, las partes acordaron suspender los pagos del año.

Actualmente no hay negociaciones entre las partes, según una persona que ha estado involucrada en las conversaciones y que pidió no ser identificada citando información privada.

"Ambas partes saben que los cubanos no pueden pagar nada", dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba.

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3 comentarios

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¡¿Deuda externa... cuál?! ¿Dónde...?

El verdadero billete está en las arcas de Lopez Callejas en el exterior,en Cuba no hay ni donde amarrar la chiva.

Toma chocolates paga lo que debes, allá los pendejos que le tiren un cabo, yo les tiraría un ancla para que se hundieran, total saldría mejor con otro gobierno