Hay un sitio en Cuba donde puede comprarse casi todo lo esencial para vivir: jabones, desodorante, champú, carne de cerdo y res. Es una tienda virtual llamada Bazar Regalo. Los precios son en dólares.
La singularidad del sitio es que funciona como una suerte de Amazon para las empresas estatales cubanas, que exponen sus productos y servicios en una especie de portal de venta. En este no están solamente las entidades nacionales, sino incluso muchas provinciales o locales y, de manera excepcional, negocios privados como la marca para niños creada en Matanzas Gabi y Sofi.
Esta idea de bazar de productos no es la única cualidad especial del sitio. Allí el término "regalo" presupone que alguien en el extranjero haga las compras por esta vía para un destinatario en la Isla. Los medios de pago son, por ello, tarjetas Visa, Visa Electron, MasterCard y Maestro.
Los propios administradores del sitio sugieren incluso utilizar tarjetas prepagadas y recargables Walmart MoneyCard Visa y 3V Visa. O sea, pueden hacerse compras desde casi cualquier país. Menos Cuba.
Muchos de los productos se entregan en la dirección del destinatario de la compra, pero otros deben ser recogidos en la propia fábrica.
Pero, ¿qué puede adquirirse en Bazar regalo?
Uno de los productos estrella por estos días es el triciclo eléctrico de carga con cabina, que muchos cubanos utilizan como medio de transporte para alquilar. Su fabricante es la empresa VEDCA (Vehículos Eléctricos del Caribe), establecida en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel con capital extranjero. Cuestan 3.751 dólares y por menos de 100 pueden adquirirse baterías de repuesto.
Luego, entre los productos que el Amazon cubano muestra en el apartado de "Más vendidos" aparecen un ramo con tres rosas (10.27 dólares) y el libro de recetas Cocina cubana, cinco siglos de tradición (8.00 dólares).
Fuera de ofertas tan específicas, en Bazar Regalo hay productos mucho más sensibles. Mientras en muchos consultorios médicos de la familia los doctores utilizan esfigmomanómetros con años de uso, reparados y con desperfectos, o simplemente no cuentan con esa herramienta para medir la presión arterial de sus pacientes, en la plataforma se venden en modelos digitales.
Los equipos de automedición de la presión arterial Hipermax BF, fabricados por la empresa de tecnología médica digital COMBIOMED, cuestan 42.25 dólares y los recoge el cliente.
También en fábrica, pero en este caso en la Planta Mecánica de Santa Clara, se recoge la silla de ruedas eléctrica 2001 que allí fabrican, tras pagar por ella 1.850 dólares.
Igualmente se comercializan detectores de latido fetal y juegos de tres piezas de asidero para pacientes encamados o para hacer rehabilitación física, a 196.90 dólares.
Todo el surtido de Suchel que solo aparece en las tiendas en dólares de los militares está además disponible: desde la línea de champú y acondicionador Natural hasta los jabones de la misma marca, las cremas Alicia, los perfumes Camerata, Alas de Mariposa, Romeo y Julieta, más colonias, desodorantes, gel limpiador, sales de baño y hasta betún. Y se suman perfumes de marcas extranjeras, como Jean Paul Gaultier.
En el plano de los alimentos, el mercado ofrece una variedad de pescados y marisco no vista en la mayoría de las tiendas físicas cubanas. Por ejemplo, en Cienfuegos un paquete de langosta cruda congelada cuesta 32.50 y la cherna entera en diferentes proporciones puede valer entre 37.50 y 26.56, mientras que en Las Tunas la especialidad es el róbalo y a tilapia entera escamada. En ambos territorios venden filete de claria en distintos formatos.
Sancti Spíritus tiene huevos de codorniz en oferta, y Camagüey propone tres tipos de queso de la línea La Vaquita, entre 38 y 67 dólares. Lomo, paleta y pierna de cerdo es una oferta de Las Tunas; Matanzas comercializa carne ovina y Sancti Spíritus paquetes de picadillo de res de segunda, cinco kilogramos por 45 dólares.
Y a propósito de la escasez de materiales de construcción de la que se ha quejado el Gobierno y que hace que los precios de esos productos estén por las nubes, en Bazar Regalo hay desde bloques de hormigón y gravilla, losas y baldosas, ladrillos y elementos metálicos hasta todo tipo de áridos, mortero fino para repello (10.40 dólares la bolsa de 42kg), mortero estuco para dar fino y cemento pega.
No obstante, la crisis también afecta al Amazon cubano. Meses atrás, la Empresa Arrocera Sur del Jíbaro, de Sancti Spíritus, anunciaba la venta de ese grano vital para la dieta nacional. Los interesados podían hacer la recogida del producto en la propia entidad.
Poco después de iniciar la comercialización, esta se vio detenida, pero no la venta de subproductos del grano para usarlo como pienso animal. Ahora mismo, no hay arroz en ninguna de sus formas en esa web.
Los cubanos de a pie, que no tienen dólares ni parientes emigrados que les hagan las compras, deben luchar por conseguir ese alimento, que se cotiza hasta a 50 pesos la libra en el mercado negro de la Isla. El resto, emplea horas de su vida haciendo interminables filas ante los mercados para ver qué puede conseguir.
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Esto es lo mismo que hacia Don Angel Castro en su finca de Biran, pagaba a los jornaleros con vouchers y luego se los clavaba otra vez en su tenderete. El elemento nuevo en esta ecuación es que son los emigrados que viven fuera de la plantación los que van a pagar por estos artículos para su familiares rehenes de la familia Castro y la banda terrorista del MININT. Nada que Rockefeller, Mamita Yunai y Henry Morgan estarían envidiosos de como el regimen vitalicio de la familia Castro explota a 11 millones de mulatos. El caracoquismo ha resultado ser mas explotador y avasallador que ningún otro sistema en la isla.