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derechos humanos

Tres años sin ver a su hijo: el drama de la madre de un preso político cubano

En la extrema pobreza y a más de 850 kilómetros de su hijo, esta cubana pide justicia.

Santiago de Cuba
Madre cubana. DDC TV
Marieta Vizcay Mendoza, madre cubana.
Marieta Vizcay Mendoza, madre cubana. DDC

Marieta Vizcay Mendoza no puede contener las lágrimas cuando habla de su hijo, Junior García Vizcay, preso a más de 850 kilómetros de Songo-La Maya, Santiago de Cuba, donde ella vive.

La madre de preso político, sancionado a 13 años de privación de libertad por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, ha denunciado las condiciones inhumanas a las que es sometido y ha hecho un llamado a la comunidad internacional para exigir su liberación.
 
Según su madre, García Vizcay fue arrestado en La Habana y recibió una fuerte golpiza por parte de las autoridades de la que aún tiene secuelas. "Fue golpeado brutalmente y, como consecuencia, ahora sufre de dolores intensos en la cabeza, problemas de visión y una herida profunda que no cicatriza", declaró la madre del prisionero a DIARIO DE CUBA.
 
García Vizcay estaría recibiendo tratamiento neurológico en la prisión de Combinado del Este, pero su madre denuncia que no se le está proporcionando la atención médica adecuada. "Los dolores no lo dejan dormir, tiene que acostarse con la mano en la cabeza porque el dolor es insoportable. Se le ha formado una inflamación severa y los ojos se le llenan de sangre", explicó. Además, indicó que los medicamentos necesarios para su tratamiento no están disponibles.
 
Marieta Vizcay no ha podido visitar a su hijo en más de tres años debido a la crisis económica que atraviesa el país y la extrema pobreza en la que ella vive. "El pasaje para viajar hasta La Habana cuesta más de 10.000 pesos, una suma imposible para mí", lamentó. Aseguró que solicitó el traslado de su hijo a una prisión en su provincia para poder visitarlo, pero la petición fue denegada. "Esta es otra forma de tortura, tanto para él como para nosotros, su familia", agregó.

"No sé si mi hijo desayuna, almuerza o cena, no puedo ayudarlo porque soy una mujer pobre y enferma. (...)Yo soy una negra pobre, no tengo las condiciones", reconoció entre sollozos. 

"Como madre, exijo su libertad y pido a la comunidad internacional que nos ayude. No descansaré hasta verlo libre, al igual que las demás madres que luchan por la libertad de sus hijos", manifestó.
 
Esta denuncia se suma a las numerosas que han hecho familiares de otros presos políticos en la Isla, quienes aseguran que sus allegados sufren maltratos, falta de atención médica y condiciones carcelarias inhumanas. 

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