El sacerdote de la religión Yoruba y preso político cubano Loreto Hernández García, recluido en la prisión de Guamajal, en Villa Clara, estaría siendo objeto del ensañamiento del régimen, que no lo incluyó entre los reos excarcelados entre el 15 y el 20 de enero, pese al estado delicado de su salud.
Así lo manifestó este lunes al medio estadounidense Martí Noticias su esposa, Donaida Pérez Paseiro, quien salió de prisión el 15 de enero, un día después de que La Habana anunciara que excarcelaría a 553 reclusos, como resultado de una negociación con la Iglesia Católica y el Vaticano.
El anuncio se produjo poco después de que el saliente presidente de Estados Unidos, Joe Biden, diera a conocer que su Administración retiraría a La Habana la designación de Estado patrocinador del terrorismo. El régimen cubano no ha reconocido una relación entre esos hechos, pero las excarcelaciones se detuvieron cuando el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, asumió su segundo mandato y volvió a incluir a La Habana en la lista negra del terrorismo.
Hernández García, condenado a siete años de prisión por participar en las protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en decenas de ciudades de Cuba los días 11 y 12 de julio de 2021, no fue beneficiado con la excarcelación.
Pérez Paseiro, quien cumplía una sentencia de ocho años de prisión por la misma causa, expresó Martí Noticias su temor por la vida de su esposo, quien no está tomando los medicamentos que necesita para controlar la cardiopatía isquémica que padece.
"Temo por su vida, apenas duermo. Me da miedo que le vaya a pasar algo y siento que es lo que el castrismo quiere, que se me muera (...). Siento que me lo quieren matar. Siento que no le quieren dar la libertad para que se muera en la prisión", dijo la activista excarcelada.
Loreto Hernández García sufre también de hipertensión arterial y una polineuropatía diabética. En noviembre de 2024, su hermano, el opositor exiliado Jorge Luis García Pérez, "Antúnez", denunció que el prisionero político había sido agredido por presos comunes, tras reclamar la atención médica que el régimen le estaba negando.
Cuando Hernández García y su esposa fueron detenidos y procesados ambos presidían la Asociación "Yorubas Libres de Cuba".
El caso de este matrimonio opositor de Villa Clara ha sido denunciado en varios informes del Departamento de Estado de EEUU sobre violaciones a la libertad religiosa. También la Comisión de Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) y organizaciones como el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas y Solidaridad Cristiana Internacional (CSW, por sus siglas en inglés) han expuesto la situación de ambos.
En septiembre, Amnistía Internacional hizo un llamado a las autoridades cubanas para que liberaran de inmediato al líder religioso.
"La salud de Loreto Hernández García sigue en declive, informa su familia. A pesar de las recomendaciones médicas para su liberación inmediata, las autoridades cubanas lo mantienen encarcelado poniendo en riesgo su vida. Loreto sigue sin recibir medicación y alimentación adecuada", denunció la ONG.
"Loreto y Donaida, son presos de conciencia, fueron injustamente condenados tras su participación en las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021. La ONU ya ha expresado preocupación por los abusos cometidos contra ellos y otros líderes religiosos en Cuba", señaló Amnistía Internacional.
"Me trataban como el interno, el preso", dice la presa política trans excarcelada Brenda Díaz
Entre los reos que salieron de prisión como parte de la negociación entre La Habana y el Vaticano, antes de que el régimen paralizara las excarcelaciones, estuvo Brenda Díaz, mujer trans que estuvo internada todo el tiempo con hombres.
"Yo estaba con 80 hombres. Nunca fui tratada (por los guardias) como persona trans, me trataban como 'el interno, el preso'. Yo decía que era una mujer trans y me decían que no: 'Tú eres un hombre'", contó en entrevista con la agencia EFE, días después de salir de la cárcel.
"Me pelaron. No me dejaron un pelo en la cabeza. Ni uno solito. Y eso me chocó muchísimo. Después de tanto tiempo de estar con mi imagen femenina, verme así... eso me devastó", añadió.
La cubana de 30 años —procesada por sabotaje, desórdenes públicos y desacato por participar en las protestas del 11J, y condenada a 14 años y siete meses de cárcel— contó que los guardias de la prisión tampoco le permitieron usar ropa interior femenina.
Sobre el día que las autoridades del penal le comunicaron que sería excarcelada, contó que no podía creerlo y que esa noche no pudo dormir.
"Fue algo increíble. Me parecía mentira que, después de tres años y siete meses presa, sin poder ver la luz de la calle, sin poder ser libre, como yo siempre he sido, iba a reencontrarme con todo. Ella [su madre, Ana Mary García] estaba llorando y yo también. Esa noche no dormí. Hice mil inventos para dormir y no pude", dijo.
este pobre doble prisionero, primero tiene q desatarse las cadenas del diablo q no se ve y después del q se ve.
Levítico 26:1
No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
¿ Yoruba o Congo ? Son dos supersticiones distintas ...
Parece que sus caldero está obsorbo o se le olvidó de dar de comer a sus muertos antes de caer preso.La esposa puede ponerle un" enfumbe" a los carceleros a ver si aflojan o explotan,la fé hace milagros...