El líder opositor y preso político cubano José Daniel Ferrer, quien se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 5 de diciembre, no se siente bien, pero mantendrá su protesta, aseguró en una conversación telefónica que sostuvo con su esposa, la también activista Nelva Ortega Tamayo, este 9 de diciembre.
Este lunes, en vísperas del Día de Internacional de los Derechos Humanos, el opositor pudo hablar con su esposa durante diez minutos, desde la prisión de Mar Verde, de Santiago de Cuba, donde se encuentra recluido. Le describió su estado de salud y las condiciones de la celda en la que se encuentra. Ortega Tamayo grabó la conversación y publicó el audio en la cuenta de la red social X de Ferrer.
"No me siento bien, pero voy a resistir, voy a continuar en huelga hasta que se solucione esta situación que han creado en mi contra", dijo el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Ferrer decidió de dejar de comer, debido a que las autoridades carcelarias le impidieron acceder en su nuevo destacamento a los alimentos y agua que hasta ahora le suministraba la familia regularmente. Él se niega a ingerir la comida de la cárcel.
Al realizar en Facebook la denuncia de la situación que llevó al opositor a protestar mediante la negativa a ingerir alimentos, su hermana, la activista exiliada Ana Belkis Ferrer relató que en junio de 2022 el opositor comenzó a sentirse muy mal. Ferrer dijo entonces haber notado que le estaban suministrando determinadas sustancias en los escasos y mal elaborados alimentos del penal.
"Decidió rechazarlos y sobrevivir con los alimentos que le hacemos llegar en las jabas que se entregaban una vez al mes durante el último año, anteriormente eran cada cuarenta y cinco días y primeramente cada dos meses", explicó.
El argumento que las autoridades carcelarias esgrimieron la semana pasada para impedir que el opositor recibiera la comida que le lleva su familia fue que, al confinado en un destacamento junto a reclusos comunes, tiene que cumplir el mismo reglamento.
En la conversación con su esposa, el presidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) contó que está presentando problemas en los riñones, a pesar de que está tomando agua, y que también le están sangrando las encías y tiene dolores de garganta. No estaría recibiendo atención médica, pero aseguró que no la desea.
Los dolores musculares que tiene, producto de la golpiza brutal que las autoridades carcelarias le propinaron el pasado 18 de noviembre, han empeorado. Los granulomas que le quedaron como secuela le duelen todo el tiempo.
La familia sospecha que el personal de la prisión pudo haberle inoculado "algo" a través de los granulomas, durante la golpiza.
Sobre las condiciones de la celda, Ferrer explicó está en un área que debería ser para cuatro personas, pero hay cinco. Llegaron a ser seis, pero a un recluso lo sacaron los otros presos por robarle la comida al líder opositor.
"Ahí estamos hacinados. El espacio es demasiado pequeño para ser personas, bien podría ser para cuatro", describió el presidente del CTDC. No obstante, consideró que el principal problema que tienen en la celda es la higiene.
"Por eso es mi insistencia y el detergente debe pasar, porque la higiene es pésima. Hay moscas, una plaga de moscas que no te dejan tranquilo durante el día, cuando la luz está encendida, que está encendida todo el tiempo", explicó.
Agregó que hay "chinches en abundancia también" y señaló que, respecto a eso, las autoridades de la prisión "no hacen absolutamente nada".
Como en otras ocasiones, el líder opositor cubano afirmó que prefiere morir a rendirse. Antes de despedirse envió su solidaridad y su apoyo "a todos los presos políticos que pasan por situaciones similares en todo el país" y sus condolencias a los familiares del preso del 11J y miembro de la UNPACU Manuel de Jesús Guillén Esplugas, quien murió el 30 de noviembre en la prisión Combinado del Este, en La Habana, presuntamente a causa de una golpiza propinada por los carceleros.
El líder de la UNPACU fue uno de los 75 opositores encarcelados en la Primavera Negra de 2003. En esa oleada represiva fue condenado a 25 años de prisión. Estuvo ocho años preso y fue excarcelado con una licencia extrapenal que permitía al Gobierno devolverlo a una celda en cualquier momento.
Fue encarcelado el 11 de julio de 2021, cuando pretendía unirse a las protestas antigubernamentales que estallaron en más de 50 comunidades de Cuba.
A finales de noviembre, el CTDC presentó una solicitud de habeas corpus ante el Tribunal Supremo de Cuba en favor del líder opositor.
El CTCD declaró que el documento, firmado por el activista opositor Manuel Cuesta Morúa y que contó con la colaboración del abogado Julio Ferrer Tamayo, demandaba "la inmediata liberación del líder y prisionero político y de conciencia".
"La demanda no es solo moral, humanitaria y en consonancia con los derechos humanos", añadió, sino que "es fundamentalmente técnica", toda vez que José Daniel Ferrer García llevaba entonces "105 días de más en la prisión. Su condena se extinguió el 13 de agosto de 2024".
Días antes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó la atención del régimen cubano sobre las denuncias de violencia ejercida por las autoridades carcelarias contra Ferrer, en una publicación en Facebook en la que recordó que el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) es beneficiario de medidas cautelares.
"El Estado debe garantizar la integridad personal de las personas privadas de libertad y evitar la tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes", señaló la Comisión.
En septiembre, a través de una carta escrita de su puño y letra, que pudo salir subrepticiamente de la prisión, Ferrer hizo un llamado a la comunidad internacional para que preste más atención a la situación de vulnerabilidad y violación de los derechos humanos de los presos políticos que el régimen de la Isla mantiene en sus cárceles.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Freedom House, y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, así como varios Relatores Especiales de ese organismo, entre otros, han denunciado esta situación y exigido su liberación, sin que el régimen cubano les preste ni siquiera la más mínima atención.
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Este pobre se va a morir y nadie se acordará de él, no tendrá ni calle en Miami, Trump sin poner una piedra
Si al 99% de los compatriotas no les interesan los presos políticos y prefieren rendir honores a un reguetonero servil y delincuente, mucho menos a Trump, Biden , Sánchez, Trudeau o Bukele que no son cubanos y tienen sus propias obligaciones y asuntos a resolver.
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