La masiva huelga de hambre que realizaron presos comunes venezolanos a principios de junio en la prisión La Condesa y que terminó con el forzado traslado a otras cárceles de sus principales promotores, puso en evidencia los abusos y torturas de todo tipo que ocurren en el sistema penitenciario cubano.
La Condesa no escapa a la grave situación económica del país y al nulo interés de las autoridades en brindar a los reos unas condiciones mínimas, acordes con las normas nacionales e internacionales sobre el trato que se les debe dar a los reclusos.
Esta cárcel, inaugurada en junio de 1997, está ubicada en la carretera de Río Seco y pertenece al municipio de Güines, Mayabeque.
Es el único centro penitenciario donde cumplen condenas personas de otras nacionalidades y posee cinco campamentos, dos de ellos para los reclusos en régimen de mínima severidad, dos para los de régimen severo, y un quinto (con capacidad para 38 reos) está dedicado a los presos de avanzada edad o enfermos.
La prisión La Condesa tiene una capacidad aproximada para más de 250 prisioneros.
DIARIO DE CUBA tuvo acceso a un documento que aborda en detalles el funcionamiento de esta prisión, elaborado por un recluso que continúa encarcelado y firmado por 27 exprisioneros de ocho países. El escrito tiene la intención de sensibilizar a las autoridades del país de este recluso para que reclamen a las autoridades cubanas el traslado de este prisionero.
Uno de los fragmentos expone: "El agua potable llega entre las 5:00AM y 6:00AM y la cortan a las 10:00PM o 11:00PM. Cuando no hay electricidad —especialmente en verano— tampoco hay agua en el día".
"Durante el verano los apagones diarios llegan a ser de hasta de ocho horas continuas; lo que provoca que la sensación térmica dentro de la prisión sea comparable a meter la mano en un horno. Los techos son tapias de concreto y el intenso calor dura hasta la medianoche. La única planta generadora de energía se reserva para la noche, pero como el calor llega a ser tan sofocante, los ventiladores solo mueven aire caliente. Cuando alguien entra por la puerta es comparable a ingresar a una sauna", agrega el documento.
También refiere que "la ubicación de la prisión está a menos de un kilómetro del basurero de Güines y frente a un cañaveral. En tiempos de zafra, el humo y la ceniza invaden los alrededores de la cárcel y con ello, los malos olores por las quemas en el basurero".
La alimentación es uno de los temas más sensibles y señala que "cada día es menos cantidad, menos calidad y menos variedad. A finales del año 2022, quitaron la merienda de la noche que consistía en un pan y un vaso con jugo. Jamás hemos comido carne de res y desde el 2022 tampoco han vuelto a dar cerdo. El pollo lo dan dos o tres veces al mes, presas diminutas o partidas en trozos muy pequeños. Los huevos que antes daban dos, ahora solo dan uno".
Los presos en La Condesa deben gestionar por su cuenta parte los artículos de aseo como cuchillas de afeitar, desodorante y cepillo dental. En ese tema el documento consultado señala que "el tema de estar afeitado es el más notable ejemplo de trato indigno. La prisión no suministra afeitadoras, pero si no estás afeitado, te llaman la atención y si respondes que no te dan con qué, lo normal es que todo acabe con una resolución (anotación negativa en el expediente que siempre se magnifica al adicionarle 'falta de respeto' a la autoridad). Luego, te envían a Consejo Disciplinario, en donde te quitan de cinco a diez días, de los 60 de rebaja anual por buena conducta y automáticamente pierdes la posibilidad de obtener los 60 días más de rebajas adicionales por buena conducta".
La atención médica es otro tema en que las autoridades cubanas cometen constantes violaciones y negligencias. Sobre este tema expresa el documento: "No hay médico ni dentista a tiempo completo, estos hacen presencia cuando más, dos veces por semana. En más de una ocasión no ha habido disponibilidad de un vehículo para llevar al interno a un centro médico fuera de la cárcel, porque no hay combustible, o en el centro médico no tienen electricidad y se cancela la cita médica. Cuando el recluso logra tener un tratamiento, no hay forma de garantizar la integridad de este. Los tratamientos médicos comienzan, pero rara vez terminan".
En cuanto al trabajo fuera de la prisión, solo lo realizan los presos que están en régimen de mínima severidad, pero muy pocos, en una cifra que no llega a diez reciben remuneración por ello, de los más de 100 presos que deben trabajar.
"Todos los presos de 'mínima' deben trabajar 'voluntariamente obligados'. De negarse a trabajar sin sueldo, no reciben los 60 días adicionales de rebaja de su pena; antes deben firmar un documento renunciando al salario. Este documento especifica que el trabajo es voluntario'', refiere el documento.
''De los presos que salen fuera de la prisión a picar piedra y realizar labores agrícolas, aparte de la esperanza de recibir los cuatro meses de rebaja por año de condena, también lo hacen para conseguir algo para comer; como puede ser yuca, papas, mangos y cocos. A veces los carceleros les dejan ingresar un poco de esa comida, pero nunca como a los presos cubanos que trabajan en el campamento que hay fuera de la prisión; ellos sí pueden llevar suficiente para comer, los extranjeros no", subraya.
Los prisioneros reclaman la aplicación de las leyes
Los reclusos de La Condesa no solo han exigido en los últimos años mejores condiciones materiales, sino la aplicación retroactiva del nuevo Código Penal —vigente en Cuba desde 2022— y de otros instrumentos legales menores que, de aplicárseles, les permitiría rebajas en sus condenas o ser trasladados a sus países.
''Mi hermano Jackson Luna fue sancionado a la pena mínima de 15 años por el delito de tráfico de drogas, pero el marco sancionador cambió con el nuevo Código Penal y ahora la pena mínima por ese delito es de diez años. La propia Constitución cubana en su Artículo 100 dice que si algún marco sancionador sufriese un cambio que beneficia al reo, se le debe aplicar y ajustar la sentencia a la ley vigente. Nosotros hemos reclamado que hagan cumplir ese cambio, pero ellos se han negado en todo momento'', explica Mayerlin Luna, hermana de este preso común venezolano.
En la carta que dieron a conocer a la opinión pública los reclusos venezolanos cuestionaban que las autoridades cubanas tampoco muestren interés alguno en aplicar la Instrucción Especial 13 del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular, que establece la excarcelación anticipada y el traslado a sus países de los reclusos extranjeros.
Sin embargo, esa instrucción especial aclara que a aquellos reclusos a los cuales se les podría conceder el beneficio de la excarcelación anticipada, solo se les permitiría de manera excepcional la salida del territorio nacional.
La instrucción detalla el engorroso y tortuoso procedimiento para que al reo le sea aprobada la salida del país y deja claro que, tanto el Ministerio del Interior como la Fiscalía General, deben hacer dictámenes que autoricen y aconsejen dicho traslado.
A los reclamos de los presos venezolanos, se han sumado también los colombianos, que en La Condesa son más de 30 hombres. (En total los reos colombianos son algo más de 50, si se añaden las mujeres recluidas en la prisión El Guatao, en La Habana.)
Uno de estos reclusos, Manuel José Bermúdez Jimenez, ha solicitado su traslado hacia Colombia, amparándose en el Tratado sobre el Traslado de Personas Condenadas suscrito entre el régimen cubano y Colombia en 1999, sin que hasta el momento su solicitud haya prosperado.
"Desde el año 2020 en el cual fui detenido, he visto como ciudadanos de Bulgaria, España, Francia, Rumanía, Italia y Canadá han sido trasladados a sus países para terminar de cumplir su sentencia cerca de los suyos, ya que existen tratados en la materia entre esos países y Cuba", señala Bermúdez Jiménez en una carta escrita el pasado año a las autoridades colombianas.
Según este recluso, existen varios presos colombianos con graves problemas de salud y algunos de edad avanzada, que como gesto humanitario deberían ser trasladados hacia su país, para estar más cerca de sus familiares.
El paulatino deterioro de las condiciones de La Condesa ha hecho que las protestas de los reclusos sucedan con más frecuencia en los últimos años. Desde 2019 hasta la fecha se han podido conocer al menos cuatro protestas, pero las pésimas condiciones y los malos tratos de las autoridades persisten. Con lo que no es difícil prever que las insubordinaciones de los reclusos extranjeros de La Condesa estén lejos de terminar.
asi estaran todos esperando ser usados como cartas de cambio.
"La Condesa es prisión mucho antes del 1997. Cuando estuve recluido en ella desde el 90 hasta el 92 ,era prisión para militares ,preferentemente del Minint . En ese mismo 92 , comenzaron a llegar los presos extranjeros y todos los reclusos militares los trasladaron posteriormente (en los 98-99) a distintas prisiones .Algunos ,los de mayor graduación militar fueron a parar a el Área Especial de la prisión de Guanajay donde ya estabamos recluidos los de la causa#1 y #2 y un servidor. Por ello deben rectificar el dato que fue "prisión" a partir del 1997.