El preso político cubano Yoandry Reinier Sayú Silva, quien recibió una licencia extrapenal este mes tras estar en peligro de muerte, denunció este miércoles la mala atención médica en la prisión 1580 del habanero municipio San Miguel del Padrón, donde además habría un brote de tuberculosis.
Sayú Silva, condenado a ocho años de privación de libertad por participar en las protestas del 11J en el barrio habanero La Güinera, sufrió estreñimiento y fiebre durante diez días antes de que las autoridades del centro penitenciario decidieran trasladarlo al hospital. Como resultado, se le reventó el apéndice, contó al medio estadounidense Martí Noticias.
"Del 24 de abril al 4 de mayo estuve sin ir al baño y debido a eso tuvieron que operarme porque se me reventó el apéndice y me hizo una peritonitis debido a la mala asistencia médica", explicó el manifestante del 11J.
Cuando las autoridades de la cárcel lo llevaron al Hospital General Salvador Allende, conocido como La Covadonga, Sayú Silva tenía un cuadro infeccioso severo, además de el apéndice reventado.
Requirió varias transfusiones de sangre, tras las cuales su hemoglobina se estabilizó en nueve. Ahora se recupera en su casa, pero todavía necesita vitaminas, fumarato ferroso y ácido fólico, que difícilmente podrá encontrar en Cuba, hundida en una profunda escasez de medicamentos.
El joven, que fue arrestado cuando tenía 19 años y cumplirá 22 el 28 de mayo, contó que en la cárcel 1580 "los reclusos caen enfermos y no tienen medicamentos".
"Yo tengo una madre que es grandiosa y siempre lucha por mí, pero qué podría pasar con esas personas, porque yo no quisiera que hubiera más víctimas. Yo sobreviví, pero hubiera fallecido y hay algunos que no sobrevivieron por la mala asistencia y la mala higiene", subrayó.
Los médicos que atienden a Sayú Silva también le practicaron exámenes, debido a la sospecha de que tenga una tuberculosis extrapulmonar, pero lo resultados aún no están listos.
Él aseguró a Martí Noticias que en la prisión hay un brote de tuberculosis y dijo que algunas compañías están en cuarentena. También atribuyó a esa enfermedad la muerte del preso del 11J Luis Barrios Díaz, a quien se refirió como "compañero de causa" y que falleció en noviembre de 2023.
"El preso del 11 de julio que falleció, tenía tuberculosis, estaba quejándose hacía varios días. Ningún guardia le dio atención médica. Se empeoró y murió, pero todos los presos sabían que él murió de tuberculosis, porque esa misma compañía hacía unos meses estaba aislada por tuberculosis. Seguro que a la familia le dijeron otra cosa", sostuvo Sayú Silva.
La causa oficial de ingreso en de Barrios Díaz en La Covadonga fue "una bronconeumonía muy avanzada", contó en noviembre su cuñado, Carlos Hernández.
Al igual que Sayú Silva, Barrios Díaz recibió una licencia extrapenal, pero en su caso, llegó pocas horas antes de morir.
El joven preso del 11J también denunció que el régimen niega los beneficios carcelarios a los reclusos.
"También quiero denunciar que no dan los beneficios. Hay muchas personas ahí pasadas del tiempo para ir a campamento y no se lo dan", afirmó el preso político y se preguntó: "¿Para qué me tienes retenido en una prisión que no hay ninguna condición de vida?".
La negación de derechos a los presos en Cuba fue denunciada este miércoles por la ONG Amnistía Internacional (AI) en la red social X.
"Basta de Abusos", exigió la organización en la red social, con la etiqueta #CubaSinRepresión.
AI calificó de "indignante" la negación de derechos a las personas privadas de libertad y señaló que la denegación de atención médica, la alimentación precaria y las condiciones de higiene en las cárceles cubanas violan los derechos básicos de las personas detenidas.
Amnistía Internacional también pidió a los usuarios de las redes sociales enviar cartas al gobernante Miguel Díaz-Canel exigiéndole el respeto a los derechos humanos del pueblo cubano.
La negación de derechos como la atención médica en las cárceles cubanas también ha sido denunciada por el centro de información legal Cubalex, que en marzo lanzó una campaña para exigir ese derecho, principalmente para reclusos con enfermedades mentales.