El preso político Luis Robles Elizástigui ha recibido un permiso carcelario para cumplir el resto de su condena de cinco años en un campo de trabajo correccional.
Según informó su madre, Yindra Elizástigui, a EFE, Robles ha sido trasladado a una zona especial en un centro penitenciario a las afueras de La Habana, en donde ya se encontraba antes.
"Luis nos llamó el viernes a las 5:00 de la tarde (para informar de la decisión). Él acogió este traslado contento porque es algo que se esperaba. Son ya cuatro meses desde que le dijeron que se había aprobado".
Para su madre, el traslado al centro de trabajo correccional es un "gran paso" para que posteriormente "le toque su libertad condicional".
Consideró también que su hijo "en realidad no debió pasar por eso. Le deberían dar la libertad porque está preso injustamente. Esperemos que en 2024 por fin Dios me conceda la gracia de que mi hijo sea libre".
En el mes de noviembre Yindra Elizastigui se declaró en huelga de hambre para exigir la libertad de su hijo. La acción ocurrió tras su encuentro, junto a otros familiares de presos políticos, con el representante de la Unión Europea (UE) para los Derechos Humanos, Eamon Gilmore.
Elizastigui, explicó a DIARIO DE CUBA que había abandonado la huelga tras un encuentro que tuvo con un oficial de la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones, en 15 y K, en El Vedado.
En agosto de 2022 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió la Resolución 41/22, mediante la cual otorgó a Robles medidas cautelares de protección, tras considerar que se encuentra privado de libertad en una situación de gravedad y "riesgo de daño irreparable" a sus derechos.
Robles ha presentado problemas de salud en prisión y, según su madre, padece de hemorroides y problemas renales. También ha denunciado ser víctima de tratos crueles y degradantes en su encierro. Tanto la mujer como el hermano del prisionero político, Lester Fernández, han denunciado haber sido víctimas de hostigamiento por parte de la policía política cubana.
Luis Robles, de 31 años de edad, cumple una sentencia de cinco años de cárcel bajo los cargos de propaganda enemiga y desobediencia, por manifestarse en solitario con un cartel y de forma pacífica en diciembre de 2020, en La Habana. El joven pedía libertad y el fin de la represión contra los cubanos.