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Represión

Presos políticos con padecimientos psiquiátricos están sin tratamiento, denuncian varios familiares

Madres de presos políticos del 11J que sufren padecimientos psiquiátricos denuncian 'la falta de psicofármacos y asistencia médica especializada' para sus hijos.

La Habana
El prisionero del 11J Abel Lázaro Machado Conde.
El prisionero del 11J Abel Lázaro Machado Conde. Marcel Valdés/Facebook

El preso político Jorge Luis Rodríguez Valdés fue trasladado a la prisión de máxima seguridad Kilo 8, en Camagüey, según informó en redes sociales el centro de información legal Cubalex. El traslado ocurrió el martes 17 de octubre, y la información llegó a la organización cubana, radicada actualmente en el exilio, a través de otro recluso.

Cubalex interpreta el traslado como una represalia por las denuncias que ha realizado el opositor sobre las condiciones precarias y las violaciones a los derechos en la Prisión Provincial de Pinar del Río, donde estaba recluido. El activista, miembro del Partido Republicano Cubano, fue encarcelado en abril de 2022 tras pintar carteles en contra del régimen cubano en una oficina del Comité Militar y posteriormente en el paradero del tren de San Juan y Martínez, Pinar del Río. 

Valdés Rodríguez se encuentra confinado en una celda de castigo en Kilo 8. Antes de su traslado, expresó su determinación de continuar denunciando la situación de los reclusos, sin importar en qué cárcel se encuentre. Con anterioridad, las autoridades carcelarias le suspendieron durante un mes el derecho a las llamadas telefónicas, como castigo por las denuncias que realiza desde prisión.

Por otro lado, madres de presos políticos del 11J que sufren serios padecimientos psiquiátricos, denunciaron al portal informativo Martí Noticias de "la falta de psicofármacos y asistencia médica especializada" en los centros penitenciarios donde sus seres queridos cumplen condena.

Beatriz Machado Conde, madre de preso político Abel Lázaro Machado Conde, quien cumple nueve años de condena bajo los cargos de sabotaje y desórdenes públicos por su participación en las manifestaciones del poblado de Güines, provincia de Mayabeque, acudió el lunes a la prisión de máxima seguridad de Quivicán para asistir a la visita familiar. Al llegar, notó que el joven, de 25 años, se encontraba "totalmente desestabilizado", sin sus medicamentos para la esquizofrenia y "sin recibir atención médica", denunció Machado Conde. También responsabilizó a las máximas autoridades del penal "por la integridad física" de su hijo.

"Yo fui el lunes a la visita, y cuando Abel salió muy alterado y se sentó a hablar conmigo, yo empecé a notarle la alteración. Le pregunto si no le están dando el medicamento y me dice que nada, que lo necesita, que no duerme, y hablaba muchas cosas que yo me daba cuenta de que no estaba bien y me dijo que 'lo que tengo deseo es de tirarme en un rincón, ya no puedo más'", contó la madre del preso político.

"Abel está pidiendo una psiquiatra, y cuando él está pidiendo la psiquiatra es porque él reconoce que no está bien. Yo desde que vine estoy bajo una depresión que no me puedo levantar de la cama, de pensar que mi hijito se me vaya a matar", advirtió Machado Conde.

La madre del preso político denuncia además que el joven recibió en marzo pasado maltrato físico del segundo jefe del penal, Yulieski Menéndez Montero, que le dio golpes cuando él se negó a ser trasladado para otra compañía, lugar donde había estado anteriormente y un preso común de alta peligrosidad lo había amenazado.

Después de ese suceso, la madre del preso político presentó una queja en la oficina que atiende a los establecimientos penitenciarios de la región de Güines y todavía no ha recibido respuesta. Además, contó que el 8 de mayo su hijo intentó suicidarse en el área de los baños de la compañía número 6, y luego de eso los guardias del penal lo dejaron tirado en un pasillo toda la noche esposado de manos y pies, "con las shakiras".

En el Combinado del Este, en La Habana, se encuentra en una situación muy similar el preso político Dayron Martín Rodríguez, de 37 años. El joven es paciente esquizofrénico y fue condenado a 22 años de cárcel por el supuesto delito de sedición, tras su participación en las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio de 2021 en la barriada de La Güinera, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo.

"A él nunca le han dado los medicamentos de la esquizofrenia y sé que él ha atentado contra su vida, le pido mucho un milagro de Dios, porque está sin medicación y él mismo le dice al padre cuando va a las visitas, lo dice en las cartas también, que él no sabe cómo ha sobrevivido. No duerme, no come, le dan sudoraciones, la pasa muy mal porque no tiene ningún tipo de medicación", contó a Martí Noticias su madre, Estelvina Rodríguez.

Es oportuno recordar que el 15 de septiembre del pasado año, Rodríguez fue evaluado en Medicina Legal junto a otros presos comunes como parte de un proceso de reclamación para obtener su libertad condicional a raíz de la enfermedad mental que padece. Sin embargo, el preso político fue el único denegado por la fiscalía para recibir el otorgamiento de ese beneficio, esto a pesar del criterio emitido por tres doctores en el Instituto de Medicina Legal de la capital que lo examinaron y recomendaron la libertad condicional para Rodríguez.

El más reciente informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas denunció violaciones a personas privadas de libertad y entre las categorías de vulnerabilidad más comunes estuvieron: "ser preso político, activista o defensor de derechos humanos, afrodescendiente y padecer enfermedades crónicas". De igual manera la ONG Prisoners Defenders ha documentado de manera minuciosa testimonios de tortura en más de 100 casos de presos del 11J

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