La activista Saily Núñez denunció en redes sociales que su esposo Maikel Puig Bergolla, apresado por el régimen cubano por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, fue agredido "a traición" por un preso común en el centro penitenciario de Quivicán, Mayabeque, aunque se desconocen las circunstancias del ataque y el estado de salud de la víctima.
Esta agresión ocurrió después de advertencias a las autoridades hechas por Núñez sobre la posibilidad de un ataque como ese por amenazas que, de acuerdo con ella, había recibido Puig Bergolla en la cárcel por parte de reos comunes.
"Me acaban de llamar urgente de la prisión para decirme que agredieron a Maykel, no se sabe cómo está, lo tienen en el túnel. Hago responsable a la dictadura de lo que pueda pasarle", explicó durante un video en vivo en su perfil de Facebook.
La esposa del preso político, visiblemente afectada por la noticia, cuestionó a los oficiales del penal: "Ahora que lo atacaron, ¿qué van a hacer?", se preguntó. "No se sabe qué pasó, un preso común le fue arriba a traición", contó.
"Esto se sabía, lo estoy diciendo hace rato, lo estoy denunciando. Ni la Fiscalía, ni la Seguridad del Estado, ni nadie en este país hace nada porque todos son unos cómplices y lo que quieren es seguir buscándole delitos a los presos políticos", advirtió Núñez en su declaración. "Criminales, asesinos, Abajo la dictadura, Patria y vida, Libertad para Maykel Puig", exclamó en su denuncia.
En conversación con DIARIO DE CUBA este lunes Saily Núñez recriminó la falta de información: "Yo voy saliendo para la fiscalía de San José, en Mayabeque, para seguir con el tema de la denuncia de la agresión hacía Maykel porque el otro muchacho sigue ahí en la celda. Yo lo único que pude hacer fue llamar a la prisión y prácticamente me colgaron el teléfono. Me dijeron que hasta el miércoles no me pueden atender porque Maykel está bien y no pasó nada".
A inicio de mes, Núñez denunció en un video las agresiones contra su esposo, de 42 años, en la prisión de Quivicán. Alertó que Yulieski Menéndez Montero, un oficial que ha sido identificado por varios familiares de presos políticos como el segundo jefe del centro penitenciario de Quivicán, agredió físicamente a su esposo mediante un empujón. También dijo que en una carta que escribió él denunció que su vida corre peligro en la cárcel.
Núñez recordó además que, aunque su esposo fue condenado a 12 años por las protestas del 11J, debe cumplir dos adicionales por el supuesto delito de "atentado", una causa que consideró fue "fabricada" estando Puig Bergolla en prisión.
A raíz de estas arbitrariedades y agresiones que ha sufrido, Puig Bergolla ha realizado varias huelgas de hambre, una a finales de julio y otra en mayo pasado. Esta última ocurrió en medio de la visita a Cuba del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que asistió al tercer Consejo conjunto entre la UE y La Habana, establecido por el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación de 2016.
El régimen niega la existencia de los presos políticos en Cuba. En 2016, Raúl Castro, en una conferencia de prensa con el presidente de EEUU, Barack Obama, al término del histórico encuentro en La Habana, se mostró molesto ante la pregunta que le hiciera sobre el tema el periodista de CNN Jim Acosta. Castro respondió desafiante: "dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Menciónala ahora, ¿qué presos políticos?".
En aquel momento la lista de presos políticos de varias decenas, pero se ha multiplicado con los años mientras las autoridades del Gobierno la sigue ignorando. El régimen cubano encarceló a 14 personas en el mes de julio por motivos políticos, hecho que eleva a 1.047 la cifra de prisioneros políticos en la Isla, según el más reciente informe de la organización no gubernamental (ONG) Prisoners Defenders.
En fecha más reciente, el gobernante Miguel Díaz-Canel negó la existencia de presos políticos en Cuba cuando participaba en un encuentro con integrantes de la procastrista Caravana de Pastores por la Paz. "No hay presos políticos en Cuba", afirmó.
Las cárceles cubanas son infiernos dentro de un infierno y ponen a los presos comunes a agredir a los presos políticos.