El régimen arrecia en el acoso y la represión contra las presas políticas cubanas en su intento de silenciarlas. Además de condenarlas a largas sanciones por ejercer sus libertades cívicas y los derechos humanos, en la prisión las autoridades no les garantizan la comunicación con su familia ni una correcta alimentación. Tampoco tienen acceso a los medicamentos, y en muchas ocasiones les niegan el derecho a beneficios penitenciarios de los que gozan el resto de las reclusas.
Así lo denunciaron este viernes a DIARIO DE CUBA varios familiares. Ángel Delgado acaba de visitar a su esposa, la presa política del 11J Lizandra Góngora, condenada a 14 años de privación de libertad. Explica que mientras a otras presas le dan 12 horas de visita conyugal, conocida como "pabellón", a ella le dieron solamente seis horas. "Nos querían dar tres horas de 'pabellón' pero Lizandra se puso dura y al final nos dejaron seis horas”, señala.
"A nosotros nos dan la visita aparte, nos ponen seis guardias para rodearnos que hasta escuchan todo lo que nosotros hablamos. Me lo quitan todo, me hicieron que yo me desnudara para revisarme", dijo. Góngora está ahora cumpliendo su condena en Los Colonos, en la Isla de la Juventud, lejos de donde viven su esposo e hijos, que residen en Güira de Melena, provincia de Artemisa.
En esta visita Delgado pudo llevar a los niños, Góngora tiene cinco hijos menores de edad que han quedado al cuidado de su padre: "Todo fue rápido, Lizandra está regular, es demasiado esa cantidad de años que le pusieron a ella y se siente mal y triste porque ahí hay presas que han matado a sus esposos y todas tienen menos años de condena que ella".
Cuenta que "los niños están extrañando mucho a su mamá" y que "salieron llorando de la cárcel". Delgado informa también que está buscando la forma de iniciar "una revisión" de la causa de su esposa "para ver si le bajan un poco de años a la sanción".
"Nosotros tenemos argumentos de sobra, pero el que piensa diferente y se manifiesta en Cuba es peor que un terrorista. Ella me dice que a cualquier lugar que ella llega es como si llegara Osama Bin Laden. Yo he hablado sobre eso con la jefa de la prisión, pero es por gusto. Lo que pasa es que eso donde está Lizandra es como un campamento, ahí las presas andaban sueltas todo el día y después que ella llegó cambió el régimen, y entonces le cae mal a las presas y a los jefes porque esa vida que ellos tenían cambió y la culpan", detalla.
Según explica, al llegar Góngora a ese penal "todo eso se acabó" porque "la Seguridad del Estado y la CIM (Contra Inteligencia Militar) van de visita todo el tiempo para estar atrás de Lizandra. Entonces esas 'comodidades' que tenían se fueron acabando".
Delgado se cuestiona: "Si Lizandra no es presa política, ¿por qué la atiende la CIM? Dicen que en Cuba no hay presos políticos, pero a Lizandra la atiende directamente la Seguridad del Estado y la CIM, a ella no la atiende Cárceles y Prisiones".
Por su parte, la activista Annia Zamora cuenta a este diario que el pasado miércoles pudo visitar a su hija, la Dama de Blanco y presa política del 11J, Sissi Abascal Zamora, y le dijo que la comida del penal "es pésima" y "muy poca". "Está bien de salud y muy fuerte en sus ideas", agregó.
"Hace poco a Sissi le pusieron un reporte disciplinario, pero ya tenía puesta la otra medida desde junio. Ellas no se arrepienten de nada y continúan fuertes en sus ideas y principios. La situación en la prisión es muy difícil, la represión, la mala alimentación, el agua es un asco, los insectos, el calor, es muy duro lo que están viviendo", agrega.
De acuerdo a una denuncia realizada a Martí Noticias por Dilayda Echevarría, hermana de la Dama de Blanco Tania Echevarría Menéndez, en la cárcel de Bellotex no hay acceso a las medicinas que necesitan las presas políticas. Explica que su hermana, padece una diabetes descontrolada en prisión, donde debutó con esa enfermedad. "Ella sigue con su azúcar alta y se está descompensando igual. Ahí no hay medicamentos; yo cada vez que voy le llevo su medicamento", declaró.
Tania Echevarría fue condenada a seis años de cárcel bajo los cargos de "desórdenes públicos" y "desacato" tras su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 en Colón, Matanzas.
A ese mismo medio brindó testimonio también el opositor Ismael Boris Reñí, esposo de la Dama de Blanco Aymara Nieto, que cumple su sanción en la cárcel de mujeres El Guatao, en La Habana. En su declaración explica que a Nieto le acaban de negar "el beneficio de mínima": "Son denegados todos los beneficios que le tocan por derecho".
Un informe realizado por varias organizaciones independientes, como el Centro de Información Legal Cubalex, la ONG Prisoners Defenders, Justicia 11J y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, registra que son 106 las mujeres que se encuentran en las cárceles cubanas cumpliendo condenas por razones políticas.
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