El preso político cubano Luis Armando Cruz Aguilera, manifestante del 11 de julio, fue "esposado de manos y pies" para ser trasladado "a consulta médica por dolores de oído", este 19 de mayo, denunció a DIARIO DE CUBA María Celia Aguilera García, madre del joven.
"Me enteré de que a mi hijo lo iban a llevar al hospital Miguel Enrique, porque tiene dolor de oído, al parecer a causa de una infección, entonces fui hasta allá. A mí no me permitieron ir a la consulta con mi hijo, ni siquiera tocarlo", contó Aguilera García.
"Cuando (los oficiales que escoltaban a Luis Armando) vieron que yo seguía caminando tras ellos al salir de la consulta, hicieron a mi hijo caminar casi cuatro cuadras a donde habían parqueado el camión para subirlo dentro de la jaula, para que yo no lo siguiera mirando. No me dejaron acercarme a él, no me dejaron tocarlo, ni hablar con el médico. Yo me enteré por otra gente, porque a mí ni me avisaron", lamentó la madre.
"Lo hicieron caminar varias cuadras enshaquirado (con esposas atadas de manos y pies), y hasta un señor dijo que cuando lo llevan así es porque debe ser un asesino. Yo le contesté que él era un héroe del 11J, que gritó y no tiene miedo", afirmó la mujer.
Luis Armando Cruz Aguilera fue uno de los jóvenes que se manifestó el 11de julio en el municipio Diez de Octubre y fue condenado a diez años de privación de libertad por el delito de sedición. Primero estuvo en la cárcel Jóvenes de Occidente en La Habana, de donde fue trasladado para la prisión de máxima seguridad conocida como Combinado del Este y ubicada también en la capital.
Su madre también contó a esta redacción que el pasado 26 de abril Cruz Aguilera tuvo problemas dentro del reclusorio por revirarse ante el maltrato recibido por parte de los carceleros, en específico con el oficial de la Seguridad de Estado que se empeña en llamar a los manifestantes del 11J "Operación Dignidad" en vez de usar sus nombres.
"Cuando Luis Armando le dice que lo llame por su nombre el oficial le fue para arriba, entonces se quitó el pulóver y comenzó a gritar 'Patria y Vida' y 'Abajo Díaz Canel'. Junto con él comenzaron otros del 11J", dijo su madre.
"Ese día a mi hijo le dieron golpes, lo metieron en una celda de castigo, lo sentaron esposado varias horas y el que atiende la Seguridad del Estado le dijo que lo iba a llevar para una compañía donde había guapos de verdad para ver si él era guapo. En conclusión, de ahí para acá, mi hijo no me puede llamar casi porque se le caen las llamadas".
Por las constantes denuncias que hace Aguilera García en sus redes sociales y en medios independientes, es vigilada y citada por la Seguridad del Estado con el objetivo de frenar sus reclamaciones.
"A mí me citaron para el 4 de mayo en la Estación de Policía del Capri. Yo no la firmé (la citación) y les dije que no iba a ir a ninguna parte. Al ver que yo no fui, vinieron a mi casa y me dijeron que si yo seguía haciendo directas podrían abrirme una causa por desacato y quién iba a atender a mi hijo".
Dentro de la prisión, el joven de apenas 23 años le cuenta a su madre que "la comida se la están dando podrida y en malas condiciones".
"En un vaso de ocho onzas cabe lo que le están dando de comida a esos muchachos y la situación aquí está muy mala para llevar el saco. Los están matando de hambre y hay tremenda corrupción allá adentro. Los guardias venden hasta los teléfonos; a todos les dan dos o tres minutos, pero los que tienen dinero para pagar pueden hablar hasta media hora".
La culpa la ha tenido Batista por indultar al HP en jefe cuando estaba preso en Isla de Pinos comiendo sabrosas comidas que les servían a los presos. Merecía varias cadenas perpetuas por los asesinatos cometidos en el hospital del cuartel Moncada un 26 de julio cuando sus secuaces, por orden suya, mataron a sangre fría a los soldados enfermos y heridos que había en el hospital. El HP en jefe mandó a sus secuaces, pero él, como todo cobarde, se mantuvo lejos del cuartel en compañía de su hermano, la Raúl, para no arriesgar su nefasta vida. Esa sanguinaria y cobarde masacre él la vendió al mundo como una acción heroica.
Hablando de la época actual, esos carceleros desalmados que a los presos les dan comida podrida y a veces les escupen la comida, como le hacían a Antúnez, y les dan golpes y los torturan, tendrán su merecido. La venganza, tarde o temprano, llega.