Porque estaba muy débil en su huelga de hambre, la dictadura probablemente temió que el profesor Pedro Albert, paciente de cáncer de 65 años de edad, se muriera. Entonces le otorgó la libertad bajo fianza, al menos hasta el 25 de noviembre, fecha en que se sabrá de la sentencia por manifestarse el 11 de julio de 2021 (11J). Con él hablamos.
¿Qué pasó el 11J?
Mi participación duró unos cinco minutos y unos 20 metros. Yo vi, aquí en la esquina de la casa, en el centro de la calle, a personas que defienden el comunismo con palos en la mano que maltrataron a un joven y entonces me dije: "Yo no puedo perder la oportunidad ahora que el pueblo está en la calle de manifestarme, yo he recibido maltratos durante toda la vida". Solamente abrí los brazos y dije: "No soy comunista", y lo repito: no soy comunista. Enseguida me detuvieron.
¿Por qué se decide a tener una proyección política pública?
Más que proyección política, yo diría que espiritual. Yo todavía no he llegado a abogar por un partido y esas cosas (aunque me están empujando a eso). Pero sí, la vida me ha llevado a no estar conforme. Fíjate que en 2018, las directas que yo hago desde el parque John Lennon, las llamo "Proclamas espirituales desde La Habana": porque aquí hay un descalabro espiritual muy grande en este país.
¿Tuvo miedo antes de decidirse a hablar por las redes?
Bueno, antes de hablar por las redes, ya yo había escrito un libro en 2007, que entregué al Comité Central, donde analizaba la personalidad prepotente de Fidel Castro. Al inicio temí, porque todas las personas que están alrededor de uno, cuando uno se mete en estas cosas, se sienten incómodas, esposa, hijos. Pero ya ellos saben que yo soy así: ese es el polvo estelar que me conforma a mí.
¿Cómo fue la cárcel?
En la prisión no estás vivo. Solo estás vivo los tres minutos que hablas con tu familia. En el mejor de los momentos quizás te está pasando lo peor. Creo que fue Pablo de la Torriente el que dijo que los hombres son como el agua, que cuando se estanca se pudren. La prisión pudre a los hombres.
¿Cómo han sido sus huelgas?
Yo me planté en enero de 2022 para reclamar que no tenían una rata dentro de un tubo. Entonces la Seguridad del Estado empezó a darme cierta atención. Después mi mamá se me muere en marzo y yo me volví a plantar en mayo. Las dos primeras veces no me quité la ropa de preso. La tercera vez sí, me quede con un pantalón de preso y dormí en el suelo porque no quería saber de nada. No me llevaron a la celda de aislamiento porque no estaba listo para celda (por la edad, por el cáncer, etc). Ya la cuarta vez sí estuve siete días en la celda… Porque yo he ido subiendo la parada (y la voy a seguir subiendo): ahí sí me quité la ropa y me puse un pulóver como short, con lo cual no estaba muy elegante, ni muy hombruno… pero bueno. En las dos últimas he terminado en el hospital.
¿Usted cree que temieron por que se muriera?
Sí.
¿Tiene intenciones de seguir un camino político más regular?
Yo tengo la necesidad de hacer algo por los presos que dejé del 11J. Los de mi grupo y los del país. Voy a llevar esta lucha hasta donde pueda. Esos infelices que lo que están es sentados en las galeras llorando a las 2:00AM. Ellos me están haciendo llorar.
Quiero que te lleves esto: hay dos tipos de valores: el que se necesita para matar a alguien, y viene del miedo, y el que se necesita para matarse uno mismo y viene del amor. El segundo es el mío.