El preso político y periodista independiente Jorge Bello Domínguez fue golpeado el jueves último por presos comunes apenas un día después de haber recibido amenazas de parte de un oficial de la Seguridad del Estado, quien le había revisado sus pertenencias en la prisión, denunció su madre, Marta Domínguez Calero, a través de su perfil de Facebook.
Domínguez Calero pudo ver a su hijo en la prisión del Combinado del Este el sábado, después de mucha insistencia, y una vez en su presencia asegura que "tenía unos arañazos y estaba golpeado; me dijo que tuvo problemas con un preso de disciplina, Yasel, el cual está ahí por narcotráfico", narró en su publicación.
"El problema fue producto de dos motivos. El primero es que no quería que Jorge durmiera con el colchón en el piso, cuando es imposible dormir en la litera, porque la tabla está llena de chinchas. Y el segundo, porque quería que Jorge bajara el colchón y la tabla para el patio a coger sol", precisó.
Cuando el preso político se disponía a cumplir la segunda petición "de repente le cayeron a golpes el de disciplina con otros; los guardias esposaron a mi hijo y el (preso) de disciplina le siguió dando", relata la madre.
Domínguez Calero señala que el día 28 su hijo había sido objeto de una requisa por parte de un agente de la Seguridad del Estado, "donde tuvo unas palabras con él y lo amenazó, y días después pasa esto. ¡Qué casualidad que esta situación solo ocurre con los del 11 de julio!", destacó la madre del preso político.
Bello Domínguez recibió una condena de 15 años de cárcel por los supuestos delitos de sabotaje, desórdenes públicos y desacato por su participación en las protestas del 11 de julio en Güira de Melena, Artemisa, en un juicio que calificó como "obra teatral", y donde ha afirmado que no se le pudo probar nada, a no ser su participación en una protesta pacífica.
Desde su encarcelamiento, el también periodista independiente ha presentado problemas de visión y descompensación del azúcar producto de la diabetes mellitus que padece. La atención médica por esa causa, cuando la ha recibido, ha sido de manera muy tardía, ha denunciado su esposa, Yuleydi López González.
Las golpizas a presos políticos en las prisiones cubanas es una de las estrategias que usa de forma habitual la Seguridad del Estado como método de vejación y tortura, muchas veces sirviéndose de presos comunes, a los que estimula con algún incentivo.
Tales reyertas sirven a menudo al régimen para incriminar a los prisioneros y elevar sus condenas o imputarles delitos comunes.
Otros presos, como José Daniel Ferrer y Carlos Ernesto Díaz González (Ktivo Disidente), han denunciado recibir golpes por parte de presos comunes o guardias, sin ni siquiera alguna amonestación para los agresores.
¿No decía Chancla que en Cuba no hay tortura ni se maltratan a los presos?