A pocos días del primer aniversario del estallido social del 11 de julio en Cuba, cuando miles de personas en decenas de ciudades de todo el país se lanzaron a las calles a exigir libertad y democracia, el músico cubano Roberto Carcassés aseguró que esas manifestaciones, de no haber sido "cortadas por la Policía, el Ejército y los paramilitares, hubiesen sido mucho más grandes".
"Ese día yo vi por internet lo que estaba pasando hasta que lo cortaron. De todas maneras costó trabajo entender qué es lo que estaba pasando en los siguientes días. Tuvimos tres o cuatro días sin internet y después empezamos a ver videos. Creo que yo no hubiera salido a la calle, porque no entendí muy bien qué era lo que estaba pasando, pero sí creo que fue algo que marcó mucho la historia de Cuba", dijo al periódico El Caribe, de República Dominicana.
Carcassés, uno de los creadores fundamentales de la música alternativa en Cuba, así como uno de los pocos que habla abiertamente acerca de la situación política en la Isla, se presenta durante esta semana en el Festival de Jazz de SD, de la capital dominicana.
En ese encuentro, tiene a su cargo tres presentaciones en varios escenarios de la capital, donde ofrecerá, dijo, "una mezcla de todo, con música bailable, con música de concierto, con todos los géneros de la música cubana, urbana, internacional. En esta ocasión lo que vengo es a presentarme con un trío, dos músicos que viven aquí, Esar Simó en el bajo y Edgar Zambrano en percusión".
"Trato de que la música sea llevar la barrera de la música más allá de lo que siempre está, de lo que uno conoce, de hacer música nueva o de romper con los límites establecidos de un género. En la música que hago hay mucha improvisación y la improvisación te permite esa libertad, te permite ese sorprenderte a ti mismo y eso de alguna manera tiene que ver con el hecho de ser revolucionario, porque el arte en general, todo lo que rompe o lo que trae una nueva forma de ver las cosas, se puede considerar revolucionario", afirmó.
"No me circunscribo a un ritmo en específico. Creo que el ritmo en general es algo muy importante para mí, el ritmo de la vida, el ritmo de cómo uno enfrenta la vida, cómo uno enfrenta la música. El ritmo es algo importante, porque yo en realidad estudie percusión y me dediqué al piano, como otros grandes pianistas cubanos, y mi acercamiento a la música pasa mucho por el ritmo, por cómo se da el ritmo. Pero no me cierro a un ritmo especifico, ni a un género especifico", aclaró.
Sobre la censura que ha sufrido por parte de las autoridades de la Isla, reconoció que en Cuba "hay mucha censura en cuanto a la libertad de expresión, en cuanto a la libertad de decir lo que uno piensa. Siempre que al Gobierno no le convenga lo que tú dices o no se alinee con la línea de Partido Comunista, vas a ser censurado, y a mí me ha pasado, me pasa y creo que me seguirá pasando".
En cuanto a los músicos locales más queridos y respetados en Cuba, mencionó a Chucho Valdés, Adalberto Álvarez y Pablo Milanés. "Un poco más para acá, Gente de Zona, un poco de todo eso de la música urbana que todavía en Cuba es muy fuerte y hay muchos jóvenes, muchachos jóvenes, que lo siguen haciendo", comentó.
"Aunque la música urbana en Cuba tiene una característica que ha derivado en una especie de rumba electrónica, es lo que le gusta a la gente allá. Porque en Cuba la timba gusta mucho, porque es lo que mueve a la gente a bailar, y la música urbana ahora es una especie de rumba electrónica. Ya no es reggaetón, ya no se puede decir que es reggaetón. Y hacen cosas muy ricas, muy interesantes, lo mismo que Chocolate, que está ahora mismo en Estados Unidos. Pero hay muchachos que surgen en Cuba y a mí me gusta mucho rítmicamente lo que están haciendo", reconoció.
Pero en lo que a las letras se refiere, considera que "hay cosas buenas, pero pienso que realmente hay un poco de involución en lo que se dice y en lo que se canta. También un poco por la censura que hay, que la gente se contiene mucho sobre de qué van hablar y de qué es lo que se va hablar".
