Back to top
represión

Berta Soler: 'Las puertas de las Damas de Blanco siempre estarán abiertas para cualquiera'

La líder de las Damas de Blanco cuenta a DIARIO DE CUBA cómo es vivir bajo la represión constante del Gobierno cubano.

Madrid
Berta Soler durante una detención en La Habana.
Berta Soler durante una detención en La Habana. ABC

En un episodio que el ex prisionero político Ángel Moya reseñó en su perfil de Facebook como "11no. Domingo Represivo vs. Las Damas de Blanco", él y su esposa, Berta Soler, la líder de la organización femenina, fueron detenidos y multados con 150 pesos por "violar el dispositivo de seguridad" que tienen montado alrededor de su propia casa (sede nacional de las Damas de Blanco) desde hace meses.

DIARIO DE CUBA contactó a Berta Soler para conocer detalles de esta nueva ola represiva contra las Damas de Blanco. "Es permanente el no poder entrar aquí a la sede nacional. Aquí el régimen cubano tiene puesto cinco cámaras en lugares estratégicos para ellos. Una que apunta de frente a la sede para ver quién entra y sale, dos a los costados y dos en cada parada de guagua en la calle Porvenir", explicó la opositora.

"Estas cámaras las operan todos los días a casi dos cuadras de la sede. Allí tienen un contenedor que es el puesto de mando de ellos, tienen patrullas y carros del Ministerio (del Interior) para poder detener y conducir a quienes ellos decidan. Siempre desde el jueves hasta el domingo hay agentes de la Seguridad del Estado para impedir que entre o salga cualquier persona."

Las Damas de Blanco en este momento están integradas por 52 mujeres de cinco provincias del país: una en Guantánamo, tres en Santiago de Cuba, dos en Villa Clara, 32 en Matanzas y 14 en La Habana. La organización se ha visto menguada por la fuerte y dinámica represión de la Seguridad del Estado.

"Ellos van hacia la familia de cada una —señala Soler—, para lograr que las Damas renuncien a sus actividades. De esto tenemos varios casos. La hija de la dama de blanco Yamile Bajé Hurtado entró a Cuba en los primeros días de enero y la detuvieron. Le dijeron que podía quedarse cuatro años presa aquí si su mamá no desistía de estar en las Damas de Blanco."

En estos momentos hay cuatro Damas sancionadas por tribunales y, una de ellas, Sissi Abascal, ya está en prisión desde el 28 de enero, cumpliendo seis años de privación de libertad por salir el 11J (las protestas del 11 de julio de 2021). Saily Navarro, la hija de disidente Félix Navarro, fue sancionada a nueve años de prisión por protestar el 11J. Tania Echevarría Menéndez también está condenada por el 11J y Yaquelín Heredia fue sancionada a tres años de la casa al trabajo.

Todas estas sanciones se concretaron a partir del 23 de enero, cuando las Damas de Blanco decidieron comenzar a protestar nuevamente en las calles los domingos.

En esas protestas dominicales, muchas mujeres "son detenidas llegando ya a la puerta de la iglesia o al salir de misa y son multadas". También sufren cortes de internet selectivos y pueden estar "lo mismo unas horas que más de una semana sin internet."

Para el Gobierno cubano la reactivación de las Damas de Blanco supone un frente de combate más. La vía del exilio ha sido ofrecida tanto a Soler como a su esposo, como hace el Gobierno con muchos opositores y presos políticos: "desde el 23 de enero nos han propuesto cuatro veces quitarnos la regulación para que abandonemos el país de manera definitiva y, si no lo hacemos, nos amenazan con llevarnos a prisión."

"A Ángel Moya, mi esposo, le dijeron que podía ser revocado como Félix Navarro y José Daniel Ferrer para cumplir el año que le falta más nuevos delitos como no pagar las multas que le imponen."

Moya, uno de los prisioneros de conciencia de la Primavera Negra de 2003, fue excarcelado en 2011 con una licencia extrapenal que mantiene sobre él la amenaza de volver a prisión para cumplir el resto de la condena de 20 años que le impuso el régimen.

Esta pareja de opositores cubanos tiene que lidiar con absurdos como no poder hablar con sus vecinos o limitar radicalmente su movilidad.

"Tuvimos unos pintores —explica Soler— que nos estaban haciendo un trabajo en la azotea para impermeabilizar el techo. Al segundo día detuvieron al principal y le dijeron que no podía entrar nunca más aquí, para que eso se quedara sin terminar y se nos filtrara el agua."

"Cuando vamos a salir de la sede o sus alrededores nos interceptan nos preguntan para dónde vamos y, si el jefe (del operativo) decide que podemos continuar, seguimos, pero detrás de nosotros están a donde quiera que vayamos", añade.

"Por ejemplo, cuando yo quiero ir a la casa de mi hermana, en Alamar, donde yo vivía, (los agentes) me interceptan y entonces llaman para preguntarle al jefe si puedo ir. Aun así, van detrás de mí. Si no decimos para dónde vamos, somos conducidos por la fuerza para las unidades de Policía hasta la hora que ellos entiendan."

En varias ocasiones Berta Soler ha ofrecido su ayuda y la experiencia de las Damas de Blanco a los familiares de los presos políticos del 11J. Antes del 23 de enero, cinco personas con allegados detenidos por las manifestaciones de julio se acercaron a la sede, pero la Seguridad del Estado se encargó de llamarlas, detenerlas o, a través de sus familiares presos, advertirles que no fueran más.

"Les dicen que nosotras somos contrarrevolucionarias —explica Soler—, que puede ser peor lo que les puede pasar a sus familiares presos si se vinculan a nosotras, y que lo mejor es esperar a los juicios. Al final, no vinieron más y dejaron de llamar."

Bárbara Farrat, la madre del joven detenido a raíz del 11J Jonathan Farrat, sí llegó a salir con las Damas de Blanco ese primer domingo (23 de enero) y algunas madres en Camagüey contactaron con la organización para participar en misa.

"Yo siempre digo que nosotras tenemos experiencia en esto", aclara Soler. "Es un derecho, un deber y una obligación de los familiares salir a abogar por la libertad de sus seres queridos. Es necesario articular acciones, no solo redes sociales, no solo ir a misa, también hay que llevarle a las instituciones cartas en grupo para denunciar lo que les está pasando a los presos políticos, para que sepan que no estamos de brazos cruzados", considera Soler.

"Con el silencio, el régimen cubano va a seguir avanzando contra esos jóvenes y van a cumplir toda esa cantidad de años que le han impuesto y hasta mucho más, porque pueden hacer que se compliquen dentro de la prisión", alerta.

"El miedo es que no estuvieran en prisión y ya están, ahora tenemos que salvarlos a ellos. Pocas Damas de Blanco tenemos a familiares en prisión, pero nosotras seguimos saliendo por la libertad de todos los presos políticos".

Según Soler, en ocasiones son los mismos presos los que las llaman aquí. "Les decimos que tienen que hablar con sus familias para poder lograr algo. Las puertas de las Damas de Dlanco siempre estarán abiertas para cualquiera", asegura.

La líder de las Damas de Blanco facilitó los teléfonos de la organización para quienes quieran comunicarse con ellas: +53 76983133 (fijo), +53 52906820 (móvil) y +53 55394830 (móvil).

Más información

1 comentario

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Hay que observar a esas esbirras que arrestan a las mujeres patriotas. Se ve que son lesbianas llenas de odio.