'Si vuelven a aflorar discursos de odio en Cuba, habremos retrocedido': activistas del Movimiento San Isidro

Tras la polémica suscitada por el lanzamiento de la segunda etapa de la campaña de Diálogo Nacional impulsada por el Movimiento San Isidro (MSI), DIARIO DE CUBA habló con varios de sus organizadores con el propósito de esclarecer los detalles del proyecto.

El gestor cultural y activista Michel Matos, quien se desempeña como vicecoordinador del MSI, recordó que la campaña comenzó el pasado año, cuando se le preguntó a varios miembros de la sociedad civil cubana por sus opiniones respecto al diálogo y sus principales necesidades en torno a la realidad de la Isla.

"La mayoría de la gente determinaba no conveniente dialogar con el Gobierno cubano, aunque la pregunta no se enfocaba solo en eso. Las personas que residen fuera de la Isla presentaron una tendencia a negar el diálogo. Sin embargo, dentro eran más abiertos, aunque con condiciones y premisas, como la liberación de presos, amnistía, transparencia, participación internacional", añadió.

Terminada la recogida y análisis de los criterios de la primera etapa, los activistas decidieron iniciar esta segunda fase.

Yanelys Núñez, coordinadora internacional del MSI, dijo que quisieron retomar el proyecto "debido al contexto de tensión que hay actualmente en la Isla, con el objetivo de generar diálogo entre diferentes organizaciones de la sociedad civil y para promover los programas de esas agrupaciones para la Cuba en transición y futura".

La activista exiliada en Madrid añadió que "el 11J dejó una situación de tensión, no solo por los presos políticos, sino también por la no resolución de las cuestiones por las que las personas salieron a la calle. Entonces, era la oportunidad para hablarle a las personas que no están en prisión o que no salieron el 11J a la calle".

De acuerdo con Afrik Reina, artista de spoken word e integrante del MSI, el proyecto "le va a permitir a la gente conocer quiénes son los que están pensando el país, aportar a esas ideas que ya están y ver cuáles de estas organizaciones tiene la propuesta más afín con sus intereses personales. O sea, empezar a democratizar el derecho a elegir".

Aminta de Cárdenas, realizadora audiovisual y activista del MSI, consideró sobre la importancia del proyecto para la sociedad cubana que "desde el activismo hay que arreglar muchas cosas que no están bien y se está viendo el error, por lo que seguir trabajando sobre el mismo error y el mismo problema retrasa los procesos".

"Es importante hablar, conversar, exponer, presentar, transmitir, darse a conocer. Está bien que todo sea conocido en redes sociales, pero la gente que no consume tanto internet también tiene que conocer las soluciones", agregó.

"Yo creo que el hecho simple de demostrar que hay diversidad de proyectos enfocados en una Cuba futura puede alimentar mucho a los propios grupos de oposición, pero también a la ciudadanía cubana, que no conoce la mayoría de estos proyectos", agregó Michel Matos.

"Nosotros le preguntamos a gente cubana por los programas de los grupos de la sociedad civil, y aunque conocen en ocasiones a opositores como José Daniel Ferrer o Rosa María Payá, no conocen los programas que proponen. Hay decenas de grupos, centenas, y las personas no conocen sus propuestas. Para nosotros es vital visibilizar esto, y es la verdadera pretensión de este proyecto, crear una plataforma de visibilización de ideas y proyectos para una Cuba futura", argumentó Matos.

Aminta de Cárdenas, por su parte, refirió que el objetivo del proyecto "es definir, identificar, dónde se representan los intereses de cada ciudadano. A lo mejor no hay ninguno, a lo mejor deciden presentar sus propios proyectos porque nadie los representa. La idea principal es poner sobre la mesa los proyectos y emplazar a las organizaciones a que se estructuren y enfoquen sus intenciones. Colaborar e incentivar a que las personas se organicen, se puedan presentar y comunicar con el público".

De acuerdo con Yanelys Núñez, el MSI creyó necesario "el diálogo entre cubanos, colectivos sociales, grupos opositores, por el contexto actual". En ese sentido, añadió que "es oportuno ser propositivo. Todo el tiempo estamos reaccionando al Gobierno, pero en este caso quisimos ser los que activáramos el asunto con el tema del Diálogo Nacional. Va por ahí el tema de retomar el proyecto".

"Creo que es importantísimo destacar que esto es un proyecto más del MSI. Un proyecto que sale del centro del grupo y no es algo personal de uno de sus miembros. Pero no es la plataforma que va a definir a Cuba, es solo una propuesta, aunque si solo esto bastara para cambiar, mostros estaríamos muy felices", acotó Michel Matos.

Sobre la polémica suscitada respecto al proyecto, Matos consideró que "es algo irracional".

"Escuché decir a personas 'no quiero diálogo con la dictadura ni con nadie'. ¿Cómo puedes decir eso si eres un ciudadano social? Yo entiendo que no quieras dialogar con quien consideras abusador, criminal, etc. Pero con nadie, con tus pares, familia, compañeros de trabajo. Es imposible que se satanice un término del vocabulario común que tenemos para resolver los conflictos sociales", afirmó.

"Que surja esta intransigencia es una muestra de los conflictos que está padeciendo Cuba en su alma interior. Una especie de 'si no estás conmigo estás contra mí'. Esto es muy grave y no deja fluir los caminos del futuro. En el MSI nos hemos sentido disidencia dentro de la misma disidencia", agregó el activista.

"Tenemos que poner en la mesa los temas que cada uno de nosotros consideramos pertinentes. El diálogo no excluye la lucha por la liberación de los presos políticos cubanos, al contrario, la diversifica y la hace más visible. Eso no va a quitar del debate sobre Cuba ninguno de los temas que nos atañen. El cambio es para todos, y construirlo es un proceso que nos compete ahora", consideró Afrik Reina.

"Se dice que los presos políticos son el tema más importante ahora, desde una perspectiva humana eso es cierto, pero desde una perspectiva estratégica no debería serlo, simplemente porque no es la primera vez desde que el comunismo llegó a Cuba que tenemos presos políticos, y la dictadura puede haber asumido una metodología, que es que cuando las cosas se van un poco de control, coge a un grupo de personas, las encierra, y no es solo un secuestro a esas personas sino también a sus amigos y a sus grupos", añadió Michel Matos.

"Nosotros no desestimamos el proyecto ni lo haremos por muchas críticas que haya, porque es el resultado de un consenso dentro del MSI, conversaciones con la sociedad civil", insistió Núñez Leyva.

En opinión de Afrik Reina "el diálogo es transversal a todos los intereses generales y particulares de los cubanos tanto dentro como fuera de Cuba. Es la herramienta, el umbral, el portal al cambio, a una real transición donde todos participen, a un estado que produzca un bienestar para todos. Por eso es importante que se aborde ahora, cuando las personas han perdido el miedo".

"Si vuelven a aflorar los discursos de odio, de falta de análisis, de información, vamos a haber retrocedido nuevamente. Tanto el discurso del régimen como el de 'abajo la dictadura' son muy básicos. Hay que buscar otras herramientas, otras formas de decir", finalizó Aminta de Cárdenas.

Los activistas lanzaron la segunda fase de la campaña de Diálogo Nacional el pasado 2 de marzo, y no tardaron en llegar las críticas contra el proyecto desde varios sectores de la oposición y el exilio cubano.

Pese a que el llamado Diálogo Nacional no es una petición dirigida a las autoridades cubanas, sino que propone una plataforma de comunicación y debate entre diferentes grupos de la oposición y la sociedad civil, buena parte de sus críticos usan como argumento que "con la dictadura no se dialoga".