Enero cerró en Cuba con 275 protestas a pesar del incremento de la represión y la imposición de una atmósfera de terror que va desde los juicios contra manifestantes del 11J hasta la expatriación de activistas y periodistas independientes.
De acuerdo con el informe mensual del Observatorio Cubano de Conflictos, si bien en junio de 2021, apenas dos semanas antes del estallido social del 11J, hubo un número similar de acciones de protesta, después de seis meses de represión para extinguirlas, el régimen no ha logrado sofocar el malestar.
Del total de expresiones de descontento de enero, 175 fueron por razones políticas y civiles, mientras que 160 de esas "estuvieron directamente relacionadas con los abusos, arbitrariedades judiciales y condenas a participantes pacíficos del 11 de julio, así como con las torturas y maltratos en las cárceles".
Además, las protestas por motivos económicos y sociales totalizaron 100, y tuvieron como causa los efectos de la llamada "Tarea ordenamiento", que a apenas un año de aplicada por el régimen ha implicado más privaciones en el día a día de los cubanos.
Según el reporte del proyecto vinculado a la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, otras razones para expresar el malestar social han sido las denuncias contra el Grupo de la Administración Empresarial (GAESA) que administran los militares cubanos, así como la inseguridad ciudadana y la violencia doméstica.
"Las protestas han adoptado, en medio del terror estatal, la estrategia de realizar acciones individuales o de pequeños grupos que sigan teniendo visibilidad e impacto, pero limiten el riesgo de sus ejecutores frente a la represión", señaló el Observatorio, que refirió la aparición de grafitis, carteles, huelgas de hambre en las prisiones, así como reclamos realizados durante ceremonias religiosas, campañas en redes sociales y denuncias públicas a medios independientes.
"Las acciones y omisiones gubernamentales fragilizan aún más la gobernabilidad, en lugar de reforzarla. Imponer un sistema de terror, endurecer el Código Penal, continuar limitando el emprendimiento privado y aumentar los controles de la producción de alimentos están profundizando la conflictividad. Las protestas apenas constituyen la 'sintomatología' de la enfermedad sistémica que consume a la sociedad cubana", advirtió el informe.
El Observatorio apuntó que en enero "fueron notables dos victorias de las protestas en el campo de las demandas de derechos sociales".
Una de ellas, reportada por DIARIO DE CUBA, implicó que en Santiago de Cuba las autoridades se vieran obligadas a devolver a sus internos un hogar para pacientes de nefrología que iba a ser entregado a una persona o institución, después que estos protestaran y las denuncias aparecieran en los medios independientes.
El informe resaltó además que los familiares de los presos políticos por el 11J se estén organizando para protestar.
Finalmente, advirtió que economistas y expertos "pronostican un empeoramiento económico en lo que resta del año que multiplicará la inflación y la pobreza. La reacción del pueblo, a pesar del terror impuesto, es impredecible en meses venideros".
