El 96,8% de las mujeres que realizan algún tipo de activismo en Cuba considera que está expuesta a la violencia política solo por el hecho de ser una mujer activista o una mujer que hace vida de lo público, según reveló un sondeo realizado por la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI).
La violencia política contra las mujeres es aquella que, fundada en razones de género y mediando hostigamiento, descrédito, persecución y amenazas, impide, castiga o limita el desarrollo de la vida política de las mujeres y obstaculiza su derecho a participar en los asuntos públicos en condiciones de igualdad con los hombres.
De acuerdo con la encuesta, en la que participaron 100 mujeres pertenecientes a organizaciones políticas, defensoras de derechos humanos y de la sociedad civil, ocho de cada diez entrevistadas afirmó haber atravesado algún episodio de violencia política durante la pandemia.
Los resultados de la investigación de la ACI arrojaron que, "entre los tipos de violencias que consideraban haber vivido, el 93,8% identificó que enfrentó violencia psicológica, seguido de un 43,8% que identificó haber vivido violencia física".
Asimismo, "un 25% manifestó haber experimentado violencia patrimonial y económica y un 3,1% padeció violencia sexual, siendo estos los porcentajes más altos en las encuestas".
Según el sondeo, "solo una de cada diez mujeres entrevistadas pudo identificar concretamente que el tipo de violencia que había enfrentado era violencia política".
Por otra parte, "seis de cada diez mujeres manifestaron que pueden identificar a su agresor", aunque muchas no lo hacen y entre las razones han citado "miedo a sufrir represalias por parte de su agresor, desconfianza en el sistema de Justicia por las altas tasas de impunidad, miedo a ser señaladas como contrarrevolucionarias y desconocimiento del proceso judicial".
"Activistas pertenecientes a organizaciones políticas, grupos organizados por la defensa de los derechos humanos y/o organizaciones de la sociedad civil declararon haberse abstenido de publicar algo en sus redes sociales por miedo a que las amenacen o las violenten por su forma de pensar", añadió la ACI.
Así, nueve de diez mujeres utilizan las redes sociales para hacer política, pero comúnmente las comunicaciones son obstaculizadas con cortes de internet, como una estrategia para frenar su participación.
Según la Alianza Cubana por la Inclusión, se valió del testimonio de 62 mujeres activistas cubanas que "detallaron su recorrido, haciendo énfasis en las violencias que vivieron, y cómo estas obstaculizan su accionar político, limitando el ejercicio del derecho político y el derecho a una vida libre de violencia".
Para la ACI, reforzar la creencia de que "las mujeres no pertenecen a lo político, aunada a las violencias que atraviesan las mujeres en la vida pública, constituyen obstáculos estructurales que impiden el desarrollo de sus liderazgos y el pleno disfrute de sus derechos humanos".