La Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) demandó a Miguel Díaz-Canel declarar una moratoria de seis meses en el pago de servicios como la electricidad, agua y gas, que sufrieron un agudo incremento tras la aplicación de la llamada Tarea Ordenamiento y pagar los salarios de los trabajadores de la Isla "en una moneda con la que puedan asumir el costo de sus necesidades".
En una carta firmada por Iván Hernández Carrillo, secretario general de la organización, y dirigida al gobernante con copias a la ministra de Trabajo y Seguridad Social, el ministro de Justicia y el secretario general de la oficial Central de Trabajadores de Cuba (CTC), único sindicato legal en la Isla, la ASIC subrayó que la Tarea Ordenamiento "han fracasado en la economía y empeorado la calidad de vida de los cubanos, llevándolos a una situación de sufrimiento extremo".
"Estas medidas suponían una vía para salir del largo y extenuante estancamiento económico. Sin embargo, resultaron ser otra vuelta en el círculo vicioso de la miseria, marcada por la escasez generalizada, el alza de los precios y la caída en picada del poder adquisitivo del peso cubano, afectando especialmente al sector de los trabajadores por cuenta propia", indica el texto de la misiva.
Este panorama, afirma la ASIC, se ve empeorado por los "constantes abusos derivados de las rígidas normas estatales y las consecuencias devastadoras que dejará la pandemia del Covid-19".
Según la organización sindicalista independiente, urge declarar una moratoria en el pago de las facturas de servicios básicos puesto que su incremento ha provocado que muchos cubanos enfrenten "un notable agravamiento de su condición existencial. Este aplazamiento contribuiría a mejorar el sustento de miles de familias cubanas, en especial de los trabajadores por cuenta propia".
Además, la ASIC demanda la derogación del Decreto 30 referido a "las contravenciones personales, sanciones, medidas y procedimientos a aplicar por la violación de las normas que, según se dice, rigen la política de precios y tarifas, pero que afecta directamente en el orden de los servicios, la producción y el desempeño de los trabajadores por cuenta propia".
Finalmente, la carta exige que "los trabajadores reciban sus salarios en una moneda con la que puedan asumir el costo de sus necesidades, en este caso el euro, el cual ahora ocupa el lugar del dólar estadounidense, sacado de circulación recientemente por orden del Gobierno".
"Los salarios no pueden continuar entregándose en pesos cubanos, cuando hay una escalada de precios que a duras penas permite la compra de los avituallamientos imprescindibles para subsistir", agrega
"En vista al desolador panorama presente en todo el territorio nacional y más allá de estas demandas concretas, urge la puesta en práctica de cambios estructurales con tal de evitar un colapso económico", advierte la carta.