El cubano Manuel de la Cruz, el payaso de la fiesta infantil de San Isidro, fue despedido el mes pasado del instituto preuniversitario donde impartía Historia, Cultura Política y Preparación Ciudadana para la Defensa, un hecho que, aunque noticiable, no fue sorpresa.
De la Cruz contó a DIARIO DE CUBA que, en la reunión en la que fue expulsado, el director confesó haber recibido presiones para echarlo del centro educativo y admitió que hasta el momento su actitud había sido "intachable".
Ni esa circunstancia ni la ausencia de profesores que por décadas ha afectado al sistema educacional cubano pesaron más que la "pérdida de idoneidad y no estar acorde con los principios revolucionarios", expuestos como motivos de la expulsión.
Entre garantizar que el pueblo cuente con profesores y médicos y castigar a trabajadores, culpables de no ser partidarios del régimen y expresarlo, el régimen elige lo segundo, aunque implique afectar servicios que, como reconoce la Constitución, no son gratuitos.
Estos despidos por motivos políticos violan enunciados del Código de Trabajo cubano: Artículo 2 a) el trabajo es un derecho y un deber social del ciudadano y los ingresos que por él se obtienen son la vía fundamental para contribuir al desarrollo de la sociedad y a la satisfacción de sus necesidades personales y familiares; y b) igualdad en el trabajo; todo ciudadano en condiciones de trabajar tiene derecho a obtener un empleo atendiendo a las exigencias de la economía y a su elección, tanto en el sector estatal como no estatal; sin discriminación por el color de la piel, género, creencias religiosas, orientación sexual, origen territorial, discapacidad y cualquier otra distinción lesiva a la dignidad humana.
Una de las principales causas por las que se pierde la idoneidad en un centro de trabajo cubano es el incumplimiento de los Convenios Colectivos de Trabajo, que no firman los trabajadores, sino el sindicato en su representación. Los convenios, desde la introducción están atados a la supervivencia de la Revolución y el Socialismo, lo que valida los despidos por motivos ideológicos.
Estos convenios, similares entre sí, no se divulgan. DIARIO DE CUBA tuvo acceso al de la Universidad de Guantánamo para el período 2018-2020, que expone en las Bases Generales para el Establecimiento del Convenio Colectivo de Trabajo: "…que los que producen y aportan tomen conciencia de la necesidad de ganar la batalla económica como proceso estratégico que garantizará el desarrollo económico próspero y sostenible del país y con ello la sobrevivencia de la Revolución y del Socialismo en Cuba".
Los trabajadores cubanos están sujetos a dichos convenios, aun si no pertenecen al sindicato. Esta organización firma en representación de todos, afiliados o no. Se da por hecho que todos los trabajadores son miembros del sindicato y la mayoría lo es para no señalarse, aunque saben que este no representa sus intereses, sino los del Estado, que es el principal empleador.
En Cuba no hay sindicatos independientes legalmente reconocidos. Él unico legal es la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato del régimen. Los sindicalistas independientes son sistemáticamente reprimidos.
Aunque los trabajadores deben conocer estos convenios, muchas veces esto se incumple porque no se les muestra. Lo que sí conocen y firman es su contrato laboral, que tampoco se convenia con ellos y en el que no tienen voz ni voto. O firman o no trabajan.
El que no trabaja no come. El que trabaja para el Estado cubano tampoco come mucho, pero es la única opción de tener una entrada legal de dinero para quienes no trabajan en el sector privado ni reciben remesas. O sea, para la mayoría de los cubanos.
A los trabajadores del sector privado, el Gobierno también les reconoce el derecho de "asociarse voluntariamente y constituir organizaciones sindicales", que consagra el inciso j del artículo 2 del Código de Trabajo. Pero solo pueden afiliarse a los sindicatos controlados por el Gobierno, que forman parte de la CTC.
Si son carretilleros pueden afiliarse al sindicato agrícola y si son camareros de una cafetería privada en divisa, pueden afiliarse al del turismo.
Aunque no están sometidos a los politizados convenios laborales del sector estatal, los trabajadores del sector privado no están exentos de perder la licencia o el empleo, si se manifiestan abiertamente contra el régimen.
La necesidad de trabajar para subsistir y la imposibilidad de afiliarse a sindicatos independientes constituyen eficientes mecanismos de control del Gobierno sobre los cubanos.
¿Qué pasaría si, en el sector privado ningún trabajador decidiera sindicalizarse, y en el estatal los trabajadores se dieran de baja en masa del único sindicato permitido?
No sería ilegal. Según el Código de Trabajo, asociarse al sindicato es un derecho, no una obligación.
¿Si todos los trabajadores de un centro se dieran baja del sindicato, cómo podría este firmar los convenios colectivos en representación de ellos?
El régimen no permitiría ese abandono en masa de su Central de Trabajadores. Aunque, oficialmente, no es obligatorio pertenecer al sindicato, cabría esperar que el régimen respondiera a esta insubordinación con despidos ejemplarizantes.
¿Pero de cuántos docentes, arquitectos, médicos, enfermeros y técnicos estaría dispuesto a prescindir el Estado cubano de golpe? ¿Sobre todo, de cuántos está dispuesto el pueblo cubano a seguir prescindiendo?
¿Cuántos alumnos, a todos los niveles, han perdido a un buen profesor porque sus ideas políticas incomodaban al Gobierno? ¿Cuántos pacientes han tenido que renunciar a la atención de determinado médico, porque este dejó de ser "idóneo"?
El pueblo cubano debe tomar conciencia de que el despido de un trabajador por razones ideológicas afecta a toda la sociedad.
Obviamente, es más fácil entenderlo que hacer algo al respecto. Darse de baja del sindicato y protestar ante el despido de un trabajador por razones políticas, son acciones que requieren más valor del que los cubanos tienen en este momento. Pero también en este momento se están produciendo protestas impensables hace diez años o menos.
Puede que el día en que los cubanos se atrevan a dejar de ser parte de los sindicatos controlados por el Estado, a exigir discutir sus contratos y convenios colectivos, y a no conformarse cuando les priven de un docente o a un trabajador de la salud, no esté tan lejos.
¿Baja del sindicato...? ¿Dónde...? ¿En Cuba...?
El problema Juan ea que este tío trelles no se fuma buenos porros y se cree que es un erudito, venga aquí a España ?? y coma serrano con una cañada y un buen prajo y verá que no expresa tanta bobada Patria y Vida y viva Uncapu y los muchachos de San isidro lugar donde nací
Quien dice que el gobierno cubano no ha sido eficiente ? Yo pienso que ha sobrepasado el resultado de su trabajo eficiente en el control ciudadano ,si se analiza friamente los cubanos trabajen o no, son dependientes del estado hasta para atenderse con un medico o comprar una medicina,los cubanos junto con los coreanos son los que mas cerca estan de la esclavitud.Diaz Canel singa0,,,Diaz Canel singa0
// "Puede que el día en que los cubanos... " //
Si seguimos manteniendo las circunstancias que tenemos (QUE SON INDEPENDIENTES DEL CASTRISMO) no creo que vamos a tener muchas buenas IDEAS ni ACCIONES.
Y el problema de esas circunstancia puede hasta ser resumido a que
NO TENEMOS UN SISTEMA PARA DISCUSIÓN EN LA WEB CON LA CALIDAD QUE FÁCILMENTE PODRÍAMOS TENER. Ver
// Características muy importantes en un foro para discusión en la Web, para que sea fácil de usar, tenga participantes serios y que produzca grandes beneficios //
https://tinyurl.com/BuenForo
Ricardo E. Trelles, usted es una persona bastante aburrida. Siempre con su mismo tema de que la Web y el Foro cubano es la solución al problema cubano. Los grandes pensantes del problema cubano están ahora mismo en Cuba debatiendo como le entra el agua al coco y estos no han podido encontrar la solución al problema. Cuesta Morua es uno de ellos. Tenga vergüenza y por lo menos absténgase de escribir lo mismo.