Casi una treintena de organizaciones de la sociedad civil cubana firmaron una carta a la Administración de Joe Biden en la que manifestaron una serie de condiciones para el levantamiento de las sanciones de EEUU al régimen de Cuba.
La misiva, también firmada a título personal por decenas de activistas, fue entregada a un diplomático de la embajada de EEUU en La Habana, según dijo Berta Soler, líder de la Damas de Blanco, quien publicó el texto en su perfil de Facebook.
"Los diversos pasos unilaterales dados por Barack Obama en los tiempos en que usted se desempeñaba como vicepresidente fueron recibidos por la dirigencia de La Habana con evidente menosprecio. Todo lo que se intentó hacer en esa época por parte de EEUU para normalizar las relaciones con Cuba resultó ser un esfuerzo estéril, pues jamás hubo alguna reacción constructiva de parte de los castristas", señaló el texto.
Los firmantes señalaron que "en materia de derechos civiles y políticos, la represión política y social en todas sus formas (psicológica y física) se recrudeció, resultando en la criminalización de la conducta de toda persona decidida a promover o defender los derechos humanos, 136 presos políticos permanecen en las cárceles cubanas, en su mayoría pacíficos y víctimas de delitos fabricados por los represores".
También sostuvieron que "el catastrófico estado de la economía cubana es fruto de la ruinosa política marxista-leninista que el régimen dictatorial de La Habana mantiene a ultranza, aunque haya realizado pequeños cambios cosméticos".
"Desde luego, esa situación ruinosa se ha visto agudizada por la quiebra del régimen chavista de Venezuela, que en lustros recientes se convirtió en el principal sostén económico de los castristas. Esa calamitosa situación ha sumido al régimen comunista de Cuba en el desconcierto y la desesperación", añadieron.
Para las organizaciones opositoras, "sería absurdo retornar a la política de concesiones unilaterales que no arrojó fruto alguno en 2015".
"Las concesiones que se le haga al régimen dictatorial de La Habana necesariamente tienen que condicionarse a libertad sin exclusión y sin condicionamiento para todos los presos políticos, cese de la represión política (persecución, hostigamiento, agresión física o psicológica y encarcelamiento), legalización de las organizaciones independientes (oposición) y la concesión a los cubanos de una verdadera y real libertad empresarial", apuntaron.
También reclamaron "la libre contratación de los trabajadores cubanos en centros o puestos de trabajo asociados a la inversión extranjera, así como el pago de salarios directo a los trabajadores, en ambos casos, donde no medien mecanismos empleadores del régimen y que el régimen de Cuba respete los convenios de la OIT".
Por otra parte, pidieron "respeto y tolerancia a los derechos humanos, elecciones libres, plurales y sin coacción, con un Gobierno de transición que garantice el respeto a la integridad física y moral de los opositores políticos y la participación de observadores creíbles, confiables e imparciales de la ONU, la OEA y la Unión Europea".
"Los pasos tienen que ser reales, profundos y comprobables dirigidos a garantizar las justas demandas de los demócratas cubanos", concluyeron.
