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Represión

El régimen cubano diversificó la represión en 2020 para hacerla más abarcadora

'Las amenazas en algunos interrogatorios han sido horribles; tanto, que ni siquiera las he comentado con mi familia', dice el científico Oscar Casanella.

La Habana
Un policía, un ciudadano y un boina negra en La Habana.
Un policía, un ciudadano y un boina negra en La Habana. Getty

El año que termina ha sido profundamente represivo para los cubanos, marcado por la pandemia de Covid-19, la crisis económica que generó, episodios como el acuartelamiento del Movimiento San Isidro (MSI) para exigir la liberación del rapero Denis Solís y el plantón de centenares de artistas, intelectuales, activistas y otros ciudadanos ante el Ministerio de Cultura. Todos estos escenarios han tenido como elemento común el pésimo manejo de la situación por parte del régimen.

Cuando debieron haber cedido, la salida de las autoridades fue una vez más el engaño, ganar tiempo e intensificar las represalias.

En el caso de la pandemia, el confinamiento obligatorio se convirtió en herramienta de control cada vez que los ánimos se caldearon debido al desabastecimiento en todo el país.

La huelga de hambre del MSI y la acción del régimen para disolverla por la fuerza, reveló un apoyo sin precedentes a los artistas y activistas del movimiento desde distintos sectores de la sociedad cubana, que puso contra las cuerdas al régimen. La respuesta fue más violencia y más mentira en lugar del diálogo.

"Días de infierno"

"Para mí la represión se disparó a partir del 3 de noviembre, que coincide con las elecciones de los Estados Unidos. Todo fue distinto desde ese día. Se ensañaron con Denis Solís García, que en mi opinión era el miembro menos visible del MSI. Lo utilizaron como escarmiento para que más nadie se uniera", dijo a DIARIO DE CUBA el bioquímico Oscar Casanella, quien estuvo entre los acuartelados del MSI y se mantuvo en huelga de hambre durante los primeros seis días.

A partir de entonces, aumentaron los arrestos y el acoso, hasta que el 16 de noviembre los miembros del grupo se reunieron en la sede de San Isidro, domicilio de Luis Manuel Otero Alcántara, para hacer una peregrinación.

"Fuimos sitiados por la policía política, por eso comenzamos a hacer jornadas artísticas. La decisión de la huelga vino cuando empezaron a robar las pertenencias y el dinero de los vecinos que nos venían a ayudar", recordó Casanella.

"Esos días fueron un infierno, porque vimos todos las técnicas que emplearon para sacarnos de allí. Nos cortaron la entrada de alimentos, nos tiraron ácido un día a las 4:00 de la madrugada. Luego enviaron a una persona a atacarnos intentando sacar al Luisma (Luis Manuel Otero), y lo lesionó".

"Algunos vecinos nos contaban que intentaron presionarlos y sobornarlos para que nos agredieran. A una vecina le dijeron que le disminuirían la condena de su hijo en prisión. A todo eso súmale la campaña de descrédito y el acoso que han sufrido nuestras familias".

Con respecto al escenario represivo desatado desde principios de año a raíz del Covid-19, Jorge Amado Robert, periodista de DIARIO DE CUBA y activista, señaló que "las medidas higiénico-sanitarias, más allá de prevenir, fueron utilizadas por el régimen cubano para reprimir a la población".

El opositor, residente en Santiago de Cuba, mencionó las "multas desproporcionadas, el confinamiento forzado y el aumento de las sanciones de privación de libertad, señalando los meses de junio, septiembre y octubre" como los más intensos en ese sentido.

Para Aimara Peña, defensora de los derechos humanos en Sancti Spíritus, los picos represivos estuvieron marcados por sucesos específicos, relevantes. En esos momentos "es cuando la Seguridad del Estado se hace mucho más presencial, para evitar cualquier actividad o movimiento que los disidentes podamos hacer con relación a lo que está ocurriendo".

"Este año ha sido especialmente desagradable", apuntó el activista y colaborador de DIARIO DE CUBA Boris González Arenas, por el hostigamiento a él y a su familia.

"En febrero, me sacaron a la fuerza de mi vivienda delante de mi esposa y de mi suegra, junto con la imposición de una multa de 3.000 pesos y el robo de mi teléfono móvil, aplicando el Decreto-Ley 379, para lo cual se valieron de funcionarios del Ministerio de Comunicaciones", dijo.

Arenas opinó que no ha existido un pico represivo, sino más bien una meseta que se extiende desde diciembre de 2014 hasta el presente; es decir, desde el anuncio del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba.

La evidencia está, afirmó, en "el aumento gradual del número de presos políticos, con la UNPACU como especial objetivo de agresión". Mencionó la detención y condena de José Daniel Ferrer, Fernando González Vaillant, José Pupo Chaveco y Roilán Sagarra Ferrer, víctimas de la "violación de las normas del debido proceso contenidas en la Constitución cubana", y el sometimiento a tratos crueles y degradantes, por cerca de seis meses, al propio Ferrer.

Internet, nuevo campo de persecución

Los ataques a la prensa independiente, a las Damas de Blanco y la prohibición a más de 300 activistas de salir del país son también muestras de una represión gubernamental que aprovecha diferentes herramientas. Pero para muchos, entre ellos Aimara Peña, Jorge Amado Robert y el también periodista de DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez, en internet el Gobierno ha perdido la batalla.

"El régimen cubano, a pesar de la puesta en vigor del Decreto-Ley 370 y las multas desproporcionadas para silenciar voces disidentes, no ha impedido que los ciudadanos denuncien los desmanes y desaciertos de la gestión gubernamental", dijo Robert.

"La represión física es más personalizada —opinó Peña—. Las citaciones, hostigamientos, llamadas telefónicas y amenazas, aquí en Sancti Spíritus se usan mucho. Te visitan, te mensajean todo el tiempo, te llaman por teléfono, te hacen saber que estás vigilado y esto se siente mucho más que las redes sociales".

En este sentido, Oscar Casanella dijo que desde su experiencia particular la represión física ha sido mucho más lacerante, pero que eso depende de cada caso.

"Yo soy muy cuidadoso en las redes. No le acepto amistad a desconocidos y mucho menos si tienen perfiles de potenciales ciberclarias. En fin, para esto hay protocolos. Sin embargo, las detenciones, las golpizas, las amenazas son muy dañinas. Ellos te cortan los datos, por ejemplo, pero ¿qué puede significar eso en comparación a estar sitiado en tu propia casa sin poder salir?".

Para González Arenas, los ataques a través de internet no han sido cosa sin importancia. "La descalificación, la sustracción de las cuentas, la publicación de fotos privadas… El costo de la represión es elevado para la imagen del castrismo y eso significa que tratan de diversificar la naturaleza de sus agresiones".

Policía bueno, policía malo

Un giro en el discurso por parte de los oficiales de la Seguridad del Estado podría ser la señal de una modificación de las estrategias, o el indicio de una transformación relevante dentro del país. ¿Se mantiene igual el trato a los opositores en las "entrevistas", como llaman las autoridades a los interrogatorios?

"La idea central es que se trabaja para un cambio en Cuba, pero no va a haber transición. Nada de tus esfuerzos, de tu trabajo como activista tiene sentido, porque los cambios no tienen nada que ver contigo ni con lo que haces y Cuba va a mejorar, pero, por supuesto, para ellos y como dicen ellos", ilustra Aimara Peña.

"Son radicales en el tema de que nada de lo que está ocurriendo a nivel de país va a propiciar un cambio democrático, sino solo que ellos van a mejorar económicamente", agrega la opositora, quien fue detenida y multada por supuesta "propagación de epidemia", un instrumento que ha "facilitado" la pandemia para obstaculizar la presencia de opositores en las calles.

"Cuando uno les critica las medidas que han sido tomadas, ellos se escudan en que 'hay errores humanos, pero hay otros mecanismos para solucionar ese tipo de problemas'; aunque en realidad no los hay. Ellos nunca son abiertos a entender otro tipo de discurso", señaló Peña.

El viejo truco del policía bueno y el malo sigue siendo aplicado para intentar desestabilizar a los "entrevistados".

"Cuando fui citado el pasado 30 de junio, uno de los dos oficiales se mostró un poco amenazante en su pretensión de hacerme firmar un 'acta de advertencia'. Sin embargo, ante mi negativa, se retiró de la oficina y el próximo que entró fue mucho más respetuoso, diciendo que así será cada vez que sea necesario hablar conmigo", relató Jorge Amado Robert.

"En el más reciente interrogatorio que me hicieron, noté a los oficiales muy nerviosos, y aparentemente muy poco interesados en reprimir la actividad en internet. Al parecer, están prefiriendo que el pueblo se desahogue en el espacio virtual, pero le siguen temiendo a la ocupación del espacio físico. De ahí los slogans como 'la calle es de la Revolución' y las 'tánganas' para crear la ilusión de que el pueblo está con el Gobierno", dijo Casanella.

"Al estar nerviosos, las amenazas en estos interrogatorios han sido horribles; tanto que ni siquiera las he comentado con mi familia, ni las he publicado, por tan horribles que serían las cosas que amenazan con hacernos a nosotros", agregó el científico.

González Arenas opinó que, "a excepción de las generalidades, no se debe tomar en cuenta lo que dicen los paramilitares castristas. Los discursos se contradicen y varían de una detención a otra".

"El lenguaje militar es muy compartimentado y estos paramilitares del 'día a día' son el eslabón más despreciado de la cadena de mando; tienen poca capacidad intelectual y solo se les da la información elemental para que la puedan replicar como papagayos. Si tomamos lo que ellos dicen como verdades dignas de análisis, perdemos la cadena de razonamiento eficiente, pero eso no quiere decir que no haya que escucharlos y contrastar sus comentarios con otros para observar las variables que se repiten", razonó Arenas.

Mientras las manifestaciones en contra del régimen se masifican a través de las redes sociales, en algunos poblados de la Isla comienzan también a verse también destellos de participación política, provocados por la profunda escasez.

La respuesta popular a la represión también ha incluido voces de personalidades de la cultura y el deporte dentro y fuera de la Isla. 

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1 comentario

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EEUU debia levantar el embargo y romper relaciones con Cuba ,prohibir los vuelos directos a la isla asi como el envio de remesas ,Cuba puede negociar con el resto del mundo ,asi se eliminan los discursos de odio.