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Represión

También en la cárcel Quiñones Haces tiene prohibido hacer periodismo

'Le han dicho que deje de hacerlo o le impondrán una medida disciplinaria', denuncia su hijo.

Guantánamo
Roberto Jesús Quiñones Haces.
Roberto Jesús Quiñones Haces. CUBANET

El abogado y periodista independiente Roberto Jesús Quiñones Haces, que cumple una condena de un año en prisión, ha sido amenazado por las autoridades del penal de Guantánamo adonde lo envió el régimen cubano con sufrir represalias si sigue escribiendo desde allí.

Quiñones Haces fue conminado a dejar de escribir artículos y cartas que ha hecho públicas desde que se encuentra recluido, denunció su hijo, Roberto José Quiñones, residente en Estados Unidos.

"Después de una comunicación vía telefónica con mi familia en Cuba, me contaron que han amenazado a mi papá en la prisión donde se encuentra recluido por los artículos y cartas que ha enviado a Cubanet", contó.

"Le han dicho que deje de hacerlo o le impondrán una medida disciplinaria, o como le llamen ellos", dijo Roberto José Quiñones, en declaraciones para Cubanet. Según él, las represalias podrían suponer, en el peor de los casos, una extensión de la condena.

A Quiñones Haces lo sacaron esposado del encuentro que estaba teniendo en la cárcel con un sacerdote de la Iglesia Católica de Guantánamo, en una visita que hizo el religioso a los reclusos.

"En un encuentro posterior con el sacerdote, mi padre le reveló las amenazas de las que había sido víctima por los textos que escribe desde la cárcel", precisó.

Hace solo dias, Quiñones Haces refirió las condiciones de su encarcelamiento en una carta publicada por Cubanet.

El reportero está en la Prisión Provincial de Guantánamo desde el 11 de septiembre. El 7 de agosto pasado fue condenado a un año de cárcel por los supuestos delitos de "resistencia" y "desacato" durante un arresto el 22 de abril, cuando intentaba cubrir un juicio público.

En esa detención, Quiñones Haces fue golpeado por agentes del régimen. Sin embargo, estos no respondieron por sus abusos.

"Sentado en el piso y apoyado el papel sobre una carpeta colocada en la litera, escribo estas líneas. Estoy en el cubículo cuatro del destacamento de reclusos 1-A (…). El local —de aproximadamente 15 metros de largo por nueve de ancho— tiene diez literas dobles, dos 'servicios' para orinar y defecar, conocidos como 'turcos', y un tanque de metal, sucio y oxidado, del cual obtenemos el agua para beber y bañarnos", dijo el periodista en su carta.

"El agua es bombeada directamente hasta la prisión desde un río cercano. Hoy está extremadamente turbia. Ahora hay 20 reclusos en el cubículo y escribo estas impresiones rodeado de un grupo que juega al dominó, otro de ajedrecistas y de las interminables conversaciones de los presos", añadió.

"Además de las chinches, de la mala calidad del agua y la comida, de las cucarachas y los mosquitos, otros reclusos me han asegurado que la prisión de Guantánamo tiene mejores condiciones que las de Mar Verde, Boniato y Aguadores, las tres de Santiago de Cuba, y me aconsejaron que no me quejara porque aquí castigan a quienes reclaman sus derechos", relató el periodista.

"Si ahora estoy de vuelta (en la cárcel) es por no haber cedido al chantaje del castrocomunismo", puntualizó Quiñones Haces en su misiva.

El encarcelamiento de Quiñones Haces ha sido criticado por gobiernos como el de Estados Unidos y organizaciones internacionales. Representa una muestra del endurecimiento de la represión contra los periodistas independientes en Cuba y de la grave situación de la libertad de expresión en la Isla.

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