El cubano Andy Granda se proclamó campeón en la división de +100 kilogramos del Mundial de Judo de Tashkent, Uzbekistán, al derrotar al japonés Tatsuro Saito en un pleito que se extendió hasta los 6:24 minutos.
Según la nota del medio deportivo estatal Jit, el matancero Granda, de 30 años, no tuvo un camino fácil hacia la primera y única medalla de oro alcanzada por un representante de Cuba en el torneo del orbe. En su primer combate, que se extendió más allá del tiempo reglamentario, tuvo que emplearse a fondo para derrotar al húngaro Richard Sipocz, por waza-ari.
Su siguiente rival, el austríaco Daniel Allerstorfer, medallista de bronce en el campeonato europeo de 2019 y multimedallista en torneos Grand Prix, resultó a la postre más sencillo. Granda le marcó un waza-ari en el mismo primer minuto de la pelea y un ippon en el 3:18.
En cuartos de final, el judoca cubano encontró el primer hueso duro de roer en el georgiano Guram Tushishvili, campeón del mundo en Bakú 2018 y segundo clasificado del ranking mundial.
La cautela, a la altura de los 45 segundos de combate, les costó una amonestación por pasividad a cada uno. Granda fue el primero en reaccionar, con un ippon, 20 segundos más tarde.
En semifinales lo esperaba el holandés Roy Meyer, medallista de bronce en los campeonatos mundiales de 2019 y 2021, y en los torneos europeos de 2017 y 2022. El palmarés y la experiencia de este oponente obligaban al cubano a ser precavido, lo que le trajo dos penalizaciones y lo colocó al borde de la descalificación por hansoku-make.
Granda no tenía más alternativa que arriesgarse en un ataque, que resultó en un waza-ari al minuto 3:10. La ventaja no era definitiva, quedando casi un minuto de combate y con dos shidos en contra, por lo que el cubano tuvo que continuar atacando y, dos segundos antes del final, consiguió un segundo waza-ari.
En la final lo esperaba el japonés de 20 años Tatsuro Saito, quien ya archiva varios títulos como el del Grand Slam de Baku en 2021, además de varias medallas de oro en campeonatos juveniles, y salía como favorito.
Por segunda vez en la competencia, el cubano Granda tuvo que pelear más allá del tiempo reglamentario, en el que ninguno de los dos judocas consiguió marcar y ambos recibieron shidos. Sin embargo, el representante de Cuba exhibió mejor forma física y evidenció menos signos de cansancio que su rival, quien recibió la segunda y tercera penalización en los minutos cinco y seis.
De esta forma, el cubano ganó por handsoku-make, oficialmente ippon, y ganó su primera medalla mundial, que se sumó al título alcanzado en los Juegos Panamericanos de Lima en 2019.
El oro de Granda, única medalla de la delegación cubana en el Mundial, metió a la Isla en el top-ten de la competencia. El mejor resultado del equipo cubano hasta el momento era el quinto lugar alcanzado por Iván Silva en los 91 kilogramos.
En esta ocasión, la campeona olímpica y dos veces monarca del orbe, Idalis Ortiz (+78kg) no pudo acceder al podio.
En sus dos primeros combates, la multimedallista mundial y olímpica cubana derrotó a la georgiana Sophio Somkhishvili y a la represntante de Mongolia, Adiyasuren Amarsaikhan. Pero en cuartos de final, fue descalificada por shidos ante la brasileña Beatriz Souza, y luego frente a Raz Hershko, de Israel, en el repechaje. La campeona de la división fue la francesa Romane Dicko, quien se impuso en la final a Souza.
La competencia fue dominada por Japón con cinco medallas de oro, cuatro de plata y tres de bronce, seguida de Brasil (2-1-1) y Uzbekistán (2-0-0). Los otros países que ganaron al menos un título fueron Mongolia, Croacia, Georgia, Francia y Cuba, que terminó en el octavo puesto.