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Béisbol

Es el Gobierno, y no los peloteros cubanos, quien necesita el acuerdo con Grandes Ligas

Los contratos que gestionan por su cuenta peloteros que salen legalmente de Cuba constituyen una prueba.

Madrid
Yulieski Gurriel.
Yulieski Gurriel. Houston Chronicle

La idea de crear un equipo cubano independiente de béisbol para participar en el próximo Clásico Mundial, lanzada en marzo por la Asociación de Peloteros Cubanos Profesionales (APCBP), le ha servido de pretexto al régimen para sacar a relucir el acuerdo que consiguió con la Major League Baseball (MLB) en 2018 y que fue bloqueado por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Desde entonces, las autoridades deportivas de la Isla no han perdido oportunidad para quejarse por la pérdida de ese contrato del que esperaban obtener jugosos beneficios. Pero la realidad demuestra que los peloteros cubanos no necesitan de la mediación del Gobierno, o sea de la estatal Federación Cubana de Béisbol (FCB), para conseguir contratos lucrativos en el mejor béisbol del mundo ni en otras ligas foráneas. 

Las recientes declaraciones del recién estrenado presidente de Federación, Juan Reinaldo Pérez Pardo, evidencian que tampoco necesitan estar vinculados a las autoridades deportivas de la Isla para ser convocados a las selecciones nacionales.

Esgrimiendo el mismo argumento que ha repetido el régimen para defender el acuerdo, Pérez Pardo dijo que "una relación natural entre la FCB y la MLB", frenaría "los viajes ilegales, el tráfico de atletas y las condiciones discriminatorias a las que se enfrentan los peloteros interesados en jugar en la llamada Gran Carpa".

¿Cuáles son las "condiciones discriminatorias" que enfrentan los peloteros interesados en jugar en Grandes Ligas? ¿Quién priva a los cubanos de la residencia permanente en su país tras permanecer 24 meses fuera? ¿Quién despoja a los atletas del derecho a entrar a su tierra natal por haber abandonado selecciones en el extranjero, como puso de manifiesto la negativa de entrada a Yulieski Gurriel?

En cuanto a "los viajes ilegales y el tráfico de atletas" de los que el régimen pretende proteger a los deportistas, durante mucho tiempo los peloteros no tuvieron otra vía para alcanzar sus sueños de probarse en otras ligas. El régimen imponía un permiso de salida a todos los cubanos para viajar fuera de la Isla. Todavía, los atletas de alto rendimiento necesitan "ser autorizados, previo análisis de cada caso, a viajar al exterior por asuntos particulares", según el Decreto 306 de 2012.

Por otra parte, también durante mucho tiempo los atletas de alto rendimiento no ganaban dinero suficiente para costearse un pasaje hacia otro país –si hubieran tenido autorización para hacerlo– pese a sus aportes a los resultados deportivos de Cuba en eventos internacionales.

Sin embargo, ya los "viajes ilegales" no constituyen la vía principal por la que los peloteros se van de Cuba, excepto si las restricciones que les impone el régimen no les dejan otra alternativa. Las continuas salidas de prospectos y de peloteros ya hechos por el aeropuerto "con la frente en alto", como diría el difunto Higinio Vélez, principalmente con destino a República Dominicana, para buscar insertarse en Grandes Ligas, son la prueba.

Ahora bien, la principal evidencia de que los peloteros cubanos no precisan de que exista un contrato entre la FCB y la MLB, la proporcionó su flamante presidente al expresar que los jugadores que se desempeñan en ligas internacionales al margen de la gestión de la entidad que dirige podrían ser convocados a la selección nacional.

La FCB no tiene más alternativa que abrirse a esos peloteros que llevan adelante sus carreras al margen de ella y sin que ella pueda sacarles un centavo. 

Ante la idea del equipo independiente, la FCB no ha podido responder que con los peloteros que juegan en Cuba basta, porque en Cuba van quedando menos peloteros buenos. Los mejores se van. La FCB sabe que los necesita si aspira a regresar a los planos estelares del béisbol mundial.

Irónicamente, el hecho de que los peloteros ya tengan opciones para salir legalmente y obtener contratos en Grandes Ligas y las ligas profesionales de otros países, sin la mediación de la FCB —por lo que la MLB tampoco necesita establecer ningún acuerdo con este organismo subordinado al Gobierno cubano— permite a la Federación mantener la política de discriminación contra los peloteros que abandonaron delegaciones cubanas en el exterior, sin importar que hayan dedicado sus mejores años a representar al país en competencias internacionales.

No importó que Gurriel resultara clave en dentro del equipo que logró el segundo lugar en el primer Clásico Mundial de Béisbol en 2006, mejor resultado de una selección cubana en ese torneo.

Tampoco que Antonio Pacheco, el Capitán de Capitanes, haya jugado para la Cuba del régimen durante todos sus años en activo, a la hora de eliminar su número durante el juego de las estrellas en 2020 y de excluirlo de la lista de mejores jugadores cubanos de la segunda base en 2014. 

Los peloteros y todos los deportistas cubanos deben mirarse en el espejo de José Abreu, Yordan Álvarez, Jorge Soler y otros cuyos resultados son ninguneados por las autoridades deportivos y la prensa oficial. De hecho, uno de los artículos esa prensa ha dedicado a atacar la iniciativa del equipo independiente, reconoció que la afición cubana sigue al tanto de las actuaciones de esos atletas en Grandes Ligas… a través de internet. Ni la televisión cubana ni la prensa estatal dedican espacio a mostrar los desempeños de esos compatriotas. Si rescataron a Abreu del olvido recientemente fue solo para exhibir su rechazo inicial al equipo independiente. 

Antes de negociar nuevamente con la FCB, que no es independiente del Gobierno de la Isla como intenta hacer creer, la MLB debe tener en cuenta que los peloteros cubanos no están sometidos a ninguna condición discriminatoria, excepto las que les impone su propio Gobierno. Y que es ese Gobierno el que necesita firmar el acuerdo para sacarles dinero.

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1 comentario

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Todo está estudiado,los Gurriel trabajan para el régimen,todos es para que presionar a los EEUU y las grandes ligas para firmar un acuerdo;todo empezó cuando se mudan la Habana por que el padre está enfermo,siempre me pareció sospechoso,y Víctor Mesa llegó a Miami para tratar de dirigir los Marlins.