La prensa oficialista cubana acaba de reconocer que algo se hizo mal en el desarrollo del ajedrez en la Isla. Una situación que ha provocado un evidente retroceso en ese deporte. Lo mismo en los niveles de participación popular de esta disciplina, que en los torneos internacionales de escasa calidad que organiza el país, o en la carencia actual de figuras que honren el ajedrez nacional.
Sin embargo, sería pedirle mucho al oficialista periódico Granma que ahondara en las causas de semejante debacle. La edición del pasado 14 de diciembre de ese diario expone algunas de las debilidades que hoy exhibe el juego ciencia en la Isla, pero no va más lejos. Máxime si consideramos la total responsabilidad de las autoridades en este estado de cosas.
En primer término, habría que tomar en cuenta la estrategia general que aplica el castrismo hacia el deporte, que consiste en alentar el campeonismo en los eventos fundamentales: olimpiadas, panamericanos y centroamericanos. Todo con el propósito de enarbolar las supuestas ventajas del sistema político imperante en el país.
Entonces, y como quiera que el ajedrez no se incluye en ninguna de esas competencias, el Gobierno ha disminuido los recursos destinados a este deporte. Ello se manifiesta, entre otros episodios, en la no invitación de figuras de primer nivel a los Torneos Internacionales Capablanca in Memorian, que antaño despertaban el interés de los aficionados cubanos. Muy atrás quedaron los tiempos en que figuras de la talla de Boris Spassky, Mijail Tal, Víctor Korchnoi y Robert Fischer deleitaban a la afición en los salones del hotel Habana Libre.
La falta de recursos también ha hecho que en ocasiones los jugadores cubanos hayan tenido que participar sin sus entrenadores y analistas en los torneos internacionales, lo cual los coloca en situación de desventaja con respecto al resto de los competidores.
Por otra parte, la existencia de muchos funcionarios corruptos, que actúan más por sus beneficios personales que en aras del desarrollo del ajedrez cubano, ha incidido en la casi nula proliferación de figuras que últimamente prestigien el ajedrez nacional.
A lo anterior habría que agregar la desaparición o mal uso de espacios antiguamente destinados a la práctica de este deporte. La propia edición citada del periódico Granma habla de la transformación de la antigua Academia de Ajedrez de la ciudad de Sancti Spíritus en una sala de videojuegos. ¿Y qué decir del icónico Club Capablanca del Vedado habanero? Un sitio donde por primera vez jugó en Cuba el entonces adolescente Bobby Fischer a los 14 años, hoy dedica su espacio más a oficinas gubernamentales que a la práctica del ajedrez.
Se debe considerar también que el ajedrez no es ajeno al éxodo que experimenta actualmente la sociedad cubana debido a la aguda crisis que afronta el país, y que ha llevado a buena parte de los ajedrecistas cubanos a abandonar la Isla y competir por otras federaciones.
Cuba siempre contó con jugadores de primer nivel. Recordar aquel equipo que, liderado por Eleazar Jiménez —quien hizo tres tablas en cuatro partidas que enfrentó a Fischer, ¡casi una hazaña!—, clasificó para la primera división en la brillante Olimpiada Mundial que se organizó en la Habana en 1966; y las actuaciones posteriores de Guillermito García, Jesús Nogueira, Walter Arencibia —que llegó a alcanzar el título mundial juvenil—, Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón.
En el caso de Leinier, es de destacar su permanencia con más de 2.700 puntos en el ranking ELO en los primeros lugares de la clasificación internacional, además de obtener el subcampeonato en el último certamen nacional de EEUU.
La tierra de José Raúl Capablanca no cuenta hoy con ningún ajedrecista (tampoco en el sexo femenino) que homenajee el nombre de aquel genio que ostentó la primacía mundial entre los años 1921 y 1927.
"La prensa oficialista cubana acaba de reconocer que algo se hizo mal en el desarrollo del ajedrez en la Isla"...¿solo en el ajedrez?
Otra muestra más del desastre castrista. Lo mejor se fue o está en las cárceles. Lo peor gobierna y calla.
La crísis del ajedrez en Cuba es un reflejo de la profunda crísisi del sistema castrista. Desde ya algunos años el deporte en Cuba va de capa caída. Falta de recursos, pero sobretodo de estímulos. El ajedrez se ha vuelto más sofisticado con la digitalización de la sociedad y para poder estar en la primera línea hay que tener acceso al internet y a los bancos de datos. Leinier y Bruzón se dieron cuenta y decidieron no ser arrastrado por la mediocridad y dieron el salto. Para Cuba ha empezado en todos los renglones de la la vida, la cuenta atrás.
No es lo mismo manipular a deportistas con escasos conocimientos y capacidades mentales,como hace el INDER y sus panzudos dirigentes con los infelices morenos en su mayoría que usan su destreza para vivir un poco mejor.El ajedrez es un juego donde se usa el cerebro y el mismo realiza múltiples operaciones y variantes.Requiere tiempo,recursos,libros,analistas de los torneos de esta diciplina.Imaginense un ajedrecista con talento preocupado de la cola del" perrito " o el pollo.De como acceder y poder pagar para asistir a un torneo virtual en la red o documentarse en la misma.Los tarupidos del PCC y el INDER lo saben ,pero no lo dicen y reconocer los errores es de de sabios .... y ajedrecistas, por suerte los nuestros lo entendieron y se la dejaron en la mano.Traten de hacer convocatorias con Elíancito para promover el deporte del tablero,pero dudo que en la UJC haya mucha materia gris usable....