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Teatro

'La casa vacía' (un fragmento)

Un fragmento de la pieza teatral que recibió el Premio Literario Kutxa Fundazioa Donostia de Teatro en Castellano.

Madrid
Súper Mario.
Súper Mario. Hobby Consolas

 

Mariana

Nunca se está preparada
para resistir la hostilidad de una entrevista
de extranjería.
La cola de migrantes.
No he querido borrar ese recuerdo en la brigada
de extranjería de Aluche.
Éramos más de doscientas personas,
todas en proceso de renovación del nie.
Los papeles.
La legalidad.
La policía organizando la cola.
Diciendo cuándo nos teníamos que sentar,
cuándo ponernos de pie,
cuándo avanzar,
Permanecíamos en silencio.
Así gritaban.
Nos gritaban.
De pie.
Avancen.
En silencio.
Deténganse.
Siéntense.
Agradecíamos que esa vez
había carpas protegiendo de la lluvia y el sol,
y asientos.
Ella va a pasar por todo eso
en un idioma que no conoce bien.
Ella solita.
Papi la puede acompañar.
Yo también lo hice todo sola.
Lo bueno de estar lejos
es creer que estando ausente las cosas no pasan.
Es mentira que la distancia te salve de algo.
 
Dalia

La niña cuando crezca lo entenderá.
O no.
En el fondo prefiero que se haya ido.
Que no se quede por mí.
La vecina viuda,
la que vive frente a la casa,
me decía lo mismo.
Su único hijo se fue con su esposa y las niñas.
La vecina de al lado lleva tiempo sola.
Nos brindamos café cada vez que colamos.
Ella lleva tiempo sin hablar con su hija.
Sabe que está bien por allá por Europa.
La peor es la de la esquina.
Esa tiene a los dos hijos presos hace dos años
por salir a manifestarse.
Salían en una foto con un cartel que ponía
"Libertad".
Y otro que ponía "Patria y Vida".
Esos muchachos eran amiguitos de Yania.
El menor iba con ella a la primaria.
Ese día la niña estaba con un asma malísima.
Tuvimos que llevarla al hospital.
Por eso ella no salió.
Se lo dije al padre.
Que se vaya para allá contigo.
Yo no quiero estar en la piel de esa mujer.
Yo las prefiero lejos que presas.
Por eso lo mejor es que no estén.
No vengas, mija.
Yo estoy más tranquila así.
La niña no me da ningún trabajo.
Es una niña muy buena y ya está grandecita.
Va aprendiendo a llevar su asma.
Sabe usar el aparato.
Aprendió cómo respirar cuando siente que
se ahoga.
Lo va llevando mucho mejor.
 
Yania

Mira.
Tu sobrina al fin me escribió.
 
Mariana

"Hola, mamá.
Gracias por la mochila de Súper Mario.
A Yonatan su mamá se la mandó también.
Maylien se la pidió a su mamá
y ya se la manda el lunes.
Yonatan y Maylien son mis mejores amiguitos.
Te quiero, mamá.
Dice abuela que un beso".
Ay, emoticonos de corazones, qué linda.
¿A Michel no lo has visto por allá?
 
Yania

A ese ni me lo menciones.
Es el padre de mi hija y punto.
 
Mariana

Por eso te pregunto.
Por lo que veo, él no se comunica con su hija.
Tú ahora no puedes sola con todo lo que
ella necesita.
 
Yania

Verla crecer.
Ver cómo aprende a escribir.
A dibujar.
Llevarla al cumpleaños de sus amiguitos de clase.
Su olor.
Consolar su llanto.
Escucharla gritarme: mamá, mamá.
Que se cuele en mi cama por la noche.
Despertarme por las patadas de sus pesadillas.
Hacerla feliz con una mochila de Súper Mario
de cuatro ruedas.
Llegué con la mochila a la casa.
La saqué del envoltorio de plástico.
Y dormí con ella.
Con la mochila.

 


Dayana Contreras nació en La Habana en 1977. Estudió Arte Dramático en el Instituto Superior de Arte de La Habana y formó parte de la Compañía Teatro Buendía, bajo la dirección de Flora Lauten, y de Mephisto Teatro, dirigida por Liuba Cid. En 2019 creó en Madrid la compañía CdeIsla con el espectáculo unipersonal La ciudad de las damas. Conversaciones con Cristina de Pizán. Su obra teatral La casa vacía (Pepitas de Calabaza, Logroño, 2024), a la que pertenece este fragmento, recibió el Premio Literario Kutxa Fundazioa Donostia de Teatro en Castellano. 

Su autora dice de esta obra: "La casa vacía es un relato migratorio, así me gusta llamarlo. Es una obra que habla del duelo migratorio, que no solo sufren quienes se van, sino también quienes se quedan, especialmente los menores: los hijos e hijas que quedan al cuidado de las abuelas. Narra las vivencias de tres mujeres de una misma familia, quienes se comunican desde distintos lugares. Dalia, la madre, está en Cuba al cuidado de su nieta. Mariana, la hija mayor, vive desde hace 20 años en España. Yania, la hija menor, está emprendiendo el camino desde Cuba hacia Estados Unidos. Tres mujeres que se comunican de manera constante ante la imposibilidad de estar juntas. Solo pueden encontrarse en los recuerdos, el único espacio que les queda disponible para compartir como familia".

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