La que amo y nuestro gato.
Con dos seres comparto mi cama.
Somos puntuales cada noche. En los bordes,
en el centro, ella y yo sin máscaras ya.
O acercándolo para acariciarlo
y dejar que encienda el motor.
Nos basta el arrullo de hijo.
O tal vez él sea nuestra madre.
Agotado como debe estar
nos protege del más allá
firmando pactos con extrañas criaturas.
Los tres aprendemos cada noche
a no tener fidelidad por el lenguaje.
Porque para ensayar como sería estar muerto,
hay que confiar en el silencio de los seres
que comparten tu cama.
Fiel a su teatro de Kantor,
nuestra cama aprende discreción.
Como todo aspirante a tumba.
María Elena Hernández Caballero nació en La Habana, en 1967. Sus últimos libros de poesía publicados son La rama se par-te (Ediciones Torremozas, Madrid, 2013) y Yo iba tranquila dentro de una bala (Verbum, Madrid, 2016), que compila la mayoría de sus libros de poemas, y La noche del erizo (Casa Vacía, College Station, 2018).