I
"Golpeemos a los pobres", era el grito,
que traguen de una vez puño y vergüenza,
de la vida el orgullo recomienza
si a palos nos responde a un "Dios bendito".
Que nadie es nuestro igual si no lo impone
y somos a este punto un buen modelo,
en la ciencia fortuna y el libelo
aprendimos el mal que un bien supone.
Peguemos, rompamos su rodilla,
que a la hora del hombre y de su talla
él va a ponerse en pie de maravilla.
O se quede en la sombra esa canalla
deslavada en su apego al suelo impío,
la llama residual, la sed, el frío.
II
"Rompamos al que tiene", es el trato,
que no hay nada más fácil que este arrullo:
"muchas gracias por nada" y va ese orgullo
al sonrojo y la culpa por un rato.
Que no anda ya muy firme este pudiente
y ni en fervor o genio va muy lejos,
su estudiado cinismo, sus complejos
nos han dicho que todo está pendiente.
Hablemos, hurguemos en su ciencia,
que a la hora del pobre y su quebranto
él va a querer probarnos su conciencia.
Sabe poco de dar y sabe tanto
que distante…, distante…, allá en lo humano
un golpe de palabras y en mi mano.
Alessandra Molina nació en La Habana en 1968. Sus últimos libro de poemas publicados son Otras maneras de lo sin hueso (Leykam Verlag, Graz, 2008) y Algodón del sueño, cuchillo de los zapatos (Rialta Ediciones, Querétaro, México, 2017).