El tío de papá se murió esta mañana. Tenía un nombre comiquísimo, parecido a Emiliano Zapata, o algo así.
Los fiñes siempre estaban bromeando con su nombre. "Mamá, cómprame unas zapatas nuevas", o "mamá, voy a ir a la escuela sin zapatas", o "mamá, qué zapatas más puntiagudas traía puestas mi tío".
Por eso mamá y papá no estaban seguros de llevar a los fiñes al velorio, además de que los fiñes nunca en sus vidas habían entrado a una funeraria.
Al final fueron todos al velorio. Mamá, papá, abuela, y los fiñes. En la funeraria la gente estaba llorando y a los fiñes les entró una risa que no podían disimular. Se escondieron en el baño para reírse y las carcajadas se oían en la capilla. Por supuesto, los familiares ni se enteraron.
Para perder el miedo a la muerte, papá creyó conveniente que los fiñes se asomaran a la caja y vieran al tío muerto, de un modo muy natural. ¿Pero quién le dijo a papá que los fiñes le tenían miedo a algo?
Uno por uno se despidieron del tío, hasta que el último preguntó: "¿mamá, por qué lo van a enterrar sin zapatas?"
Legna Rodríguez Iglesias nació en Camagüey, en 1984. Entre sus últimos libros publicados, en distintos géneros, están Las analfabetas (Bokeh, Leiden, 2015), No sabe/no contesta (Ediciones La Palma, Madrid, 2015), Dame Spray (Hypermedia Ediciones, Madrid, 2016), Transtucé (Editorial Casa Vacía, College Station, 2017), Miami Century Fox (Premio Paz 2016, Akashic Books, Miami, 2017) y Mi novia preferida fue un bulldog francés (Alfaguara, Madrid, 2017)