Lo que los godos no hicieron, se quedó por hacer:
todas las ciudades importantes de Cuba las fundaron ellos,
o las permitieron a su conveniencia.
Fuimos españoles, o súbditos, 400 años,
mucho más que republicanos y comunistas.
El conde de Mopox fue nuestro último chance y lo perdimos:
"Por la falta de auxilio de los vecinos para abrir un camino
entre Guantánamo y Santiago, se suspendió la ejecución
de las poblaciones cercanas a la bahía".
Al mal vecino le corresponde cualquier vecino.
Te quito si te construyes;
si no construyes, te quito;
te quito, o te alquilo.
Felices ustedes, que gozarán un Gitmo
pavimentado como Dios manda y convertido al turismo,
con esa yanqui pulcritud de clase media
que convierte los rincones en suburbios:
si antes no lo destroza un ataque de pendejismo.
Comunistas, yanquis y muyahidines:
barata ha salido esta mezcla de paladines.
José Ramón Sánchez Leyva nació en Guantánamo en 1972. Sus últimos libros publicados son Marabú (Torre de Letras, La Habana, 2012) y El derrumbe (Letras Cubanas, La Habana, 2012). Es editor de la revista La Noria. Este poema pertenece a su libro inédito Gitmo.