Como una de las secretarias de la luna,
la reina de la ignorancia, has deplorado
su predominio sobre los imbéciles. La noche
vuelve todo grotesco. ¿Será porque ella misma
es la esencia del mundo interior humano?
¿Es La Habana lunar la Cuba del ser?
Debemos irrumpir en ese mundo interno
para acopiar relajamientos de lo conocido.
Por ejemplo, el viejo vendedor de naranjas
duerme junto a su cesta. Ronca. Su aliento hinchado
ofende. ¿Qué tránsito de ideas apenas concebidas
pasa arrugándose en un gesto cual
el grito de un feto? Se cansa el espíritu,
hace tiempo que está harto de esas ideas.
Dice que hay un grotesco absoluto.
Hay una naturaleza que es grotesca dentro de
las calzadas de los generales. ¿Por qué decir
que es ese el mundo interior humano,
o ver las secas formas inconscientes de la noche,
fingir que son formas de alguna otra conciencia?
Lo grotesco no es visitación. No es
aparición sino apariencia, parte
de esa simplificada geografía, en la que
sale el sol como una noticia de África.
A Word with José Rodriguez-Feo
As one of the secretaries of the moon
The queen of ignorance, you have deplored
How she presides over imbeciles. The night
Makes everything grotesque. Is it because
Night is the nature of man’s interior world?
Is lunar Habana the Cuba of the self?
We must enter boldly that interior world
To pick up relaxations of the known.
For example, the old man selling oranges
Sleeps by his basket. He snores. His bloated breath
Bursts back. What not quite realized transit
Of ideas moves wrinkled in a motion like
The cry of an embryo? The spirit tires,
It has, long since, grown tired, of such ideas.
It says there is an absolute grotesque.
There is a nature that is grotesque within
The boulevards of the generals. Why should
We say that it is man's interior world
Or seeing the spent, unconscious shapes of night,
Pretend they are shapes of another consciousness?
The grotesque is not a visitation. It is
Not apparition but appearance, part
Of that simplified geography, in which
The sun comes up like news from Africa.
Wallace Stevens fue abogado, agente de seguros y gerente de la Hartford Accident and Indemnity Company, pero nunca revelo a sus asociados que era poeta. Nació en Reading, Pennsylvania, el 2 de octubre de 1879, y publicó su primer libro, Harmonium, a los 34 años. Se carteó y tuvo amistad con el cubano José Rodríguez Feo, decadente heredero y editor de la revistas Orígenes y Ciclón. Stevens dijo: "El contacto diario con un empleo fortalece el carácter del poeta". Murió en Connecticut, en 1955.