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El Zoom de DDC

'Fantasma Material' no es una revista de cine cubano

Dean Luis Reyes, uno de los editores de la publicación que acompaña al Festival de Cine INSTAR, conversa con DIARIO DE CUBA sobre su surgimiento y los temas que aborda.

Madrid
Dean Luis Reyes, uno de los editores de 'Fantasma Material'. DDC TV
Revista 'Fantasma Material'.
Revista 'Fantasma Material'. Instar/Instagram

"No es una revista de cine cubano, aunque el tema está muy presente en este número, quizá más de lo que quisiéramos. Va a abordar las problemáticas del audiovisual contemporáneo, con las que entroncan muchas de las problemáticas de los propios realizadores cubanos que hoy en día producen cine independiente", declara a DIARIO DE CUBA Dean Luis Reyes, uno de los editores de la revista Fantasma Material.

"Hablamos de un cine que busca la soberanía expresiva del autor de una manera muy abierta. Un cine que además se produce, la mayor parte de las veces, desde una perspectiva deslocalizada. Muchos de los cineastas contemporáneos que hacen este tipo de cine están en la diáspora y tienen una especie de diálogo conflictivo con sus países de origen. Las películas discuten con entornos nacionales, con realidades sociopolíticas donde hay pérdida de libertades, y en eso también coinciden la situación de los cubanos", agrega.

Reyes, quien comparte la edición con el cineasta José Luis Aparicio, explica que Fantasma Material es una publicación que surge como parte del Festival de Cine INSTAR, que promueve el Instituto de Artivismo Hannah Arendt, dirigido por Tania Bruguera. 

"La iniciativa surgió del realizador cubano José Luis Aparicio, curador del Festival de Cine INSTAR, y tuvo el apoyo desde el inicio de Tania Bruguera y Carlos Aníbal Alonso, director de la publicación Rialta. La idea era que el festival tuviese una publicación que de alguna manera refiriese los temas que nos preocupan en términos de la producción cinematográfica, pero que no sea necesariamente el órgano oficial del festival", explica el crítico de cine, miembro del equipo de DIARIO DE CUBA.

Fantasma Material tiene más de 200 páginas. Entre sus propuestas sobresalen dos dosieres especiales. El primero está compuesto por cuatro ensayos dedicados a Nicolás Guillén Landrián. El segundo agrupa a 11 autores que son críticos, cineastas y académicos, no todos cubanos, que estudian el cine cubano contemporáneo.

"Les pedimos que escribiesen textos para explicar qué está pasando hoy con el audiovisual cubano; en cierto modo, eso implica hablar de qué es lo que ha pasado en los últimos 20 años. Ha habido una mutación en las formas expresivas del cine cubano, en la forma de producción, en los relatos, en los tratamientos de género. Bueno, ha habido una explosión absoluta del cine cubano contemporáneo".

Otro de los trabajos que propone Fantasma Material es un homenaje a Gilberto Pérez, un autor cubanoamericano con una obra de crítica y teoría del cine. La revista traduce el primer capítulo de su libro más conocido y más influyente, que da título a este proyecto. 

"La ontología del cine que propone Gilberto tiene mucho que ver con la manera en la que nosotros entendemos el cine. Por eso ese 'fantasma material', que no solamente es la revista, sino el fantasma que recorre todos los textos", afirma.

Fantasma Material tendrá una tirada anual. La revista pretende funcionar como un anuario, y siempre saldrá coincidiendo en fecha con el Festival de Cine INSTAR. Será una publicación bilingüe.

Has mencionado algunas características del cine hecho por cubanos. ¿Podemos decir, en el contexto actual, que existe el concepto "cine cubano"?

Está muy discutido. De hecho, varios de los textos de la revista tratan sobre esa cuestión, de hasta qué punto todavía se puede hablar de un cine nacional. En este momento, el cine cubano, el audiovisual cubano, está en una situación muy precaria, muy delicada. El ICAIC ha sido tomado por las autoridades del Ministerio de Cultura y han decidido hacer una especie de cine de encargo estatal. Están contando historias que, por lo general, están relacionadas con la historia oficial. Al instituto de cine le interesa hacer películas 'sinflictivas' en cierto modo. 

También está la otra parte: la Asamblea de Cineastas, los realizadores independientes, los realizadores que crean fuera de la Isla...

Por ejemplo, este año una película que obtuvo buena parte de su financiamiento del Fondo de Fomento para el Cine Cubano es La mujer salvaje, la ópera prima de Alan González. Es una película muy interesante, hecha en Cuba, en el contexto cubano, en medio de la pandemia, con actores y técnicos cubanos, y es una producción independiente. La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, que está censurada, también surgió gracias al financiamiento del Fondo, como otras producciones que están en camino. Lo que pasa es que buena parte de los creadores cubanos que comenzaron su obra en los últimos 20 años están en el exilio. Y la cuestión es cómo ese cine todavía se relaciona con la nación física. A diferencia de otras generaciones de cineastas, que al emigrar se sumaron a las lógicas de funcionamiento de las industrias que había en los países de destino, estos cineastas cubanos siguen haciendo sus películas prácticamente como las hacían en Cuba. 

¿Y qué pasa con esas películas?

Tienen graves dificultades para circular. No son películas comerciales. No van a las plataformas masivas. Por lo general, se ven en festivales o en muestras. La cuestión es tratar de encontrar espacios para que se vean mucho más. De hecho, una de las cosas que hace el Festival Instar es llevar las películas a Cuba de manera virtual. O sea, no hay ruptura. El cine que se produce dentro de la Isla nos interesa tanto como el que se produce fuera, porque ambos vienen de la misma matriz de preocupaciones y de intereses. Eso caracteriza también la situación del cine cubano contemporáneo, que sigue siendo muy dinámico, pero se sigue haciendo en una situación muy precaria. 

Has mencionado La mujer salvaje y también La Habana de Fito, ¿hay otra obra que recomiendes especialmente?

Hay una pieza magnífica, que es el corto de Heidi Hassán, Souvenir. También está el último cortometraje documental de no ficción de Alejandro Alonso, La historia se escribe de noche; una película muy dura, pero de una belleza enorme. Son dos piezas realizadas en los últimos tiempos por realizadores emigrados. Y en el caso de Eliécer Jiménez Almeida, acaba de hacer un díptico que son dos películas satíricas, que juegan un poco con el mundo de los imaginarios del emigrado cubano de Miami. Uno es Havana Stories. La operación Payret, y el otro Miami Stories, que se va a estrenar en 2025. En ambas actúan figuras muy conocidas, como son Susana Pérez y Albertico Pujols. Eso te dice que estos realizadores, a pesar de las circunstancias en las que están y las dificultades que encuentran para financiar sus trabajos, siguen sacando adelante proyectos de esta naturaleza, de mucho nivel de complejidad, y que además todo el tiempo están dialogando con la historia, con los conflictos sociopolíticos de Cuba y de los cubanos como comunidad, y con las cuestiones de la identidad también nuestra.

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