En medio de la precariedad y la estampida, aún hay músicos que se animan a presentarse en la Isla y acuden a la convocatoria autorizada del pianista Roberto Fonseca, director artístico del Festival Jazz Plaza, que los cita en La Habana y en Santiago en los próximos días.
Esta vez, la 39 edición del Festival estará dedicado a los 50 años de vida artística del maestro Joaquín Betancourt y a los 15 años de la joven Jazz Band que fundó, a cuyo cargo estará el concierto inaugural el domingo 21 en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional.
Oficialmente, el evento debe comenzar el 21 de enero y durar hasta el 28, pero va a tener una avanzada el día 20, en el Teatro Nacional, con el espectáculo Noche insular, del pianista José María Vitier, que será la introducción en la Isla del "arte inmersivo o de inmersión", que hace su verano en Europa. Esta reciente tendencia, cuyo origen algunos sitúan en los videojuegos, quiere emplear nuevas tecnologías para crear un "ambiente artístico" (musical, pictórico o literario) donde el espectador se sienta "sumergido". El trabajo con los sentidos es obligatorio: o bien se organizan los sonidos con diferentes acentos desde diferentes puntos de las salas, o bien, jugando con ambientes en tercera dimensión, el espectador se encuentra inmerso en el centro. Para Vitier "lo que parecía imposible, en un momento terrible, que lo hacía todo más difícil todavía, se ha logrado" con esta colaboración cubano-francesa. Mejor le tomamos la palabra.
El programa anuncia, además, presentaciones de importantes músicos nacionales como Ernán López-Nussa, con un concierto en solitario titulado Havana in the Grand Manner, aunque la mayoría estarán acompañados de reconocidos artistas internacionales. Así, el saxofonista Janio Abreu se unirá a la a la vocalista mexicana, ganadora de un Grammy Latino, Mireya Ramos, y al multi intrumentalista norteamericano Michael McClintock, con el espectáculo Tres orígenes, un solo destino.
El norteamericano Ted Nash, que ya va haciéndose habitual en este evento con su proyecto Cuba adentro, compartirá escena esta vez al pianista Alejandro Falcón y la compañía de danza MalPaso, en un espectáculo que también tendrá como artista invitado al norteamericano de origen mexicanocubano Arturo O’Farrill en el Teatro Martí.
Por segundo año se presentará el proyecto del pianista Dayramir González (que alterna entre Cuba y EEUU) llamado El arte del piano cubano, cuya intención es incorporar a la pianística clásica de Saumell, Cervantes y Lecuona las maneras del jazz contemporáneo neoyorquino en busca de nuevas sonoridades. En esta edición, serán cuatro pianistas (dos cubanos: Dayramir y Jorge Luis Pacheco), dos internacionales (Emmet Coher y Manon Mullener) tocando a dos pianos.
Excepto el concierto de López-Nussa y el espectáculo Cuba adentro, el resto de los artistas conocerán la sala de conciertos y también la Fábrica de Arte, que, si bien no es el espacio ideal para la concentración que necesita el jazz, se ha hecho una parada obligatoria de lo mejor del Festival.
De la arena internacional también estarán las presentaciones de Aaron Goldberg, destacado pianista estadounidense que repite su visita; el baterista norteamericano Will Calhoun, integrante de la banda Living Colour (ganadora de dos Grammys); y la Dutch Swing College Band, de Holanda, "una de las bandas de jazz clásico más antigua de Europa", según la revista especializada AM-PM.
La clausura estará a cargo de Roberto Fonseca y el Ballet Nacional de Cuba en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional el día 28, en homenaje al 75 aniversario de la compañía que dirige Viengsay Valdés. Tendrá como invitados al cantante Mayito Rivera y la agrupación Los Muñequitos de Matanzas.
Desde la primera conferencia de prensa se anunció la incorporación del teatro Karl Marx al evento, supuestamente restaurado, pero su nombre no aparece en ninguna actividad de la lista.
No luce mal el programa musical para los tiempos que corren. Seguramente habrá también sorpresas por descubrir.
