¿Quién no recuerda las cuquitas protagonistas de muchos juegos en Cuba? Esas muñecas mutantes de papel que cambiaban de rostro, vestuario y forma según la historia contada.
La artista cubana Yali Romagoza evoca a esta muñeca y es el rostro escondido detrás de Cuquita The Cuban Doll, que representa, desde la sátira, a mujeres con diferentes orígenes, culturas y vivencias.
Romagoza se ha vestido de diversas cuquitas, llevándolas al performance en las calles neoyorkinas, a galerías, incluso a las páginas de un libro, con diferentes mensajes como bandera; el feminismo es una de las más visibles.
La artista llegó a EEUU en 2011 y el choque cultural no se hizo esperar. Existen ideas preconcebidas que pesan sobre los emigrantes, y fue precisamente esa mochila la que la artista soltó tras el nacimiento Cuquita The Cuban Doll.
"Sentí que mi arte no estaba siendo entendido de la mejor manera, por eso creé algo desconocido para el público, un ente virgen. A partir de esa facilidad de no estar relacionada pude esconder mis miedos. Empecé a hacer mi performance con ella y desapareció Yani Romagoza", cuenta la artista desde Nueva York.
La muñeca de rasgos desorbitados que rozan lo caricaturesco es el resultado de los años como emigrante de su creadora, y aunque hay un guiño claro a las facciones latinas, Romagoza asegura que Cuquita no es solo cubana.
"Nunca me ha gustado categorizarme en una nacionalidad, mi personaje es muy intercultural, ella se llama Cuquita la muñeca cubana, como mismo pudo haber sido Cuquita la muñeca rusa, significa muchas cosas", dice Romagoza, quien aconseja a los artistas cubanos no presentarse solo como creadores cubanos, sino como "artistas del mundo".
Romagoza se licenció en Historia del Arte por la Universidad de La Habana e hizo un Máster en Moda por la Escuela del Instituto de Arte de Chicago. Hace años se instaló en Nueva York para aprovechar la apertura cultural y su diversidad.
La moda y el feminismo han sido constantes en su obra, que se centra en el empoderamiento de las mujeres, algo que es complicado en países como Cuba.
"Hace falta un discurso feminista en la cultura latina, especialmente en la cubana. En Cuba me sentía sofocada, me interesaba mucho la ropa, me vestía diferente y no estaba en un espacio donde podía ser. El ambiente artístico cubano es muy machista y el feminismo no era bien visto. Las artistas cubanas han sido muy reticentes para hablar de feminismo. Según ellas, te categoriza y no te deja florecer; para mí es todo lo contrario, es un acto político y de expansión".
La libertad es uno de los elementos que busca materializar Romagoza en la muñeca, que logra ser todo lo que quiere ser.
"Yo nací en una dictadura donde no conocí la libertad. Luego llegué a EEUU donde te vuelves esclavo del trabajo y el dinero. Sigo buscando un espacio de libertad, pero pienso que en Cuquita The Cuban Doll existe la libertad en la que yo no existo como persona. Ese sentido de sentirme dueña de mi discurso y de mi espacio, es una sensación que me motiva a lograrlo también en mi vida personal".
Recientemente Romagoza fue a Cuba a realizar un proyecto que presentará el año próximo. "Es la primera vez que Cuquita, que es un personaje que creció en la diáspora, vuelve a la tierra donde nació y se relaciona con ella. Fue muy emotivo ir allí a hacer el performance por ella".
Así que ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario... verdad?😀
Que manera de comer m..da. pongase a trabajar.
Ya saben ,otra mequetrefe wake socialista....
Como no soy intelectual no entendí nada de lo que quiso decir esta artista. Entré a la noticia llevada por la nostalgia, pensando en las cuquitas de Cuba, pero me sucedió como a la Sra. Faya, nada que ver con lo que añoraba.
Por cierto, hoy andaba yo muy atareada buscando cuquitas en Internet para recortar para mis nietas, hace poco las descubrieron y están encantadas con esas muñecas de papel, ojalá la inocencia les dure bastante, hoy he visto un par de vídeos de niñas en Cuba y me ha producido, aparte de estupor, tremenda tristeza por la amoralidad en que se crían ahora los niños en la isla. Nada que ver con la noticia, pero tenía que soltarlo.
Cuquita... bueno, ....ergh....uhmnnn. OK. Ese proyecto de ella que dice que está preparando para llevar a Cuba... algo sobre el hombre blanco... no entendí..., no sé qué tiene que ver con Cuba porque allá el mestizaje, las relaciones interraciales están a la orden del día. En fin, Cuquita si no se siente bien en la Big Apple y en Cuba tampoco, debiera autoanalizarse.
Mi madre me compraba libros de cuquitas en el Ten Cent de Galiano, en los tiempos otros. De niña me encantaban, más que las muñecas. Pero esas cuquitas no tienen nada que ver con estas, nada. Yo las encontraba muy bonitas y graciosas.
Esta lo que no quiere trabajar y es válido, pero para eso que regrese de repatriada y le daràn algo en el MINCULT para que tire de artista. No tendrá libertad como ella dice, pero puede majasear con la candanga que en el capitalismo se es “esclavo del trabajo y del dinero” y eso cae muy bien en el personal de GAESA y si tiene suerte y se empata con uno de ellos, va servida. Suerte Cuquita.
Sigue buscando un espacio de libertad. Aquí en este mundo no lo va a encontrar. No fuiste libre en Cuba, no eres libre en los Estados Unidos, entonces cuál es el plan B.