Poco a poco avanza entre nosotros el Fondo de Arte Joven suizo, iniciativa apoyada por la Unión Europea y el COSUDE que, desde enero de 2023 subvenciona con bastante constancia a músicos y artistas visuales, mayormente. El Fondo es activo en el mecenazgo, publicando en sus redes sociales los resultados de su labor. Esta, sin embargo, si en su día nos pareció que sería de cabal obediencia hacia el Ministerio de Cultura (MINCULT), hoy nos avisa que podría formar parte del mismo, sin más dilación.
Este mes de septiembre el Fondo de Arte Joven ha tenido dos anuncios significativos: una exposición colectiva de fotografía y el lanzamiento de un presupuesto para emprendedores de la cultura. La primera se encuentra en el Salón Blanco del Convento de San Francisco de Asís y tiene como asunto La Habana: Habana, un alma palpable. Tema que, es de suponer, no soslaya la apariencia paupérrima ni la deserción masiva de tantas almas de esta ciudad. Pero el Fondo de Arte Joven tiene sus ideas de nuestra realidad: desde la tarde-noche de su lanzamiento en enero, ya se avizoraba también que de nosotros le interesa la positividad. Todo lo pesimista y retrógrado, va a esquivarlo como el turista educado que aparta al pobre viejo.
"A criterio de Sandra García, curadora de la muestra, la selección de obras intentó huir de sitios comunes", advierten en su sitio web sobre la propuesta.
"Claro que están el litoral, los perfiles arquitectónicos, las columnas carpenterianas y los niños jugando a pierna suelta en las calles", aclaran a continuación.
Claro, claro: de hecho la exhibición parece más bien un homenaje al Malecón (si de lugares comunes hablamos) y a los niños de la ciudad, ahora felices. Se entiende entonces que los tópicos que evaden son otros, mancillados no por su reiteración en La Habana sino por su mensaje. El lugar común que no gusta es el de la destrucción y la pobreza. Se las ingenian para hablar de La Habana sin sus ruinas, ni sus caras expectantes, ni su tiempo agotado. La positividad arregla el lente.
Sin sorpresas, el Fondo de Arte Joven suizo dedica su ejercicio de optimismo a Eusebio Leal, "el eterno historiador de La Habana". Lo cual nos recuerda que hay gestos de solidaridad hacia Cuba que solamente haría un extranjero —con sus facilitadores locales—: por ejemplo, asistir a un trabajo voluntario, entregar una donación de guayaberas, saludar a Eusebio Leal como el eterno historiador de La Habana —ignorando su reluctancia inicial a ocuparse de los habaneros, o su fidelidad a los máximos responsables de la destrucción de La Habana—.
En cuanto a la convocatoria pra emprendedores de la cultura, últimamente la propiedad privada en Cuba constituye la fascinación de oficiales comunistas y embajadas capitalistas. El Fondo de Arte Joven suizo también participa de este entusiasmo lanzando por fin su propio mecenazgo para "emprendimientos culturales". Una guía para solicitantes establece: "El objetivo de la convocatoria es apoyar a emprendimientos culturales y creativos con prioridad en los sectores de la música y las artes visuales, que contribuyan al desarrollo cultural/económico y social del territorio".
Y una se pregunta qué será "el desarrollo cultural/económico" y qué "el territorio" Esta última palabra, específicamente, es de uso frecuente en las reuniones que televisa el Canal Habana entre funcionarios que parecen obsesionados con "el territorio", como si fuera lo único que importara. La fórmula que estimula el "desarrollo económico del territorio" pertenece a la jerga oficialista del momento que quiere incorporar el capitalismo a la fantasía social del régimen. Si bien todavía es muy temprano para descubrir cómo la suiza va a convertirse al MINCULT en este acápite, ya hay optimismo de sobra para sospecharlo: los emprendimientos seleccionados serán aquellos que hayan pasado el filtro del Estado, no solo judicial, sino también político.
En los fundamentos de este concurso se mencionan todos los dineros europeos comprometidos con la sociedad civil y la independencia que les asisten: es lo que esperamos que ocurra en una subvención distinta al mecenazgo usurero del Estado cubano.