Leo en la actualizada edición de las Páginas Amarillas de ETECSA el listado de círculos infantiles de todo el país. Aparecen unos 900, existen algo más de un millar. Leo sus nombres y por esos nombres juzgo lo que debió esperar el régimen de los niños inscritos en ellos.
Abundan, aunque no son mayoría, las consabidas denominaciones azucaradas. Barquitos de papel, casitas de caramelo, jardines, mariposas, conchitas de mar, muñecas negras, zapaticos de rosa, blancas margaritas… Nombres que podrían recibir las guarderías de cualquier otra parte del mundo. Los niños de esos círculos no han llegado todavía a unas escuelas con nombres severos de mártires y efemérides. El mundo en el que viven parece tener la consistencia de los dibujos infantiles. El sol brilla.
Es evidente lo aprovechable de asociar la equivalencia entre infancia y comienzo del día: Alborada de la Infancia, Bello Amanecer, Alegre Despertar, Dulce Amanecer… Aunque no tarda en utilizarse el amanecer a la manera en que lo hace el discurso político. Amanecer de América o Amanecer de Octubre, por la revolución soviética. La alborada se hace Alborada de Libertad.
En Cuba las cárceles también han sido bautizadas por el nacimiento del sol, me digo. Y no es casual tal coincidencia entre el sistema penal y el sistema educativo, adoctrinadores ambos. (Las Páginas Amarillas de ETECSA apenas declaran cinco prisiones del enorme sistema de prisiones construido por el régimen revolucionario.)
Gran parte de estos nombres declaran lo que se espera de los educandos, relacionan a los niños desde temprano con los oficios útiles a la sociedad. El círculo infantil constituye el primer eslabón en la cadena de fabricación de sujetos productivos. Pues se hace necesario atravesar lo más rápido posible esos jardines con campanitas y casitas de chocolate. Pues el día avanza, y lo que era alborada o amanecer se apura hacia su desarrollo. La historia urge. Los niños deben crecer de prisa, empinarse y andar.
Obreritos de acero, leo en este listado. Pequeños Fundidores, Forjadores del Futuro, Futuros Hombres de Acero, Aceritos…
Es la metalurgia y sus tópicos, tan frecuentados por el realismo socialista. La forja de metales que permitirá tildar a los sujetos descartados con la misma denominación de lo espurio en los hornos: escoria.
Obreritos del Cemento, Felices Constructores, Mágicos Constructores… Lo constructivo también vale como campo de nombres. Y existen más ocupaciones adultas con las que bautizar círculos: Agraritos, Alfareritos, Bomberitos, Textileritos, Azucareritos...
Junto a estos dos últimos habrá de alzarse, supongo, una fábrica textil y un central azucarero. Al convertirse en adultos, al llegar a edad laboral, esos niños se sumarán a sus padres como trabajadores de las industrias locales.
Crecerán para constituirse en algo más que fuerza de trabajo. Leo nombres que incitan a engrosar la épica de la revolución: Futuros Comunistas, Futuros Guerrilleros, Futuros Titanes, Pequeños Camaradas, Pequeños Combatientes, Primeros Cadetes, Retoños Comunistas, Retoños Leninistas…
Vladimir Ilich Lenin da nombre a un círculo. Pequeños Lenin, han llamado a otro.
Hay un círculo Nadezhda Krúpskaya y un círculo Rosa Luxemburgo.
Flor de la Revolución, leo.
Y, puesto que la revolución necesita tanto de obreros como de soldados: Soldaditos de la Revolución, Soldaditos de la Patria, Soldaditos de Fidel, Amiguitos del Ministerio del Interior…
Los hay que ostentan el nombre de un mártir, de un héroe independentista. Otros que parecen salidos de las personalidades de los héroes revolucionarios. Sueños que tuvieron esos héroes, emanaciones suyas. Cuando los héroes revolucionarios sueñan, sueñan con niños educándose y creciendo dentro de estos círculos infantiles.
Sueños del Che, por descontado. Ernesto Guevara soñó niños que, en reciprocidad, jurarían formarse como él, seguir su ejemplo.
Sueños de Vilma, de los cuales la soñadora es Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, esposa de Raúl y cuñada del comandante en jefe Fidel Castro.
Principitos de Vilma, existe otro.
Pequeñines de Celia, por Celia Sánchez Manduley, secretaria y mano derecha del comandante en jefe Fidel Castro.
Sueños de Celia, otro.
Más que niños, los asistentes a estos círculos son sueños o pertenencias de un jerarca de la revolución. La revolución es una gran familia que los adopta en tanto pequeñines de la dirigencia.
Pero, hablando de nombres, ¿por qué círculos?
Antes de que llegara la revolución la denominación usual para los centros de educación preescolar era kindergarten. Del alemán, jardín de niños. (Crèche, del francés pesebre y, por excelencia, el pesebre de Belén, era el nombre de los asilos para niños pequeños.) Esta denominación de círculo pone a los niños a girar, a dar vueltas en un ciclo sin comienzo ni final. Círculo viene del latín cercus, cerco. ¿Acaso no supone el término revolución la idea de giro, de rotar?
Las mujeres habían sido agrupadas en federación, ¿qué hacer con sus hijos que no alcanzaban la edad escolar? Así fueron creados estos círculos. La Federación de Mujeres Cubanas se encargó de levantar los fondos necesarios. Las federadas celebraron tómbolas, ferias de artesanía, vendieron café a condición de que el cliente les dejara dos centavos más por cada taza.
Hileras de catres con niños haciendo la siesta, rondas de niños que cantan y dan palmas: la propaganda oficial no va a cansarse de bombardearnos con estas imágenes.
Gracias al sistema de círculos infantiles, pueden incorporarse cada vez más madres al mercado laboral. El sistema de círculos infantiles permite comenzar desde muy temprano los trabajos de uniformización del individuo. Desde el moscovita Instituto de Investigaciones Científicas de Educación Preescolar viajan especialistas a Cuba, a formar sus homólogos. Las investigaciones de estos especialistas se encaminan en estas dos direcciones fundamentales: "el desarrollo intelectual en la edad temprana y la formación de las premisas de las cualidades de la personalidad".
Extrañamente, no encuentro en esta lista un círculo que aluda a los sueños del comandante en jefe. No hay círculo infantil que se llame Sueños de Fidel.
No importa, cada niño inscrito en estos centros enlistados formaría parte de los sueños del comandante en jefe. Serían sus soldaditos de plomo, sus carnitas de cañón...
En el listado de nombres y teléfonos encuentro el único círculo infantil que me hace gracia. Al que, al menos por su nombre, no me habría opuesto a asistir (no fui a ninguno): Amiguitos del Átomo.
Porque si uno va a hacerse amigo de un concepto, mejor este, tan extendido e invisible. Mejor ser amiguito del átomo que de la revolución o de uno de sus ministerios o de uno de sus líderes.
El nombre me hace pensar primero en Lucrecio y la antigua atomística, después en el centro atómico al que van a trabajar las madres y padres que dejan allí a sus hijos, y la vecindad de un centro así termina por resultarme ominosa.
El autor dedica este texto a Carlos Alejandro Rodríguez Halley, quien lo invitó a curiosear la lista de círculos infantiles en las Páginas Amarillas de ETECSA. Todos los nombres citados (salvo Carnitas de Cañón) son reales. Tan reales, que el autor ha preferido prescindir de comillas cuando los cita.
Los nombres son un reflejo del conjuro alucinante que es el comunismo y por supuesto que importan, pues dan una idea de lo que les esperaba y espera a esos ninos en centros de adoctrinamiento y adoracion al lider supremo, a sus parasitos herederos y a las cosas buenas que han hecho por ese pueblo al que tanto aman.
Quizás debemos hacer unas guardería como Mediana y Pequeña Empresase les inculcamos a pensar libremente y hacer negocios.Les enseñaramos a jugar monopolio y como nombres : " Pequeños capitalistas" , "Los burguesitos de Buena Vista","Cazadorcitos de chivas"," Seguidores de Willy Chirino" , "Sueños de Celia Cruz"," Pequeños Alpha 66" ... en fin tela por donde cortar y de paso les pagamos con la misma moneda a los verdeolivos hp.
Mi esposa y yo teníamos niños pequeños en Venezuela. Las guarderías eran “la copia” de los círculos infantiles cubanos, excepto que ni los dueños eran comunistas ni los nombres tan ridículos. Me parece una soberana tontería politizar el tema. El socialismo de Fidel tuvo muchas cosas malas. No todas.
Camarada, me alegro que este tomando sus pastillas para la demencia senil pero tal vez hay que subir la dosis, pues en esos momentos de lucidez revolucionaria nos regala frases como "El socialismo de Fidel tuvo muchas cosas malas. No todas"
No le pido que haga un gran esfuerzo, pero si es posible podria decirnos ¿cuales fueron las cosas buenas del socialismo de Fidel?
Me falto decirle un par de cosas más, Sr. Alemán. Usted no sabe lo que la "demencia senil" ni conoce las "pastillas" que pudieran funcionar para mejorarla. Usted es una cotorra incontrolable, que repite lo que oye sin entenderlo.
Por otra parte, eso de "Camarada" no me suena. A mi nunca nadie me había llamado así. Veo que usted trata de manejar la ironía en cada uno de sus repetitivos comentarios, pero le advierto que la ironía le funciona a los hombres inteligentes. No es su caso. Saludos revolucionarios y del alto mando.
Gracias por sus halagos Sr. Alemán. Todavía no entiendo por qué me ataca por mi edad. Usted y yo nos conocemos?
Voy a contestarle brevemente la pregunta.
Cuando triunfó la Revolución, millones de personas en Cuba, fundamentalmente los campesinos y quienes vivían en barrios marginales, no tenían acceso a una atención médica básica. La Revolución la llevó a los lugares más intrincados. Por aquella época, había muchos niños pobres que no recibían educación. La Revolución la llevó a los lugares impensables, creó becas y permitió que muchos muchachos "sin futuro" se graduaran en las universidades. Esas ventajas sociales de aquellos primeros años las conoce todo el mundo, pero los supergusanos como usted son ciegos. Ah!!! OK, todo eso se perdió después por la ineficiencia del socialismo. De acuerdo.
Mi vida profesional pudiera ser un ejemplo de algo bueno de la Revolución, pero usted me odia, así que no le cuento. Saludos Sr. Alemán, su reconcomio lo hace parecer mayor. Sorry.
Los círculos infantiles fueron una de las tantas copias que se hicieron de instituciones en la URSS, como lo fueron también el plan de becas y su "mentor" Makarenko. De ahí que hubiera tantos "forjadores" y "aceros" en sus nombres cuando en Cuba no era esa la principal industria. Sin duda ayudaron a que las madres pudieran terminar de estudiar o trabajar. Pienso que el problema tampoco es que fueran círculo o cuadrado, o que llevaran el nombre de un mártir que nunca supe quién fue ni qué hizo. Y sí; el adoctrinamiento en cierta medida existió en tanto la dirigente comunista Angela Davies fue recibida por los niños de un círculo gritándole vivas con su foto en mano, y el más avispado entre ellos repitió una longaniza de elogios que le hicieron aprender de memoria.
El real problema, pienso, es que los padres no tenían poder de decisión de cómo se cuidaba a los niños, qué le podía decir "la seño" --desde creencias religiosas, a sembrarle miedo para que obedecieran--a espaldas del padre, o qué le echaban en el pelo porque a "la seño" no le gustaba cómo la madre la peinaba. No había posibilidad jurídica donde la potestad del padre fuera priorizada, ni siquiera una protesta del padre porque al parvulito no se le cambiaba el pañal regularmente garantizaba éxito. El Estado en Cuba era el dueño y señor de qué se hace en esa institución. Ese es el verdadero problema. Durante 8 horas o más el niño no está bajo la guía y reglas de los padres, sino "del otro". Los círculos en Cuba por suerte sufrieron transformaciones a los pocos años de creados, porque de inicio el control del Estado sobre las criaturas podía ser peor.
Hubo círculos de internados donde el niño permanecía toda la semana y se les recogía el viernes, y también la edad de ingreso al círculo podía ser desde los 45 días de nacidos. Por suerte para el desarrollo de los niños esas posibilidades cesaron.
Estos servicios son necesarios, solo que funcionan con mayor calidad y seguridad para la siquis del niño en un país donde se puede contratar los servicios de un centro privado, o donde se respeta por ley la voluntad de los padres por encima de una institución estatal. Las guaderías, creches o como se les llame cumplen con éxito la labor de ayudar a la madre o al padre que trabaje.
Qué más da que un centro de esos lleve por nombre Pequeños Combatientes o Harry Potter. A lo que en realidad hay que poner atención, es que el niño allí crezca con juegos, risas y creatividad para su desarrollo cognitivo.
Cuanto más presentes estén los padres en la vida de sus hijos, menos sorpresas se llevarán, no sólo con el adoctrinamiento sino también con cualquiera de los tantos aspectos contaminantes de sus vidas, entre ellos, las aberraciones que ahora están muy a la moda.
La educación y la formación de la mente y el corazón de los hijos comienza en el hogar y debe mantenerse para que ellos funcionen con sabiduría y puedan edificar sus vidas con convicciones profundas e inquebrantables.
Eso lo que importa.
💯 puntos, Santo!!
Gracias amigo Weston.
Saludos.
La chealdad revolucionaria en estado máximo son esos nombrecitos. Gracias a Dios mis hijos se criaron lejos de ese adoctrinamiento.
Mi experiencia fue distinta señora, porque mis hijos nacidos en Cuba asistieron todos a círculos infantiles. Esas instituciones fueron de gran ayuda para las familias, desde luego, con las deficiencias inherentes al socialismo. El adoctrinamiento a esa edad no es significativo, No sé hasta donde puede ser adoctrinado alguien porque su centro se llame Ubre Blanca o Amigos del átomo. Esos tres hijos míos están en los Estados Unidos desde hace mucho tiempo, lo que confirma mi criterio. Vale esta extensa reseña sobre algo que ocurre en Cuba hace décadas. El socialismo es malo. Supongo que es por eso el bombardeo de más de lo mismo en estas páginas de asuntos cubanos.
Interesante artículo sobre un tema que a muchos les pasa desapercibido.
Gracias.
Jajajaja, buena esa Sr. Gómez. Los temas que pasan inadvertidos casi nunca son importantes.